MENSAJE DEL EMBAJADOR YLDEFONSO FINOL POR LOS 80 AÑOS DE LA VICTORIA SOBRE EL NAZISMO
Su
Excelencia Embajador de la Federación Rusa en la República Oriental del Uruguay
Compañeras
y compañeros del Capítulo Uruguay de la Internacional Antifascista
Camaradas:
Reciban
el más caluroso y fraterno saludo del Pueblo y el Gobierno de la República
Bolivariana de Venezuela, muy especialmente del Presidente Nicolás Maduro Moros
y de nuestra Cancillería.
La
gesta que hoy conmemoramos se nos presenta en la actualidad con una triple
valoración histórica que es necesario apuntar para comprender el devenir de
esta atribulada humanidad del primer cuarto del siglo XXI.
En
primer lugar, la victoria de los pueblos soviéticos -con el protagonismo
fundamental de la Gran Nación Rusa- sobre el flagelo destructivo del
nazi-fascismo, cerró un periodo de violencia extrema desatada por las fuerzas
del capital monopolista, definida por el sabio Vladimir Ilich Uliánov “Lenin”, como
el imperialismo, fase superior del capitalismo, al cual caracterizó en
lo político como una “tendencia creciente a la violencia y la reacción”, lo que
continúa totalmente vigente.
Un
principio ideológico esencial unía al nazismo derrotado, con los supuestos
“aliados” ingleses, europeos y estadounidenses: el anticomunismo, hoy devenido
en antisoberanismo, anti-autodeterminación, y antiliberación de los pueblos.
Por ello el plan imperialista -una vez concluida la llamada segunda guerra
mundial- comenzó por invisibilizar los más grandes esfuerzos y sacrificios que
correspondieron a la clase trabajadora y campesina de la Unión Soviética.
Extinguir y desintegrar la URRS, para luego descuartizar Yugoslavia, cercar a
Rusia con una feroz campaña de rusofobia y el emplazamiento de bases de la OTAN
en todos los países que colindan con la Federación Rusa, todo iba fríamente
calculado para cumplir la vieja apetencia de las oligarquías europeas y
angloamericanas de asaltar los territorios de la Rusia soberana.
En
segundo lugar, el fin de la guerra con la victoria rusa sobre la Alemania nazi
hace 80 años, lo utilizaron los imperialistas yanquis para mostrar, con toda su
saña y alevosa inhumanidad, un poderío bélico hasta entonces inédito: el
lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. Se abrió el
periodo de la “Guerra Fría” y la carrera armamentista y aeroespacial, pero
también los procesos de liberación nacional que alcanzaron éxito en diversos
países de Asia, África, Oriente Medio, Latinoamérica y el Caribe. El fascismo
como ideología de la opresión imperialista fue cooptado por la nueva metrópolis
imperialista, Estados Unidos, como herramienta de destrucción de procesos
emancipatorios, aplicándola con furia en Nuestra América a través de la
instalación de dictaduras militares y regímenes teóricamente demócratas
burgueses que sólo se sostenía por el terrorismo de Estado con que sometían a
los pueblos. La Doctrina de Seguridad Nacional promovió los Golpes de Estado en
todo el Cono Sur latinoamericano, y perpetró la Operación Cóndor como
transnacional anticomunista violatoria de los más sagrados Derechos Humanos. El
neoliberalismo fue el proyecto económico que impusieron a sangre y fuego para
expoliar el trabajo y los recursos de nuestros países.
Y, en
tercer lugar, la justa valoración de aquella proeza humanitaria de hace 80 años
que hoy conmemoramos, es proyectarla en el presente y futuro de nuestros
pueblos. La fascistización acelerada de las sociedades por medio de la
exaltación del egoísmo individualista como embrujo del capitalismo neoliberal,
las tendencias del neomalthusianismo que abogan desde el FMI y las plataformas
digitales monopolizadas por la banalización del mal, el exterminio de lo
diferente incluidas nacionalidades enteras como la palestina, sometida por el
sionismo neonazi a una carnicería que el mundo observa inerme en vivo y
directo; la criminalización de millones de seres humanos que se ven obligados a
migrar por efecto de la opresión imperialista en sus territorios nativos, la
permanente zozobra en que sobreviven las mayorías desposeídas por los
desafueros de la exclusión socioeconómica y el desmedido afán de lucro de las
elites globales, la cada vez más evidente destrucción del ambiente por esos
capitales voraces, todo ello nos obliga a asumir el altruismo de aquellos
héroes, heroínas y mártires que hace 80 años vencieron al monstruo imperialista
nazi. De allí la pertinencia del término acuñado por el Presidente Vladimir
Putin: desnazificar. Es una tarea impostergable que la Venezuela Bolivariana
comandada por el Presidente Maduro suscribe y pone en práctica con la resistencia
cotidiana de nuestro pueblo y creación de la Internacional Antifascista.
Es la
lección a aprender y el compromiso de honor con esa parte de la humanidad que
se echó sobre sus hombros la decencia, el decoro y la valentía de toda la
especie humana.
¡Honor
y Gloria al 80 Aniversario de la Victoria sobre los nazis imperialistas!
¡Venceremos!
Yldefonso
Finol
Embajador
de la República Bolivariana de Venezuela en la República Oriental del Uruguay
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