TEÓRGIDO
RINCÓN
Teórgido
Elí Rincón nació en la población El Moján, municipio Mara del estado Zulia, en
la República Bolivariana de Venezuela, el 23 de enero de 1961.
Hijo
de una humilde y numerosa familia de pescadores, su madre María Eligia Rincón y
su padre Telemago Paz, eran descendientes directos del pueblo añú originario de
la Cuenca del Maracaibo.
Su
infancia la pasó en el barrio Nazaret, como se llama la comunidad palafítica
del Moján autóctono. Comenzó sus primeros estudios en la escuela cercana a su
barrio, también llamada Nazaret, terminó la primaria en la escuela Sixto de
Vicente, y comenzó el bachillerato en el liceo Hugo Montiel Moreno en la
capital marense.
Teórgido
Rincón, conocido cariñosamente como “Teo” o “Machito” por sus familiares y
amistades, era el tercero de siete hermanos, cinco varones y dos hembras, fue
un adolescente inquieto, recio, trabajador y sensible. Realizaba labores de
ayudantía en la faena pesquera para la manutención del hogar. Participaba en
las actividades comunitarias tradicionales y asumió tempranamente luchas
reivindicativas, tanto en su barrio como en los quehaceres estudiantiles.
A
mediados de la década de los setenta, se había instalado en un palafito del
barrio Nazaret una célula del Partido de la Revolución Venezolana (PRV) bajo la
fachada de Casa de la Cultura Popular. En esa sede se comenzó un trabajo
político vinculado a las necesidades más notorias de la población. Lo primero
que se hizo fue implementar una jornada de alfabetización, ya que había muchas
personas adultas sin esta elemental formación. Simultáneamente, se inició un
intenso movimiento cultural con la creación de diversos grupos en las artes del
teatro de calle, títeres, danzas folclóricas, decimistas, y la edición del
periódico El Proletario, elaborado totalmente en forma manual con la técnica de
la batea.
Teo
fue de los primeros muchachos del barrio en incorporarse a aquél proyecto de
concienciación y organización popular, que conjugaba su activismo con la Unión
de Jóvenes Marenses que era un colectivo de vinculación del movimiento juvenial
a las luchas ciudadanas en el municipio Mara, y el Comité Estudiantil Pro
Asamblea (CEPA), expresión de la militancia abstencionista que no participaba
en las tradicionales elecciones de centros de estudiantes por considerarlos
mediatizados.
La
organización política que canalizaba la presencia pública del PRV fue el
Movimiento Político RUPTURA, con el periódico de igual nombre, a través del
cual se difundían las líneas tácticas y estratégicas del partido. Teórgido
formó parte de RUPTURA como joven comprometido y fue madurando una posición
cada vez más sólida hasta hacerse un cuadro con liderazgo en el seno de la
organización.
Por
este tipo de compromisos, fue trasladado a la ciudad de Maracaibo, donde
continuó sus estudios en la Escuela Técnica Industrial ubicada en Sierra
Maestra. En esa institución educativa Teórgido descolló como líder estudiantil,
tanto como representante de sus compañeros de estudio, como agitador de las
masas empobrecidas del sur de la capital zuliana, donde las carencias de
servicios públicos y el abandono gubernamental en general eran causa de un gran
malestar social.
Por su
entrega y combatividad el sistema lo sometió a persecución, impidiéndole
continuar su formación profesional.
Llegada
la década de los ochenta, ante la división de los jefes del PRV, Teórgido opta
por seguir la línea oficial dentro de la organización que la lidera el
legendario jefe guerrillero Douglas Bravo. Es cuando se traslada a la ciudad de
Cabimas, apoyado por sus leales compañeros, partícipes de la misma posición,
María Álvarez y Ender Fula.
Fue
así como Teórgido Rincón, el Teo, el Machito del barrio añú del Moján
originario, se hizo cabimero de vivencia, luchas y corazón.
II
En
Cabimas Teórgido se involucró rápidamente con las luchas sociales. Entre las
actividades económicas de manutención, casi siempre en el comercio informal y
el emprendimiento en el área alimentaria, lo más importante era ser consecuente
con las aspiraciones que los marginados de la Venezuela “saudita”, los cordones
de excluidos en las ciudades petroleras, tuvieran acceso a derechos humanos esenciales.
Su
personalidad enérgica y rebelde, lo llevó a movilizarse por otras partes del
país, contribuyendo siempre al debate por una alternativa revolucionaria para
la Patria. Anduvo con Alí Primera en las iniciativas unitarias del Padre Cantor
y en eventos de trascendencia como las Canciones Solidarias y la Canción
Bolivariana, evento mago con el cual Alí convocó al país y al continente a
retomar el bolivarianismo como camino emancipatorio antiimperialista.
