sábado, 28 de marzo de 2020


Kjarkas: la perfección imperdonable
Es cierto, las armonías más complejas y afinadas de la música seguro se encontrarán en las hechuras medievales de los clásicos europeos. Les admiramos. Aprendemos sus partituras. Amamos mucho de esa música vendida como culta, pretendidamente universal. No le escamoteamos ni una semicorchea.
Pero si nos fajamos a discernir sobre los gustos, las empatías sonoras, rítmicas, telúricas, vibrantes, de la creación musical de los pueblos del planeta conocido como Tierra, donde habitamos, padecemos, realizamos, nacemos y nos multiplicamos, entonces, sin lugar a dudas, encontraremos unas músicas muy superiores a las acartonadas golondrinas enjauladas en esos planos incoloros e hipergeométricos llamados pentagramas.
II
Las edades del arte amasaron el mundo con infinitesimales vibraciones shamánicas. Los aires infinitos del cosmos se amamantaban de verdes amaneceres y polícromos extravíos. Se iban las tardes entre los tejidos de llamas y alpacas, con el carbón en las pieles recientes que madres alfareras moldeaban para una vida insospechada que prometía plenitud. Ni la estruendosa arremetida de los invasores calló el silbido eterno que cantaron los bosques con manantiales abruptos y frondas en ristre al cenit que las aclamaba.
Abya Yala –al decir guna- es una extensión que se mece de las alturas incásicas a las honduras marañónicas…orinoquenses…y de allí al mar arahuaco…que llamaron Caribe los ignorantes invasores.
III
La Inquisición de los invasores les truncó los sueños, pero su idioma de muertes no nos anuló como esperaban los demonios. Mutaron las presencias, las ancestralidades oprimidas. Calló algo del pasado. Algo dentro de nosotros dejó de sonar en el aire infinito de la libertad. ¡Ay llamita, ay quena huaino, ay bombo y charanguito!
Alturas del Tahuantinsuyo vieron diezmadas sus infinidades. Voces del viento salitroso se quedaron pétreas en el espejismo de la inmensidad. Entre las hojitas de la coca y los éteres del “karikari” (Palo Santo) se fueron amasando las humitas y los llapingachos que probó Bolívar en las cabalgaduras por el empinado sendero al Potosí.
IV
Kjarkas. Síntesis de mis historias cercenadas. Desiderátum del quehacer creativo de mis pueblos andinos. Rapsodas que besan al cosmos celeste con ráfagas de sus níveas inspiraciones.
La música del mundo venera la rama que rozó el viento, cuando un puñado de duendes brotó del junco cochabambino que los parió.

Yldefonso Finol
Venezuela

  
 


28 de marzo de 1995
*A 25 años de la presentación del Proyecto de Ley de Asignaciones Económicas Especiales para los estados derivadas de minas e hidrocarburos (LAEE)*

EL 28 de marzo de 1995, a las 3 de la tarde, fue presentado por su autor Yldefonso Finol, ante la Comisión de Economía de la Cámara de Diputados, el Proyecto de Ley de Asignaciones Económicas Especiales para los estados derivadas de minas e hidrocarburos (LAEE).
En companía del entonces diputado Antonio Boza, coautor de la LAEE, quien solicitó incluir el punto en la agenda del día, el legislador zuliano Yldefonso Finol tomó la palabra para formular la exposición de motivos y presentar el articulado de la novedosa iniciativa legislativa.
Haciendo un poco de historia, recordemos que las Asignaciones Especiales estaban previstas en el Artículo 136 de la Constitución de 1961, pero nunca se legisló para hacerlas efectivas, como ocurría con muchos derechos que fueron letra muerta durante los gobiernos del bipartidismo adeco-copeyano.
La acción reivindicativa planteada por Finol y el movimiento Autonomía Regional, que integraban entre otros Noé González, Johel Salas, Jesús Rojas Wefer (+) y Douglas Querales, vino a rescatar el viejo sueño planteado por Ricardo Aguirre en la Grey Zuliana, vale decir, que parte de la riqueza petrolera se quedara en el Zulia para atender nuestros problemas.
Digno es mencionar que este proyecto de carácter histórico, por ser pionero y por tener absoluta pertinencia, tenía la virtud de preveer que los recursos generados fuesen destinados prioritariamente a resarcir los daños ambientales ocasionados por la actividad extractivista, principalmente en el caso del Lago Maracaibo.
La lucha por la LAEE generó un fuerte movimiento de opinión que unió a la sociedad civil zuliana y convocó al resto de los estados que también se beneficiaron con su aprobación, ocurrida en 1987.
En 1999, durante el proceso constituyente, le tocó al mismo Yldefonso Finol, elevar al rango constitucional las Asignaciones Especiales, que quedaron recogidas en el Artículo 132.
Esta conquista demuestra que también desde la política se puede ser útil a la sociedad, cuando la vocación de servicio está por encima de ambiciones y mesquindades.

