9 de enero 1831
EL GENERAL RAFAEL URDANETA ENCARGADO DEL PODER EJECUTIVO DE COLOMBIA ANTE LA TRISTE NOTICIA DE LA MUERTE DEL LIBERTADOR.El General en Jefe Rafael Urdaneta, por las circunstancias destructoras que se desataron sobre la Colombia original, para tratar de salvar lo que quedaba del proyecto emancipador y evitar la persecución criminal contra los bolivarianos, se hizo cargo del gobierno en Bogotá el 5 de septiembre de 1830 a petición de los cabildos de Cundinamarca que clamaban el retorno de Bolívar; así se lo pidió Urdaneta encarecidamente en cuatro cartas, la última de las cuales llegó a Santa Marta el 21 de diciembre.
La distancia y dificultades del camino retrasaban las comunicaciones. Por eso esta conmovedora Proclama es del 9 de enero cuando confirmó Rafael Urdaneta la infausta noticia de la muerte del Libertador.
En breves párrafos, Urdaneta demuestra su inmensa calidad humana, sus sinceras convicciones democráticas, y sus anhelos por la paz y la fraternidad.
Seguimos en la ruta virtuosa que nos legaron aquellos prohombres, nuestros Próceres y guías eternos.
¡Seamos leales como Urdaneta!
¡Patria o muerte, venceremos!
Yldefonso Finol
*Proclama de Urdaneta*
Colombianos! Agobiado por el peso del dolor, me esfuerzo, no obstante por cumplir con el más triste de mis deberes como magistrado, como ciudadano, como amigo. Os anuncio que ha cesado de existir el más ilustre entre todos los hijos de Colombia, el LIBERTADOR, el fundador de tres Repúblicas, el inmortal SIMÓN BOLÍVAR. Después de haber agotado hasta las últimas heces del cáliz de amargura que le ofreció la suspicacia de algunos conciudadanos suyos, ha pasado a la región de las almas, dejando un vacío inmenso en Colombia, en América, en el orbe civilizado.
Colombianos! Las pasiones contemporáneas, aun las más encarnizadas, deben darse ya por satisfechas. BOLÍVAR no pertenece de hoy más, sino al dominio de la historia; y mientras ella le asigna en sus páginas el prominente lugar a que le han hecho acreedor sus relevantes servicios a la causa de la humanidad, nosotros, los que tenemos la desgracia de sobrevivirle, debemos reunirnos en torno de su tumba helada, a llorar la pérdida que hemos hecho, a meditar sobre la situacion de Colombia, y prestarle los auxilios de que tanto necesita la patria para revivir.
Colombianos! Deseoso de que no se malogren los esfuerzos inauditos de aquel varon esclarecido, por la independencia y la libertad de nuestra tierra, me ocupo actualmente de dictar aquellas medidas que demandan el reposo y bienestar de los que viven sometidos al Gobierno nacional, y de negociar, con los que no lo están, los medios de llegar a un avenimiento amistoso, que tenga por resultado, reorganizar a Colombia y presentarla de nuevo a los ojos de las naciones en su pasada majestad y esplendor. En nombre de la independencia y de la libertad, convido a todos los que abriguen en su pecho sentimientos nobles y generosos, a que coadyuven a la bella empresa de restaurar a Colombia. Venid pues, colombianos, al templo de la concordia, venid conmigo a darnos un abrazo fraternal. Sólo así evitaremos que el país sea patrimonio de la anarquía más espantosa y devoradora que jamás vieron los siglos.
Bogotá, Enero 9 de 1831.
RAFAEL URDANETA
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