sábado, 26 de octubre de 2024

"Veto" sin rostro: una lectura con Bolívar

 “Veto” sin rostro: una lectura con Bolívar

I

Ganar la verdad

El Libertador Simón Bolívar fue pionero del multilateralismo, tal como lo fue del Derecho Internacional Humanitario, de las políticas públicas ecologistas y a favor de los pueblos originarios, entre otros asuntos de gran relevancia y actualidad.

Su convocatoria al Congreso Anfictiónico de Panamá -que llega en diciembre al Bicentenario- ilustra exuberantemente la convicción unionista confederal que aún reclama su concreción entre nuestras naciones.

Venezuela mantiene ese espíritu bolivariano, no sólo como Doctrina consagrada en la norma suprema fundante de la Constitución Nacional de 1999; también como valor inmanente a la venezolanidad, constatado en una historia de entrega solidaria al bien común de los pueblos hermanados por el anhelo de emancipación continental.

La presencia del presidente Nicolás Maduro en la Cumbre BRICS de Kazán representa estos elevados principios de nuestro ser colectivo como gentilicio libertador; pero estas cualidades no se consiguen tomando pastillitas milagrosas, ni con falsarias poses maquilladas, ni siquiera con los más avanzados implantes quirúrgicos.  

Por eso recordamos la carta de Bolívar a José Rafael Revenga del 25 de mayo de 1820, refiriéndose a la actitud hipócrita del gobierno de Estados Unidos hacia nuestras luchas por la Independencia: “…habremos conseguido la verdad, que en política como en guerra es de un valor inestimable”.

II

Venezuela es un país asediado bajo la modalidad de una guerra híbrida por las potencias imperialistas de Norteamérica y Europa Occidental. El coctel letal ha incluido ataques ilegales a nuestra economía y servicios públicos, actos terroristas de diversa intensidad, campaña de linchamiento contra le venezolanidad por la transnacional mediática antibolivariana, reiterados cercos diplomáticos, entre otras formas de intervención imperialista. Sólo falta la invasión militar directa, que la derecha fascista criolla y extranjera sigue pidiendo abiertamente.

El plan desestabilizador arreció tras la siembra del Comandante Chávez y el criminal Decreto Obama de 2015. Nuestro pueblo bolivariano ha ido venciendo en una resistencia realmente heroica, con el liderazgo del Presidente Maduro. Llegaron al extremo de engendrar un “gobierno interino” que sirvió a nuestros enemigos para robar importantes activos de Venezuela (una de las formas típicas de la acumulación de capital), y ahora, con el desconocimiento del proceso eleccionario del 28 de julio pasado, se preparan para una acción similar (peor) de cara al 10 de enero, cuando se inicia el nuevo periodo presidencial 2025-2031.

Entonces vuelve El Libertador a darnos luces, con ese par de máximas que hacen del bolivarianismo un pensamiento antiimperialista por excelencia: 1) “En Europa todo se hace por la tiranía, acá por la libertad… ellos sostienen a los tronos, a los reyes; nosotros a los pueblos, a las repúblicas; ellos quieren la dependencia, nosotros la independencia”. (Carta a Santander del 23 de febrero de 1825), 2) “…los Estados Unidos que parecen destinados por la providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad”. (Carta a Patricio Campbell, Guayaquil, 5 de agosto de 1829)

Hay quienes en el “Patio Trasero” quieren congraciarse con el patrón. Almas aspirantes de mayoral, o, parafraseando al sabio Juan Germán Roscio, peor que un ejército invasor es una mente colonizada.

III

Paréntesis relevante

Importante en estos tiempos retomar los aportes del brasileiro Rui Mauro Marini, y con él, toda la teoría marxista de la dependencia. Marini introdujo la categoría del sub-imperialismo, definiéndola como “la forma que asume la economía dependiente al llegar a la etapa de los monopolios y el capital financiero”.

El golpe militar de 1964 contra Joao Goulart, inscrito en los planes hegemonistas estadounidenses, amarró la economía y la política exterior de Brasil bajo la égida de la Casa Blanca. Desde entonces, la obediencia fue un afán de premiación de las elites dominantes del antiguo Imperio Luso, resignado al papel de segundón.