miércoles, 25 de marzo de 2020


Covid 19: notas para un método de comprensión social de la pandemia
Al devenir en fenómeno planetario, la pandemia del coronavirus nos está forzando a realizar el mayor ejercicio de comprensión de un hecho inesperado -al menos para nosotros el común de la gente- que rebasa toda explicación simple y unilateral, exigiéndonos abrir lo más posible el lente del telescopio para una mirada universal y a calibrar con precisión el microscopio para vernos en el pequeño mundo de lo cotidiano.
Debemos decir, asumiendo el riesgo de entrar al movedizo terreno de las elucubraciones, que incluso para aquellas mentes criminales que pudieron estar detrás del contagio inicial (lo que no debemos descartarse a priori), el asunto se les ha escapado de control al punto de amenazar el estatus de confort a que las elites globales están acostumbradas. Porque todo apunta a ellas; la historia y su propia narrativa hegemónica les denuncian. 
II
La economía política existe, y las políticas económicas de los Estados obedecen a enfoques de teoría económica. Que la economía puede funcionar sin los Estados es cierto; pero los Estados sin la economía dejarían de tener sentido, sobre todo para el capital financiero, que requiere del más sofisticado aparato opresor para sostener –y reproducir- su sistema de absurdas iniquidades. Cuando el Estado se percata de los privilegios que otorga a sus sostenedores burócratas, adquiere una aparente vida propia, y siempre –sirviéndole a los dueños del capital- velará más por su pervivencia que por el bienestar de la ciudadanía. Llegado el caso, optará por castrar y asesinar a la población que exija derechos, por lo que sus gastos bélicos serán las partidas más sagradas y crecientes. Por algo dijo un sabio que el imperialismo, como fase superior del capitalismo (Lenin), es una tendencia creciente a la violencia.
Todo acto político –y los Estados son la máxima expresión de ello- implica unos intereses económicos (y una definición ideológica). El Estado capitalista restringe los derechos laborales y sociales, mientras rinde pleitesía a la inversión privada. La sacraliza. El enfoque neoliberal de la economía habla de reducir el tamaño y las competencias del Estado, pero acude presuroso a éste para que utilice la fuerza bruta de sus órganos represivos contra el pueblo indefenso que clama por sus derechos elementales: hasta allí llega la verborrea de los Derechos Humanos. Para el capitalismo monopolista (Baran y Sweezy) nada es más “humano” que sus ganancias.
III
Momento estelar para ver a los gobiernos actuando frente al capital y el trabajo, vale decir, frente a los negocios y la población. Momento terrible para ver dos modelos de sociedad tan nítidamente diferenciadas. Dos proyectos de humanidad. Desinversión y desmantelamiento de los sistemas públicos de salud, para convertirlos en negocio, colocan hoy a millones de seres humanos en el paredón de la asfixia letal. Partir de la concepción que los presupuestos en salud son “gastos” improductivos, que toda asignación gubernamental a lo social es populismo, en contraste con la asistencia milmillonaria a los bancos y las grandes empresas, nos desnuda una paradoja bestial en los umbrales de una nueva catástrofe demográfica sin bombas atómicas (por ahora).
IV
Para diseñar un modelo de análisis de la situación mundial por el coronavirus, necesariamente tenemos que apelar a factores coyunturales, pero con más agudeza a los estructurales, esos que subyacen en el fondo de la fangosa geopolítica imperialista como reflejo del choque de intereses hegemonistas a nivel internacional. Ya hemos visto a voceros del complejo militar-industrial gringo manosear las “ventajas” que la pandemia les otorga frente a China como competidor comercial.
Respecto de la actitud de los gobiernos frente a la pandemia, podemos clasificarlos según diversos criterios así:
