EL 10
DE ENERO DE 2025: VENEZUELA EN EL CENTRO DE LA REVOLUCIÓN MUNDIAL
Benjamín
Netanyahu apoyó a Guaidó y -por supuesto- no reconoce a Nicolás Maduro como
Presidente. Milei se erige en súbdito del genocida Israel y el de Paraguay fue
a rendirles pleitesía, mientras los cipayos del capital criminal le organizan
giras y foros al Guaidó II.
Una pandilla
de ociosos ex presidentes corruptos y con las manos ensangrentadas, son
comparsa del sainete orquestado contra la Revolución Bolivariana. Los agentes
de la peor parte del imperialismo, el sionismo, que es el fascismo actual,
montaron la farsa de unas “actas” que debían mostrarse para validar el triunfo
claro y contundente de Nicolás Maduro en las presidenciales del 28 de julio de
2024 (caso único en este mundo); de inmediato la mediática antibolivariana se
desplegó a nivel planetario para imponer la matriz falaz. Parte del plan fue
provocar violencia desalmada, asesinatos de señoras mayores, lideresas
populares, y de algunos servidores públicos civiles y uniformados. La maligna
jefa de la operación pidiendo a gritos una intervención militar extranjera
contra nuestro país a los “humanitarios” Biden y Netanyahu. El segundón Edmundo
González, matón de monjas y sacerdotes salvadoreños, firmó un acuerdo para irse
a España, violándolo pronto para seguir acumulando “aportes”.
Hay que
decirlo: nuestros enemigos nos convirtieron en el centro de la geopolítica
mundial con el 10 de enero como hito de lo que serán las relaciones
internacionales en adelante.
En las
calles de Venezuela hay varios consensos que forman una fuerza inexpugnable: el
pueblo bolivariano (contando en él a nuestra Fuerza Armada, por supuesto) es
garantía de una Venezuela en paz, con un gobierno muy democrático,
profundamente democrático, presidido, sin la más mínima duda, por Nicolás
Maduro, y con la determinación de continuar el camino de la recuperación
económica y los avances sociales que habíamos alcanzado la primera década del
siglo, para seguir por el horizonte de libertad, poder popular y potenciación
productiva que nos hemos planteado como nación soberana, generosa, pero no
pendeja, pacífica, pero preparada para combatir a quien se atreva a agredirnos.
Estas verdades
se respiran en los aires de la diversa geografía nacional, y -apúntenlo- son
compartidas por gente de todas las tendencias políticas. Así lo constatan a
diario los diplomáticos y corresponsales de medios extranjeros, así lo han
visto compatriotas emigrados que vinieron a pasar navidades y fin de año con
sus familiares y amistades. Por cierto, cada vez son más los que deciden
retornar viendo la nueva situación de bonanzas, y -también- huyendo de las
discriminaciones de que han sido víctimas en países con gobiernos xenófobos.
La juramentación
de Nicolás junto al Pueblo Presidente este 10 de enero ha generado expectativas
superiores a la toma de posesión de Trump en EEUU. Las potencias amigas
enviarán delegaciones de alto nivel, seguro sorprenderán a quienes están
apostando al vacío. Se estima que asistirán cerca de cinco mil representantes
de partidos y movimientos sociales solidarios con la Revolución Bolivariana. El
pueblo venezolano colmará Caracas de alegría, fraternidad, y amor por nuestro
líder con la consigna Yo Juro con Maduro.
El mercado
de hidrocarburos, las bolsas de valores, las tramposas empresas “calificadoras”,
los sesudos analistas internacionales, tienen sus telescopios ajustados hacia
Venezuela.
Nadie es
indiferente al Vientre de la Emancipación, que parió a los vencedores de hace
doscientos años en Junín y Ayacucho. Los pueblos que luchan por su dignidad,
soberanía y su vida misma, tienen mente, alma y corazón abrazados con la
Venezuela de Bolívar, Chávez y Maduro. No les fallaremos.
Dos
modelos de sociedad se debaten la hegemonía mundial: el decadente imperialismo
que se niega a perder sus privilegios y exige servilismo, aún a costa de llevar
las guerras a extremos inhumanos, o un mundo multipolar en equilibrio y paz con
dignidad que aspiran los pueblos mayoritariamente. Venezuela es motor de la
opción que salvará la humanidad de la barbarie.
¡Seguiremos
Venciendo!
Yldefonso
Finol
Militante
Bolivariano
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