IV

Cerremos -por ahora- con más bolivarianismo: “Si los traidores triunfan, la América meridional no será más que un caos; pero, a la verdad, yo no concibo tal triunfo. Unos viles no pueden formar masa capaz de combatirnos”. (Carta a Rafael Urdaneta, Caracas, 14 de abril de 1827)

 

Yldefonso Finol

martes, 22 de octubre de 2024

DEL ORINOCO AL VOLGA: LA EXITOSA DIPLOMACIA BOLIVARIANA

DEL ORINOCO AL VOLGA: LA EXITOSA DIPLOMACIA BOLIVARIANA

Nicolás llegó a Kazán. Madrugó a muchos, como diría un paisano criollo para expresar la sorpresa noticiosa.

Hace un par de meses la maquinaria mediática imperialista intentó desaparecer a Nicolás, como si de un acto de magia perversa se tratara. Reincidieron en la ficción de otro “presidente”. Y van a insistir, porque es muy alta la apuesta Venezuela.

Pero deben saber el imperialismo y sus peones, que no basta la cábala para detener un país cuyo futuro es labrado cada día con amor y convicción.

La geopolítica es una ciencia muy compleja. Una alianza constructiva, que respete las especificidades nacionales, es necesaria en todo tiempo. La animadversión coyuntural de gobiernos serviles en el vecindario, no implica el aislamiento de una fuerza tan relevante como la Venezuela Bolivariana.

Un mundo de múltiples centros geoeconómicos, requiere el concurso de variadas potencialidades: la energética es clave.

Nuestra política amistosa, soberanista y solidaria, concebida y construida en la era Chávez que continúa el presidente Maduro, sigue dando frutos.

II

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela es una poderosa atalaya contra traidores a la patria y enemigos externos. Le corresponde exclusivamente al presidente trazar los lineamientos de política exterior y dirigir las relaciones internacionales. Nicolás es un estadista con mucha experticia en el delicado mundo diplomático. También es el líder creador de un equipo de altísimo nivel, que integran con gran eficacia y versatilidad la vicepresidenta Delcy Rodríguez y el ministro Yván Gil, junto al valioso talento de la cantera bolivariana.   

El Artículo 136° en su numeral 4 establece como competencia y obligación del Presidente Nicolás Maduro: “Dirigir las relaciones exteriores de la República y celebrar y ratificar los tratados, convenios o acuerdos internacionales”; mientras que el Artículo 152° define que: “Las relaciones internacionales de la República responden a los fines del Estado en función del ejercicio de la soberanía y de los intereses del pueblo; ellas se rigen por los principios de independencia, igualdad entre los Estados, libre determinación y no intervención en sus asuntos internos, solución pacífica de los conflictos internacionales, cooperación, respeto a los derechos humanos y solidaridad entre los pueblos en la lucha por su emancipación y el bienestar de la humanidad. La República mantendrá la más firme y decidida defensa de estos principios y de la práctica democrática en todos los organismos e instituciones internacionales.”

Tales son los principios que pregona y encarna en la cumbre BRICS en Rusia el Constituyente y Jefe de Estado Nicolás Maduro.

III

Bolívar, nuestro guía histórico, nos heredó una doctrina de las relaciones internacionales. Permítanme compartir algunos párrafos de mi libro Simón Bolívar: ideología y método de emancipación de Nuestra América. [1]

A su amigo Guillermo White, escribió desde San Cristóbal el 26 de mayo de 1820, unas notas reflexivas sobre las metas más anheladas de la lucha emancipadora, mismas que sólo se legitimaban por su contenido humanista y progresista: “No hay libertad legítima sino cuando ésta se dirige a honrar la humanidad y a perfeccionarle su suerte. Todo lo demás es de pura ilusión, y quizás de una ilusión perniciosa”.

Veía así su compromiso con el orbe, a pesar de saber que nuestra especificidad nos obligada a diseñarnos un nuevo sistema de vida nunca antes concebido. Es lo que hemos acuñado en el juego de palabras: el Nuevo Mundo crea un Mundo Nuevo.