Según el orden de prioridades:
-       Los que priorizaron la salud de la población
-       Los que priorizaron la actividad económica
Según la velocidad de respuesta al inicio de la pandemia:
-       Los que adoptaron oportunamente medidas preventivas
-       Los que se relajaron aparentando ignorar la gravedad del problema
Un tercer grupo surge como híbrido de los que priorizaron la economía y los que se relajaron aparentando ignorancia:
-       Los que instrumentalizaron la enfermedad para sacar réditos políticos, como la usurpadora de Bolivia que manipulará las elecciones con la excusa del virus ante el que se ha mostrado indiferente y torpe.
-       Los que taparon escándalos con la enfermedad, como el sub-presidente de Colombia con el genocidio de líderes sociales y el destape del financiamiento de campaña y compra de votos con dinero del narcotráfico y el paramilitarismo.
-       Los que se mostraron inermes por ineptitud o prepotencia, tipo Trump y Bolsonaro.
-       Los que calcularon que no se verían afectados, como Boris Johnson y Piñera.
-       Los que no fueron capaces de imponerse a factores culturales arraigados, y ahora sus pueblos están pagando un altísimo costo en vidas humanas.
Un cuarto grupo de países que dieron prioridad a la vida y tomaron medidas con rapidez, también es el que nos ha mostrado otra cara de la humanidad en medio del egoísmo de las potencias europeas y norteamericanas:
-       China. Primer país afectado (probablemente por efecto de un arma biológica) que supo enfrentar la crisis, superándola y prestándose de inmediato a socorrer a otras naciones. Digno ejemplo del socialismo mundial.
-       Cuba socialista. País acosado por el imperialismo que lo mantiene bloqueado, pero que ha sido capaz de desarrollar una prestigiosa tradición internacional en salud. Sus profesionales de la medicina son héroes de la solidaridad.
-       Venezuela. En medio de la persecución criminal por parte de Estados Unidos, con los ingresos fiscales duramente mermados por la caída del precio petrolero y la recesión con hiperinflación acumuladas, el Gobierno Bolivariano no ha vacilado en tomar las medidas más acertadas y poner todos sus recursos a la orden de la salud y la vida de nuestro pueblo. Es doctrina del Socialismo del Siglo XXI.
V
Las variables sociales relativas a pobreza están jugando un papel clave en la vulnerabilidad de los colectivos más desposeídos. Los países más desiguales (Índice de Gini) coinciden con los que han desmantelado el sistema público de salud y no tienen programas inclusivos en materias tan sensibles como alimentación y vivienda.
Los próximos días arreciarán las necesidades de bastimentos y atención hospitalaria. Se ponen a prueba los modelos de sociedad: el capitalista neoliberal impuesto a sangre y fuego por la derecha, y el que propugnamos desde la perspectiva bolivariana y socialista, intentando abrirse paso a pesar de la bestial oposición del imperialismo y sus lacayos.

Yldefonso Finol
Economista-Historiador Bolivariano
Cronista de Maracaibo

martes, 24 de marzo de 2020

El Cronista de Maracaibo
Yldefonso Finol
convoca al certamen literario
MARACAIBO CIUDAD DE BARDOS Y CRONISTAS
abierto a todas las personas de todas las nacionalidades residentes en la ciudad de Maracaibo y cualquier otra población del estado Zulia.

Bases
1) El tema de esta convocatoria literaria es la vivencia cotidiana de nuestro pueblo con énfasis en lo comunitario y local-familiar, resaltando los valores altruistas que presenciamos en nuestro entorno, en el marco de la situación global que significa la pandemia del coronavirus y la necesaria cuarentena social que ha implementado el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela para proteger nuestra salud evitando la propagación de la enfermedad.

