UN DIPLOMADO TRIVERGATARIO: Vida, Obra y
Pensamiento de Simón Bolívar
I
El Centro de Estudios SIMÓN BOLÍVAR ha
convocado este diplomado que, en mi opinión, es la iniciativa más importante
del siglo para la formación de una ciudadanía patriótica con vocación
revolucionaria para encarar el cambio civilizatorio que transita la humanidad.
Hemos repetido sin cansarnos (pero casi
seguro resultándole fastidiosos a otros) que la revolución no puede llamarse
bolivariana si no forma a su militancia en la doctrina del Libertador. Esto es
una obligación constitucional para toda la república según reza el Artículo
Primero de la Carta Magna más democrática y progresista de nuestra Historia Patria.
Conocer y defender -además- la épica
nacional, es una obligación de carácter moral, porque somos el pueblo con el pasado
más glorioso que nación alguna aspiraría a tener, toda vez que parimos al
Precursor de la Emancipación Hispanoamericana Francisco de Miranda y al
Libertador Simón Bolívar que concretó como jefe político-militar la aspiración más
significativa de una época que cambió el curso de la historia universal; y
fuimos el pueblo hecho ejército que salió a liberar, no a conquistar países,
sin traernos ni un gramo de plata del Potosí ni una pieza de oro de Lima, Quito
o Bogotá. No existe en ningún museo de Venezuela una pieza arqueológica o
artística robada a nación alguna de las que ayudamos a hacer independientes. Esa
mística, esa épica, la encarnaron Antonio José de Sucre, Rafael Urdaneta, Pedro
León Torres, José Laurencio Silva y muchos próceres fieles del Genio de América
Simón Bolívar.
Pero esta veneración que convoco a
compartir con vehemencia, no se queda en el culto de los mármoles y elitistas rituales
enclaustrados, ni en la pedante autocomplacencia de la erudición ociosa, muchas
veces al servicio de aristocracias que saben manosear los egos con dádivas
lisonjeras; para nada, todo lo contrario; el llamado a relanzar el
bolivarianismo es un reclamo de aquella herencia sagrada que no supimos honrar
con la altivez y eficacia que permitieran la consolidación del pensamiento
emancipatorio por excelencia de nuestra nacionalidad, y la concreción del
modelo de sociedad contenido en la Doctrina Bolivariana de ruptura
anticolonial, “igualdad establecida y practicada”, máxima justicia social y
desarrollo de la ética como pauta de modelaje societario.
El pensamiento bolivariano no es un
asunto del pasado ni debe confundirse con una antología de “frases célebres”
para recordar mecánicamente en las efemérides. No es una lectura aburrida, no
es una filosofía enmarañada, no es un recetario ni una fórmula mágica. El bolivarianismo
(o bolivarismo) es ante todo una lección de vida para emular lo más altruista y
atrevido del ser humano. Es un mensaje retador y estimulante. Es un aliciente
para hallarle sentido a una vida de servicio por el bien común.
¿Sabían que el bolivarianismo es el
ambientalismo pionero a nivel mundial que recoge -y se basa- en el ecologismo
profundo de los pueblos originarios de nuestro continente?
¿Sabían que la construcción de
ciudadanía es un elemento permanente en las disquisiciones que el Libertador propone
en sus múltiples legados escritos?
¿Sabíamos que Bolívar fue un defensor de
los derechos de los pueblos originarios y los afrodescendientes?
¿Conocíamos que el Libertador
consideraba la amistad y el amor como los tesoros y energías más poderosas y
bellas del ser humano?
¿Nos enteramos por alguna vía que ese
famoso guerrero que condujo ejércitos victoriosos por miles de kilómetros, muchas
veces casi sin recursos, era un hombre jovial, comedor de arepas y sancochos,
que cantaba para animar las marchas y se detenía a conversar con soldados
humildes como si fueran sus hermanos?
¿Creeríamos que Bolívar disfrutaba
muchísimo bailando y hacía gala de un humor exquisito?, como cuando despachó
con un refrán jocoso la jugada de algunos caudillos que querían disputarle la
jefatura patriota so pretexto de rescatar la Constitución de 1811 bajo un
gobierno provisorio triunviral: “ha durado tanto como el cazabe en caldo
caliente”, dijo sobre el llamado Congresillo de Cariaco en 1817.
