Biografía de acetato
Pudiera
contar mi vida con los discos de Silvio Rodríguez.
Decir
por ejemplo que el amor me supo a tristeza embriagada con días y flores.
Para
ser más exacto aclaro que ese lado triste del amor lo vi en el claro de la
luna.
Para
ser más exacto que los selénicos hilos de luz que cortan mi lamido al
horizonte.
Y
así quisiera que este texto terminara con el epitafio loco del amolador de
sueños.
Sería
ideal para no tener que hablar de todo lo demás.
Ventisqueros
y arenosos caminos que me atajaron sin compasión.
Pero
debo continuar recitando lo que me abjuraron las primeras letras.
Pudiera
contar mi vida golosamente ortográfica con lluvia de acentos en las graves.
Como
decir que uno ha vivido queriendo ser útil solamente útil.
Como
decir que uno no se ha arrastrado a lo fácil lo fútil lo inútil lo fósil.
Como
decir que uno se ha empeñado en lo fértil lo grácil lo hermano lo surco.
Sabiendo
que antes de la p de pausa y la b de brecha estuvo siempre la m de la amistad.
Sabiendo
que la religión ni redime ni libera sólo aturde el alma y enajena las
esperanzas.
Contar
la vida desde la silla del peluquero con el sopor Jaramillo inundando la tarde.
Vivir
el resto del sábado rumiando esa canción melancólica en mi mente de rockola.
Como
imaginar encuentros idílicos con las ninfas acuáticas que cantan seducción.
Porque
somos aguas que fluyen del manantial Amaury volando con las alas de la pena.
Esas
aguas alucinantes que adolescentes bebemos en la ceguera azul del primer beso.
Cantar
la vida es rehacer los juegos infantiles en la eterna poesía que florece
piedras.
Porque
nada es más infantil que la pequeña piedra con que juegan Serrat y León Felipe.
La
que sirve de unidad de medida a la sabia cartografía de Bartolomé de Las Casas.
La
filosofal que despierta conciencias cuando la nombra la voz agreste de Alí
Primera.
Gloria
a los acordes y gritos del camarada que sembró mi patria de ternura liberadora.
El
amor es una llovizna desnuda que besa la tierra cuando el sol desde el cenit se
lanza al mar.
Yldefonso Finol (2009)
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