2) Los textos pueden ser presentados en forma de crónica o relato breve no mayor de dos páginas en letra Arial 12 a un espacio y medio, y en décimas (Espinelas) con un mínimo de tres y un máximo de seis estrofas.
Para reconocer y fomentar la oralidad ancestral de nuestros pueblos originarios, se aceptarán audios hasta de cinco minutos relatando vivencias y sentimientos relacionados al tema del certamen.

3) Se considerarán las siguientes categorías:
- infantil: hasta 12 años
-juvenil hasta 21 años
-adultos hasta 60 años
-adultos mayores más de 60 años

4) Los textos serán firmados con nombre y apellido de sus autoras o autores, más el número de su cédula de identidad, y los enviarán en archivo Word al correo 
maracaibocronista@gmail.com antes del 3 de julio del presente año, fecha en que conmemoramos 210 años del nacimiento de Rafael María Baralt, genio de las letras y la palabra maracaiberas.

5) Premiación.
Todas las obras seleccionadas serán publicadas en una antología recordatoria y se difundirán por medios convencionales, alternativos y digitales.
Los primeros 20 relatos y audios seleccionados, y las primeras 20 décimas, recibirán diplomas digitales como ganadores del certamen, más libros y otros regalos de uso familiar. El jurado podrá otorgar menciones honoríficas a aquellas obras que le merezcan especial consideración. Para respetar y fomentar la inclusión de género, las premiaciones serán otorgadas mitad a hombres y mitad a mujeres.
La premiación se hará pública el 24 de Julio día del Natalicio del Libertador Simón Bolívar. El jurado lo integrarán cuatro destacadas personas del ámbito literario y académico de la región más el Cronista. Se hará una preselección de los textos escogidos y por consenso se decidirán las premiaciones.
Cualquier asunto no previsto en estas bases será resuelto por el equipo organizador.

En Maracaibo a los veinticuatro días del mes de marzo de 2020

YLDEFONSO FINOL
CRONISTA DE MARACAIBO
 

domingo, 22 de marzo de 2020


Enfermedades y guerras en la estrategia hegemónica imperialista. Un aporte desde la historia y la teoría económica.
Algunas mentes brillantes que sigo en diversas publicaciones y redes digitales han abierto el debate sobre la verdadera causa y dimensión del coronavirus que azota al orbe. Fundamentalmente abren la posibilidad de que la pandemia haya tenido su origen en una acción terrorista deliberada de algún sector de los imperialismos, para afectar al irrefrenable modelo de crecimiento adelantado con todo éxito por la República Popular China, esa gran creación del genial Mao Tse Tung que dirige tan sabiamente su actual líder Xi Jinping.
La sospecha, a la luz de la teoría económica y la historia, es absolutamente fundada.
Releyendo a Malthus
En los días de estudiante de economía -con más melena y menos kilos- tuvimos que leer sobre un sacerdote inglés que en sus momentos de ocio le dio por oficiar de economista. Thomas Robert Malthus fue el cura anglicano que formuló las tesis reaccionarias según las cuales la natalidad de las clases desposeídas es la causa del atraso de la sociedad, por lo que no debían implementarse políticas públicas asistencialistas ni solidarias, que –según él y sus seguidores- redundan en un mayor crecimiento demográfico que a su vez incrementa la pobreza y así sucesivamente. (Por eso los maltusianos odian que China planee alcanzar en 2021 niveles de cero pobreza extrema).
Para Malthus la población se incrementa en proporción geométrica (multiplicación por un factor determinado) y los viernes de subsistencia se incrementan en proporción aritmética, es decir, a través de la suma de un factor equis. Esta afirmación ya era equivocada en las postrimerías del siglo XVIII cuando la hizo, pero sostenerla en la actualidad raya en lo esotérico si tomamos en cuenta que las ciencias –precisamente- se encargaron tanto de regular la fertilidad humana como la agrícola en los sentidos contrarios al dogma maltusiano. La planificación familiar, los métodos anticonceptivos y la incorporación cada vez más progresista de la mujer en los campos productivos y culturales, tumbaron la predicción del predicador anglicano en cuanto a tasas de natalidad desbordadas, y las tecnologías agroalimentarias terminaron de rematar su corta visión de terrateniente feudal.
Los planteamientos de Malthus pulularon en ideologías conservadoras europeas y norteamericanas precursoras del nazi fascismo, los supremacismos, la xenofobia. Sus palabras resuenan en voces de la política contemporánea como si se tratase de pétreos teoremas: “Parece que es una de las inevitables leyes de la naturaleza que algunos seres humanos sufran de miseria. Estas son las personas que, en la gran lotería de la vida, fracasarán”. Tal ha sido el desiderátum del neoliberalismo pregonado por tecnócratas y toda especie de hechiceros al servicio del capitalismo transnacional.
Esta tesis que propugna un apocalipsis por efecto de la “superpoblación”, ha sido asumida por los promotores de las guerras, las hambrunas y enfermedades pandémicas como formas de “autorregulación” demográfica; y es en ese entorno que los negocios globales se funden con el belicismo imperialista, dando paso a las conflagraciones inter capitalistas de la primera mitad del siglo XX, y al desarrollo inusitado de todas las formas de guerras, incluidas la bacteriológica y la cibernética.  
El modelo de gestión pública emanado de este engendro es ese mismo que desmanteló el sistema de salud en los llamados “estados de bienestar” europeos y en el estigmatizado “populismo” latinoamericano. Allí está de muestra la tragedia italiana y el alto riesgo de su repetición en España. No quiero ni imaginar escenarios en el vecindario que tan malos deseos ha tenido para Venezuela y ahora claman siquiera su estadística.