La Doctrina Bolivariana sobre las relaciones internacionales, cuenta con un sinfín de máximas principistas que la definen y que la proyectan en los tiempos con una vigencia inobjetable. Una en particular que explica fenómenos geopolíticos de otrora y de la contemporaneidad, es aquella que establece: “Las enemistades entre naciones nacen del deseo de preponderancia y no del sistema de gobierno”. (Carta a Santander. Quito, 6 de diciembre de 1822).

Tal es la Doctrina Bolivariana en el plano internacional, que, junto al concepto del Equilibrio del Universo, redondea la posibilidad de un mundo amante de la paz y la cooperación para el progreso equitativo de las naciones. 

El desiderátum de esa vida virtuosa dedicada a la emancipación de los pueblos, aspiraba coronar una sola ambición suprema, de la cual dependían todos los sueños por realizar: “La paz será mi puerto, mi gloria, mi recompensa, mi esperanza, mi dicha, y cuanto me es precioso en este mundo”.

IV

No es un tiempo grato para la atribulada humanidad. Lo peor del humano cruel se está manifestando sin ningún pudor ni conmiseración ante la impotente burocracia multilateral que nada hace para detener a la bestia nazi-sionista desatada.

Venezuela presente en Kazán, es un aporte moral inmenso, una contribución altruista invaluable, más allá de lo concreto que en bienes estratégicos representa.

Deseamos que los pueblos se hermanen en busca del bien común, y somos conscientes de la historia de las desigualdades y el afán hegemónico que lo impiden. Pero donde se haga un llamado a “hacer humana la humanidad”, allí estará la Revolución Bolivariana, aunque sea navegando del Orinoco al Volga.

 

Yldefonso Finol

  



[1] Centro de Estudios Simón Bolívar, Caracas 2022

miércoles, 9 de octubre de 2024

VENEZUELA EN LA VANGUARDIA ANTIFASCISTA

 Venezuela en la vanguardia antifascista

Un engendro maléfico ha resurgido del averno: el fascismo, o nazismo, en su versión germana. El papel de genocida compulsivo que antes encarnó la Alemania de Hitler, hoy lo patentiza con horripilante impunidad la Israel de Netanyahu, esa maquinaria de muerte creada por el sionismo imperialista inglés y estadounidense para invadir Palestina y problematizar el Medio Oriente; porque eso es Israel: un proyecto colonialista con patente para masacrar, perpetrar genocidio, imponer apartheid, promoverse como supremacía racial-religiosa, y desarrollar el más aberrante régimen terrorista con el armamentismo como estrategia de sojuzgamiento de los pueblos vecinos, particularmente la nación árabe, contra la cual han creado -para despojarla- todos los prejuicios y estigmatización a través del aparato comunicacional hegemónico de los imperialismos occidentales.   

Esta es la paradoja (simbólica) más absurda de la humanidad actual.

El neofascismo también viene creciendo en Europa por medio de partidos políticos de derecha que se jactan de ser herederos de las dictaduras y autocracias impuestas a sangre y fuego la primera mitad del siglo XX; esas mismas que provocaron las dos conflagraciones imperialistas, en la segunda de las cuales, se ensañaron rabiosamente contra los pueblos soviéticos. Se trata de proyectos retrógrados que se solazan en la xenofobia, la negación de derechos, la invocación de manidos clichés anticomunistas o contra cualquier forma de izquierda, a la que aspiran exterminar.

En Nuestra América no han faltado estas atroces experiencias, recordemos la Operación Cóndor, donde se agruparon dictaduras pitiyanquis genocidas de sus propios ciudadanos. Hoy, en pleno siglo XXI, vemos el posicionamiento de megalómanos psicópatas como Milei en la presidencia de Argentina, y -antes- un Bolsonaro en Brasil, un Noboa en Ecuador, Bukele en El Salvador, y las soterradas fuerzas oscurantistas del santanderismo neogranadino acechando la frágil democracia progresista intentada por el presidente Petro, quien acaba de denunciar un golpe de Estado en marcha.