Bueno, para allá es que vamos con este
Diplomado tan pertinente como urgente, porque es necesario, porque llena un vacío
que no debió dejarse formar; urgente porque no hay más tiempo que perder. La realidad
mundial que asoma desmoronamientos estrepitosos nos obliga a amalgamar lo más
sólido y vigoroso de nuestras reservas morales: eso precisamente representa el
bolivarianismo.
II
El Diplomado está repartido en los
siguientes Módulos: Enfoque teórico-metodológico: historia insurgente; Primera
y Segunda República; República de Colombia; Campaña del Sur; Doctrina Política
del Libertador; Patrimonios bolivarianos (inventario mundial de manifestaciones
materiales e inmateriales inspiradas en el Libertador).
El mismo debe ser punta de lanza de un
modelo de formación política revolucionaria para llevar el estudio de Bolívar
en todos los territorios y todas las comunidades: escuela de cuadros y pueblo
organizado para la confrontación de ideas y la resistencia prolongada a la
guerra mutante que nos acecha desde las hostiles potencias imperialistas.
Funcionaremos como círculos de lectura,
buscando generar la articulación militante a través del referente ideológico de
las luchas emancipatorias, desde la visión de la historia insurgente como
enfoque en construcción que parte de reconocer la preexistencia originaria, en
contraposición de la llamada “historia oficial” que es la perspectiva historiográfica
hegemónica impuesta durante la república burguesa dependiente que hoy nos
empeñamos en superar con el socialismo bolivariano.
Esto significa superar el pensamiento
filosófico de la Ilustración, desmitificando los dogmas alienantes del proceso
colonizador-evangelizador de dominación eurocéntrica; entendiendo la asimetría
entre esa historia hegemónica decadente y la historia insurgente construida por
el saber colectivo, diverso y pluricultural.
De allí la importancia de incorporar al
debate la descolonización de las conciencias, provocando una ruptura
epistemológica con los patrones impuestos del universo sentipensante
eurocéntrico, legitimador del supuesto supremacismo racial y civilizatorio.
La resistencia de los pueblos
originarios es ejemplo y escuela donde beber la savia de ese nuevo paradigma
liberador, complementado con el pensamiento revolucionario de Simón Rodríguez,
y los continuadores del bolivarianismo en los siglos XIX, XX y XXI.
Construir un pensamiento original para
Abya Yala, ese continente latinoamericano y archipiélago caribeño, unido en
causa trascendente de liberación, implica pensar la lucha por la Independencia
no exclusivamente desde las expresiones de la elite ilustrada de los inicios
del siglo XIX, si no reconocer que viene de la resistencia desigual que los
pueblos originarios libraron contra la invasión europea desde 1492 hasta la
actualidad.
Por eso este Diplomado tiene como
objetivo estratégico evitar que se asesine la memoria de los pueblos como
estrategia hegemonista del capital transnacional: luchar simultáneamente contra
los mitos opresores del espíritu que impuso la Colonia, y los sofisticados
mecanismos contemporáneos de neocolonialismo y recolonización en la era del
imperialismo.
III
Comprender la verdadera esencia y
vigencia de la Doctrina Bolivariana, también se traduce en despersonificar la
figura de Bolívar como el único liderazgo, inalcanzable y sobrenatural.
Consideramos sí, que el pensamiento de Bolívar, rescatado por Chávez en los
umbrales del presente siglo, es el arma ideológica para que se multiplique el
heroísmo cotidiano de nuestra gente en cada rincón donde haya que defender
nuestra soberanía, nuestra libertad, nuestros derechos, nuestro honor patrio, nuestro
buen vivir, nuestros sueños por una mejor humanidad, nuestro bien común, nuestra
felicidad colectiva.