Invasión colonial viral-bacteriana
El navegante planetario Américo Vespucio dejó este testimonio de su viaje a Brasil en el año 1501: “allí las personas llegan a ser muy viejas, no conocen enfermedades, epidemias ni vapores febriles, y no mueren de  muerte natural, sino a mano de otra persona o por su propia culpa. Es decir, que los médicos allí lo tienen difícil”.
El 31 de mayo de 1521, Hernán Cortés inició el ataque final a Tenochtitlán, sede central del Estado Azteca. Meses antes habían propagado la viruela diezmando a los guerreros aztecas, muchos de los cuales murieron como el tlatoani Cuitláhuac, heredero de Moctezuma. El nuevo líder Cuauhtémoc condujo la resistencia por más de dos meses, hasta que agotados los esfuerzos, sin líneas de abastecimiento y con una población enferma por un mal para el cual no tenían siquiera defensas, el 13 de agosto la sitiada Tenochtitlán cayó en manos del astuto invasor.
En el Tahuantinsuyo de los Incas, esta arma letal, aplicada ya no “casualmente”, sino como primogénita de la guerra bacteriológica, fue fríamente premeditada por los conquistadores españoles que diseminaron cepas de viruela por toda la ruta hacia el actual Perú, contagiando a propósito aún a aquellos que los recibieron amigablemente.
En la obra “Vida, Naturaleza y Ciencia”, de los autores Detlev Ganten, Thomas Deichmann y Thilo Spahl, encontramos el dato que estamos comentando:  “El desarrollo histórico del mundo, en particular la conquista y dominio del Nuevo Mundo por parte de los europeos desde finales del siglo XV, no podría entenderse si no se tuviera en cuenta de qué lado luchaban los pequeños asesinos…Las bacterias y los virus eran las armas más importantes de los europeos...Entre los siglos XVI y XIX los conquistadores y colonos llevaron a América la viruela, la tosferina, el sarampión, la gripe, el tifus, la difteria, la malaria, las paperas, la peste, la tuberculosis y la fiebre amarilla”.
La prestigiosa literatura de Eduardo Galeano nos avisaba hace cinco décadas que “las bacterias y los virus fueron los aliados más eficaces que los europeos traían consigo, como plagas bíblicas, la viruela y el tétanos, varias enfermedades pulmonares, intestinales y venéreas, el tracoma, el tifus, la lepra, la fiebre amarilla, las caries que pudrían las bocas. La viruela fue la primera en aparecer. ¿No sería un castigo sobrenatural aquella epidemia desconocida y repugnante que encendía la fiebre y descomponía las carnes?”
En sus lecciones de historia, Carmen Robleda concluye: “Pero el factor decisivo en la derrota de las civilizaciones americanas fue el colapso demográfico. Entre los investigadores y sectores sociales no hay consenso sobre las causas de ese colapso, atribuyéndolos unos a un genocidio, otros a la introducción de nuevas enfermedades y un tercer grupo a una combinación de ambas causas. Hay un cierto consenso en considerar que el colapso demográfico de la población original de América fue la causa principal de su derrota militar”.
El historiador estadounidense Charles Mann dice que España no habría vencido al Imperio Azteca si, “mientras Cortés construía las embarcaciones, Tenochtitlán no hubiera sido arrasada por la viruela donde se perdió la tercera parte de población”. (Tomemos nota camaradas).
Termino por hoy con esto: ¿Sabían que en 1918 surgió una tal “gripe española” que realmente se gestó en Kansas, Estados Unidos?
En la Breve Historia de España de García de Cortázar y González Vesga se puede ver el impacto que dicha gripe tuvo en la demografía del país ibérico, y que “en todo el mundo dejaría un reguero de veinticinco millones de muertos”.
Interesante tema para una siguiente entrega de estos aportes desde mi cuarentena en Maracaibo, donde esa “gripe española” made in USA hizo estragos mientras los gringos clavaban sus colmillos de hierro en mi “lago de óleo”.
Yldefonso Finol (Cronista de Maracaibo)