Junto
al dirigente social de Cabimas Douglas Querales y su hermano Pedro, a María
Álvarez y Ender Fula, y una pléyade de personas luchadoras, mantuvieron
incólume una vanguardia patriótica en toda la Costa Oriental del Lago
Maracaibo, aupando al movimiento obrero de conciencia clasista y el movimiento
cultural que se aferraba a la creación de espacios libertarios e igualitarios
en una mejor sociedad.
En esa
perspectiva se atrevieron a rescatar para el pueblo humilde aquellos derechos
que el sistema bipartidista negaba a las mayorías. Uno de ellos sin duda, la
vivienda, una de las carencias más sentidas de aquellos tiempos injustos.
El
proyecto de El Golfito no sólo fue la recuperación de tierras urbanas por vía
de la acción popular organizada, sino que, más allá de la mera ocupación del
terreno, se concebía como la semilla de un nuevo paradigma civilizatorio que
asumía la reivindicación social como construcción colectiva de nuevas
relaciones humanas basadas en la solidaridad, la autodeterminación, la
corresponsabilidad, conceptos que más luego formaron parte del proceso
constituyente que dio origen a la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela.
Entender
la comunidad con un sentido holístico, integral e integrador, implicaba la
concepción de la autonomía ciudadana como elemento básico de la redención y el
conocimiento como sendero de la formación del nuevo republicano pensado por
Simón Rodríguez y su discípulo Simón Bolívar, Nuestro Libertador. Por ello la
escuela debía ser toda la comunidad. El barrio como escenario para compartir
saberes y gestar aprendizajes para alcanzar los más altos estadios de
conciencia humanista, ecologista y transformadora.
Es así
que desde el primer momento se implementan acciones comunitarias para darle
vida a esa utopía: “la escuela es el barrio”. Visión perseverante de la
profesora María Álvarez, por demás pionera que el propio Maestro Prieto
Figueroa llegó a alabar como modélica. Esta fue una de las causas justas a las
que Teórgido Rincón consagró sus esfuerzos como bastión fundamental del
liderazgo social emergente en la Cabimas de los ochenta.
Líderes
nacionales como José Vicente Rangel y regionales como Luís Hómez dieron su
concurso en pro de esta lucha emblemática en los anales de la historia
revolucionaria en el Zulia.
Teórgido
asumió también el combate en espacios electorales en llave con Douglas
Querales, llegando a ocupar responsabilidades en la estructura institucional
del municipio en representación de la izquierda cabimense.
Llegado
el tiempo insurgente del 4 de Febrero de 1992, el llamado de la Patria contó
con Teórgido Rincón entre los revolucionarios civiles que arriesgaron sus vidas
por el despertar del pueblo bolivariano. Él es uno de esos héroes anónimos que
escribieron la historia con los mayores sacrificios sin ser apenas reconocidos.
Por
eso el recuerdo amoroso de quienes le conocimos y tuvimos el honor de luchar a
su lado, debe ser llama eterna que lo consagre entre las páginas inmortales de
las batallas de la Venezuela profunda por su libertad y su felicidad.
El
resto de la década de los noventa, Teórgido, junto al grueso de la militancia
revolucionaria de la región, trabajó tesoneramente en la consolidación de un
nuevo sindicalismo en la clase trabajadora petrolera y otras ramas industriales
en la Costa Oriental del Lago, como parte de la estrategia de cuajar una fuerza
revolucionaria capaz de tomar el poder y comenzar los cambios radicales que la
Patria reclamaba.
Se
sumó con entusiasmo a la campaña electoral presidencial al lado del Comandante
Hugo Chávez y al Proceso Constituyente convocado por éste para refundar la
República.
En
varios municipios del Zulia, incluido su pueblo natal El Moján, hizo campaña
por el Referéndum Consultivo del 25 de abril de 1999 para convocar la Asamblea
Constituyente, luego para obtener el triunfo de elegir todos los Constituyentes
por el estado, y la aprobación del pueblo el 15 de diciembre de la nueva
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
A
comienzos del año 2001, su salud se había deteriorado en gran medida como
consecuencia de una vida de exclusión, sacrificios, y precondiciones
circulatorias incapacitantes. El 5 de julio de ese año, mientras trabajaba como
vendedor informal en la población de Encontrados, municipio Catatumbo del
estado Zulia, sufrió una crisis; en pleno traslado al Hospital de Mérida,
fallecía ese gran luchador y buen compañero que fue Teórgido Rincón.
Sus
restos fueron sepultados en el cementerio del Moján, donde a su entristecida
familia se sumaron multitud de camaradas venidos de muchos lugares de la
Patria.
Honor
y gloria en su memoria.
Yldefonso
Finol
Historiador
Bolivariano
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