Venezuela Bolivariana sabe de esas embestidas. El fascismo criollo ha intentado por todas las vías derrocar el orden constitucional y someter el país a la recolonización yanqui. Las acciones criminales activadas desde el domingo 28 de julio, como parte del plan de desconocimiento del triunfo claro del candidato bolivariano Nicolás Maduro, los ataques eléctricos, cibernéticos y, en simultáneo, el despliegue de bandas delictivas, constituyeron elementos claves del plan fascista para asaltar el poder mediante la estrategia del “caos constructivo” justificador de la intervención militar extranjera.

Pero esta Venezuela Bolivariana ha aprendido mucho en la resistencia popular a dos décadas de ataques oligárquico-imperialistas. El golpe de estado de 2002 contra el Comandante Chávez lo vencimos en 47 horas, y esta violencia fascista de julio 2024 quedó desarticulada en día y medio. Lamentable el saldo de vidas humanas que dejaron a su paso los “comanditos”; doblemente martirizadas cuando la mediática antibolivariana usa esas víctimas para acusar al Gobierno, siendo que fueron homicidios cometidos por las pandillas derechistas, pagadas por la franquicia terrorista lacaya de los gringos.

Superadas las horas aciagas de violencia con que quisieron destruir la estabilidad alcanzada con el liderazgo del Presidente Nicolás Maduro -tras una década de guerra híbrida que mermó gravemente el Ingreso Nacional e implicó la trama de un fantoche “gobierno interino” que facilitó el saqueo de valiosos activos venezolanos-, nuestro país pasó a la ofensiva creativa al convocar la iniciativa política más trascedente de los últimos tiempos: el Congreso Mundial contra el Fascismo, Neofascismo y expresiones similares, realizado en Caracas los días 11 y 12 de septiembre, con un esfuerzo extraordinario que logró reunir en tiempo récord más de mil delegaciones de 91 países.

Y como resultado de este histórico Congreso, la creación de la Internacional Antifascista que ya aglutina las más representativas voluntades democráticas y solidarias del planeta. Actualmente se prepara una agenda de encuentros de parlamentarios (4 y 5 de noviembre), jóvenes (finales de noviembre), y otros sectores sociales que irán enriqueciendo el accionar coordinado de las fuerzas humanistas que detendrán el fascismo como amenaza a la paz y convivencia universal.

La Diplomacia Bolivariana de Paz continuó su avanzada por la verdad en la Asamblea General de Naciones Unidas, escenario que la transnacional antibolivariana pretendía convertir en matadero de nuestra legitimidad. ¡Vaya chasco se llevaron! Sólo un grupúsculo de gobiernos sumisos a Estados Unidos corearon su falaz cacareo cuestionando nuestra soberanía electoral, sin ningún efecto en el mundo libre de tutelas imperiales.

La voz de Venezuela, llevada por nuestro Ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores, Yván Gil, en representación del Jefe de Estado, Nicolás Maduro, sonó alta, afinada y clara, con la irreductible dignidad de la Patria de Bolívar y Chávez, la que nunca se rinde, la fraterna con los pueblos, la que sueña, lucha y trabaja por una mejor humanidad.

Impresionante multiplicidad de encuentros bilaterales y multilaterales con gobiernos amigos de Venezuela que representan en conjunto al 90% de la población mundial, más del 80% de los Estados miembros de la ONU, y las economías productivas emergentes que mueven el mercado global de energías, alimentos, manufacturas, equipos industriales y tecnologías. Siempre hablando del bien común y el buen vivir de los pueblos, nunca fraguando daños a nuestros semejantes, como si hacen con descaro nuestros enemigos, esos que amasan sus negocios con la guerra y el expolio.

Nuestra Venezuela ha dado agigantados pasos al frente en defensa de la humanidad, al convocar y constituir la Internacional Antifascista, que es decir antiimperialista, antisionista, anticolonialista.

Es el valor de ser una República Bolivariana, a veinticinco años de la indestructible Constitución Nacional de 1999. ¡Victoria tras victoria, Patria querida!

Yldefonso Finol