martes, 10 de marzo de 2020



DÉCIMAS A PUERTO RICO

Hoy yo me sumo a la plena
del pueblo con convicción
porque la liberación
es hacer la "Patria Buena"
son de Ribera y Roena
suenan y yo no me explico
que entre el coquí y el perico
alguien dude quien afina
dice el coquí en la voz prima
Puerto Rico es Puerto Rico.

Suena el cuatro y los panderos
suenan maracas y güiros
otros sueñan que con tiros
matarán los macheteros
se olvidan los hechiceros
que si acechan les replico
con pulmones y abanico
con aires liberadores
para que canten cantores
Puerto Rico es Puerto Rico.

Contra el neoliberalismo
hacemos esta faena
en la colectiva plena
voz del independentismo
trompeta de patriotismo
saca en Vieques al milico
y el mensaje rectifico
pues dice con nuevos bríos
Filiberto Ojeda Ríos
Puerto Rico es Puerto Rico.

Con mi abrazo bolivariano.
Yldefonso Finol



Día de la mujer: mercado capitalista, herencia patriarcal y dogmas religiosos

Un concepto de mortal contenido (económico con su correlato jurídico-político) está en la esencia del sistema que margina y oprime a la mujer: la propiedad privada.
En las sociedades esclavista y feudal la mujer vivió los tormentos más horrendos que la humanidad ha sido capaz de provocar (y soportar). La segmentación social por la división del trabajo y su expresión ideológica en las construcciones religiosas y culturales, relegaron a la mujer a un plano supuestamente inferior que llegó a los extremos de considerarla un ser débil, irracional, sin alma y pecaminoso de origen.
Esta aberración arcaica se trasmitió en todos los códigos y ámbitos, abarcando desde la configuración familiar tradicional hasta los prejuicios culturales que impactan dialécticamente lo socioeconómico y lo político (y viceversa). El poder fue cada vez más reservado al macho que sale de cacería y hace las guerras, mientras a la mujer se le dejaron el resto de las cargas y se le apartó de la toma de decisiones. El idioma como toda elaboración social, se tornó en masculinidades dominantes y excluyentes; y cuando el “hombre” hizo a dios a su “imagen y semejanza”, elaboró las normas o mandamientos, organizó las instituciones para ejercer el poder, se esmeró en imponer que sólo los machos serían propietarios y sólo los propietarios tendrían el poder.
Esa es la ecuación que ha regido la historia de esta multicultural y plurinacional diversidad llamada “humanidad”.
II
Cada 8 de marzo el comercio celebra otra zafra de regalos y fiestas. Si hasta las tragedias las convierten en fetiches del consumismo y la máxima ganancia. Un icono tan anticapitalista como el Che Guevara no dudaron los publicistas al servicio de las transnacionales en usarlo para vender multiplicidad de mercancías a la juventud que veía en el guerrillero argentino-cubano un símbolo de su propia rebeldía.  
Las trabajadoras que murieron quemadas en la Cotton Textile Factory, en Washington Square, Nueva York, porque los dueños de la fábrica las habían encerrado para que no pudieran declarar la huelga, fueron borradas del imaginario colectivo sustituyendo aquél martirio por una celebración vacía.
Pero quedó en los inicios de las luchas obreras por la reducción de la jornada, por el derecho al descanso y a dar alimentación a la familia, la huella indeleble de las mujeres bolivarianas, socialistas, anarquistas y comunistas, que fueron las verdaderas heroínas de esas primeras conquistas feministas contra la explotación capitalista.
