MADRE PALESTINA
Madre palestina
¿qué día del calendario cesará tu llanto inconsolable?
¿cómo felicitarte en tu cumpleaños si las fechas han
desaparecido como las flores de azahar, como las escuelas, como los árboles?
¿por cuál túnel te haré llegar un regalo de estrellas si
no han dejado noche para soñar?
Madre, ¿ninguna ruta se salva de la matanza universal?
Soy tu hijo desintegrado entre los escombros de tu vientre
Soy tu niña lanceada por criaturas monstruosas y
despiadadas que llaman “colonos”
¿Serán estos “colonos” algún mortífero gusano emanado del cadáver
corrompido de aquel Colón que llevó la perversión a las “Indias”?
¿Serán estos “colonos” los mismos que exterminaron a las
naciones originarias de Abya Yala, esos que encerraron sus infancias en
conventos de sadismo y necrofilia?
¿Aparecerán sus cuerpos ultrajados y mutilados antes que
estos nuevos “colonos” nos desaparezcan de la faz de la Tierra?
¿Cuánto hace que llegaron disfrazados de personas y los
acogimos como nuevos vecinos?
Cuando les dimos aceites de nuestras olivas y carnes de
nuestros corderos
Cuando les ofrecimos un lecho fraterno donde reposar del
largo viaje
Cuando les cedimos un trozo de terreno para que hicieran
un huerto
Y celebramos sus primeras cosechas, y nos pagaron con
pesadillas
Nakba, Madre, los recién llegados han mutado a engendros
sanguinarios
Nos despertaron disparando sus armas (camufladas hasta esa
mañana) para echarnos de nuestras casas, nuestros pueblos, nuestras ciudades,
nuestra nación
Nakba, Madre, el “mandato británico” ha esparcido sus
maleficios por doquier
Pero la peor plaga la han traído a Palestina, Madre
¿Por qué?, Madre, ¿por qué?
Si la religión de
estos invasores los adoctrina en el rencor, la obsesión de venganza, ¿por qué
no se van a Alemania a desatar la furia del dios que los escogió?
¿Por qué no desahogan su brutalidad bestial con los
descendientes de Isabel la Católica?
Pero ellos ahora son sus aliados que les arman y financian
para exterminarnos
Madre mía, mi Palestina adorada y atormentada, no puedo
darte ni mi corazón, porque lo han devorado los invasores al “descubrir” que en
mi pecho habita un poema que te haría feliz un instante, un breve y liviano
aleteo de colibrí, un sutil susurro de abeja, una suave caricia del mar en
nuestras playas…
Un mundo distópico nos deparó la Nakba
Desaparecieron los países soberanos como desintegrados por
el soplo de brujos infernales
El planeta de millones de años será tragado por el ácido
radioactivo que destilan los mercenarios aquí campantes
Ya no existe la Humanidad, ese enjambre que una vez fue
esperanza de los dioses
En la cruz clavaron al hombre que pidió amarnos como
hermanos
La bestia nazi con su cruz gamada multiplicó por millones
el Calvario
El ente sionista ocupante se contagió y amalgamó con aquellos
verdugos inmisericordes
Las hordas conquistadoras que flagelaron al África
esclavizada
Los blancos europeos que inventaron el apartheid
Los anglosajones estadounidenses que bombardearon
Hiroshima y Nagasaki
Los inquisidores que quemaron las madres parteras y
alquimistas en las hogueras
Las mujeres quechuas, aimaras y mayas esterilizadas forzosamente,
bajo engaño, por los gringos fanáticos del progreso de su raza blanca
La raza aria, la raza “judía”, la raza del capital
financiero, la raza imperialista
Toda esa maldad ha sido perfeccionada contra nuestra Madre
Palestina
Esta cosa llamada “Israel”, plagiaria hasta de su nombre,
es el fin del humanismo
Perdón Madre por amargar tanto este día con mis gritos de
dolor
Yo sólo quería traer un pez a nuestra mesa, unos garbanzos
para el hummus con tahini
Yo sólo tuve un sueño donde nuestro pan redondo nos
trasladaba como mágica alfombra voladora al tiempo de la libertad y la paz, y
pudimos abrazarnos bajo la higuera a llorar una felicidad hoy desaparecida
entre la tumba multitudinaria de Gaza
Madre un profeta llamado Bolívar dijo: en Europa todo se
hace por la ambición, y los infames Estados Unidos nos plagarán de miseria
Este profeta del Gran Rio Orinoco señaló la hebraica mala
conducta, y también nos enseñó que todos los pueblos del mundo que han luchado
por la libertad han exterminado al fin a sus tiranos
Hemos luchado tanto Madre, que abrigo un hálito de fe en
estas justas premoniciones
No son distintas las aguas del Mar Mediterráneo y el
Caribe desde donde nos llegan estas frutas que refrescan nuestros espíritus
Nunca fuimos tan desdichados desde los tiempos del dominio
romano
¿Sentirá el sumo pontífice de Roma nuestras heridas, le
conmoverá la desolación que el maligno ha descargado sobre nuestra mermada
existencia?
Perdona Madre estas quejas de tu hijo ausente
Yo sólo quise darte un beso en la mejilla con los labios
que quemó el fósforo blanco hasta cremar
Un beso en esas mejillas de huesos sagrados donde se
atesora el semillero de tu inmortalidad.
Yldefonso Finol
Domingo 11 de mayo de 2025
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