Poeta que los domingos
A Berta Vega
Siempre he
desconfiado de los domingos
De adolescente
inventé la teoría de fugarse antes de la una de la tarde
Irse a la
playa al río al monte para evadir el maleficio
Propuse una
reforma general de las semanas
Que las
noches de los viernes tuvieran tres noches
Que los
sábados duraran setenta y dos horas
Todo para
alejar el domingo y restarle peso
Tratarlo como
enemigo peligroso
Disminuirlo
ya que no podía desaparecerlo
Mucha gente
se aferraba a su sotana negra y podía ahogarse
¡Que
asesinos no somos!
Nuestras
deidades no necesitan descansar los domingos
El derecho
a la pereza se ejerce cualquier día en mi revolución
Con la
religión del pastor Lafargue y la chamán que habita en las rockolas
II
Poeta que
vive en pequeños agujeros como cangrejitos del manglar
Las palabras
van moldeando imágenes de luz entre las sombras
Palabras de
mujer inaudibles en el atropello de las máquinas
Voz que se
hace sentir para cosechar futuros utopistas
Verbo en
cuarto menguante que hace fértil su entorno desértico
Es la
poesía hecha llovizna sobre los cujisales del Maracaibo
Donde florecen
flores como Domitila y campos como Ana María
Muchachas con
venas de Manuela Sáenz y letras de Rosa Luxemburgo
III
Ha llegado
el domingo –inevitable- con su tormento de tedio y congoja
Toda la
vida de mi generación se desmorona en recuerdos que son hojas
Hojas que
caen vencidas por el tiempo
Hojas que
nacen esperando versos para revivir.
Yldefonso Finol
Maracaibo, 20 de marzo 2022
No hay comentarios:
Publicar un comentario