Son ellas: Flora Tristán, Manuela Sáenz, Rosa Luxemburgo, Clara Zetkin, Frida Kahlo, y una larga lista de luchadoras revolucionarias en todo el mundo que hoy debemos recordar y honrar.  
En la gesta independentista –y antes en la resistencia a la invasión europea- la mujer de Abya Yala ha estado en combate permanente contra la opresión colonial y por hacerse de un espacio propio de realización. En medio de una cultura machista dominante, las patriotas venezolanas Ana María Campos, Domitila Flores, Josefa Camejo, Luisa Cáceres, Juana Ramírez, enfrentaron con su verbo y su coraje al régimen imperial, sufriendo persecución y tortura.
Desde 1910, durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Trabajadoras celebrada en Copenhague, se aprobó declarar el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, y en 1975 la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció esta fecha como el Día Internacional de la Mujer.
III
Si bien es cierto que aquellos tiempos inquisitorios y feudales quedaron atrás, que las luchas de la mujer y el movimiento liberador que las acompaña han alcanzado reivindicaciones importantes, no dejan de alarmar las manifestaciones de ese machismo patriarcal heredado de las épocas más oscurantistas de la historia. La estadística de violencia de género y –específicamente- feminicidios observada en pleno siglo XXI, es una afrenta moral y un flagelo social que avergüenzan la existencia misma del “hombre”.
Todavía se oyen prédicas medievales desde los púlpitos y los tribunales, las academias y los medios de comunicación, los gobiernos y las cámaras empresariales, que provocan asco en los espíritus más sensibles, por la indignidad con que vociferan concepciones supremacistas obsoletas, gérmenes de la deformación del alma de la comunidad.
Justificar con discursos mediatintas, maniqueísmos prehistóricos, dogmas ridículos, cualquier agresión física o simbólica hacia la mujer, es prestarse a satisfacer intereses inconfesables de logias falocráticas que han incurrido en las más degradantes prácticas, como la pederastia masiva compulsiva, el fascismo, el racismo, el conservatismo cultural, la discriminación sistemática de la amplia y natural diversidad humana, la homofobia, y por supuesto la misoginia como emblema de un sistema podrido desde sus raíces.
Esas concepciones derechistas ganaron espacios políticos esta última década, y son notorias -por retrógradas- sus invocaciones esotéricas del poder supremo que una deidad atrapada en un libro mágico tiene para castigar a quien no se hinque de rodillas y se comporte lo suficientemente dócil al (dios) capital que estos predicadores defienden. Amenazándonos con el “dios de los ejércitos” y el apocalipsis, nos inquieren a ser sumisos como único camino a la salvación.
Hoy la lucha de la mujer por tener pleno derecho sobre su cuerpo, su sexualidad, su dignidad laboral, su honorabilidad, su estética, su espacio de libertad, su acceso igualitario a todas las instancias de poder, su paz, su ambiente sano, su lenguaje, su literatura, su historia, es, más que nunca antes, la lucha de toda la humanidad (“hombres” incluidos) por verdaderamente humanizarse para ser mejor.

Yldefonso Finol