Nos proponemos combinar sin prejuicios
lo académico y lo espontáneo, haciendo énfasis en la AUTOFORMACIÓN,
compartiendo conocimientos con respeto y apoyo muto, promoviendo el hábito de
la lectura y la escritura, sin menospreciar el uso de las nuevas formas
tecnológicas de difusión y comunicación, repensando lo sabido y lo investigado,
en sistematizaciones diversas, sin esas ortodoxias metodológicas paralizantes.
Conscientes de la diversidad de niveles
de formación existentes en una plantilla exitosísima de más de diez mil
personas inscritas en todo el país, más otras de diecinueve países hermanos que
se han animado a participar, sugerimos aplicar aquella máxima marxista “DE CADA
QUIEN SEGÚN SU CAPACIDAD, A CADA CUAL SEGÚN SU NECESIDAD”, para acelerar la
igualdad de logros en la comunidad de aprendizaje global.
Bolívar se vuelve comunero, vecino,
compañero de trabajo, familiar cercano, que seguro nos deleitaremos escuchando
sus crónicas y chistes, nos conmoveremos oírle hablar de sus desdichas, su
orfandad, su viudez precoz, sus tristezas ante la traición y la calumnia. Pero sobretodo
nos fortaleceremos aprendiendo su método de análisis predictivo, su permanente
esfuerzo como hombre estudioso, su interés permanente por la geopolítica
mundial, su amor por la literatura y las matemáticas, sus reflexiones
humanistas, su ejemplo de buen ciudadano y mejor servidor público.
Vamos en unidad a recopilar las
creaciones sobre Bolívar, incluido el riquísimo imaginario popular, inventariar
los talentos de las comunidades, para ese gran ejército creador que requerimos
en la lucha cognitiva, la que se lleva el campo de batalla a la mente, a lo
subjetivo, a la emocionalidad. Está a la vista la insuficiencia de la
racionalidad para explicar los procesos sociales y culturales. Los grupos que
apetecen eternizar sus privilegios manteniendo y reproduciendo la opresión
globalizada, lo entendieron hace tiempo y vienen ejerciendo un milmillonario
despliegue de recursos para controlar el alma del género humano.
Por ello debemos consolidar saldos
organizativos y cualitativos en la formación militante, llenar el vacío de la
falta de debate entre iguales, crear colectivamente esos contenidos capaces de
convocar las juventudes a la causa más humanitaria de la contemporaneidad: el
antiimperialismo.
En el Diplomado sobre la gesta de Simón
Bolívar y sus camaradas, estamos interpelados por la historia para diseñar un
discurso, UNA NARRATIVA LIBERADORA DESDE LO BOLIVARIANO, lo que consecuentemente
nos lleva a ejecutar un plan de acción desencadenante de múltiples
realizaciones transformadoras.
Cada participante es responsable de su plan
de autoformación, y el colectivo es su equipo de apoyo; los inventarios
patrimoniales que iniciaremos de inmediato, serán a la vez hilos para tejer la
red de cooperantes en la consecución del éxito comunal.
Para estructurar el movimiento
diplomante, nos valdremos de INSTANCIAS como las comunidades de autoformación,
actuantes como sesiones bolivarianas de orientación pedagógica, con el intercambio
de saberes para dar paso a las fases de análisis y síntesis resultantes.
Nos entreayudaremos con equipos de
sistematización, llevando cada cual su diario de incidencias cotidianas (especie
de libro diario usado en contabilidad) hasta redondear el informe de
aprendizaje a nivel grupal.
En cada estado del país, en cada
municipio y así sucesivamente en cada unidad territorial, habrán enlaces que
facilitarán el flujo de información a los vasos comunicantes de este amplio
sistema de flexibles líneas verticales y horizontales, transversalizadas por
los principios constitucionales de la democracia participativa y protagónica,
donde lo jerárquico y unidireccional dejan de ser determinantes, porque la
garantía del triunfo está en la conciencia y disciplina colectivas construidas
desde la propia conceptualización del Diplomado por el CESB: el carácter voluntario/militante
y comunitario/solidario del programa.
Apelo al epígrafe de León Felipe para
ilustrar desde la poesía este tipo de encuentros altruistas: “porque no es lo
que importa llegar primero y a prisa, sino llegar con todos y a tiempo”.
¡Enhorabuena, Libertador!
Yldefonso Finol
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