Elecciones
EEUU 2020 (y cualquier otra): siete notas con Simón Bolívar
I
Nuestra breve opinión sobre lo que resulte de la
extraña votación gringa la resumimos en una exclamación del Libertador a
inicios de su gesta emancipadora: ¡Qué
nos importa que España venda a Bonaparte sus esclavos o que los
conserve, si estamos resueltos a ser libres!
Los gringos están condenados
a escoger el mal menor; pero aún ni siquiera escoger directamente. La
ciudadanía individual que tanto cacarean para profundizar el egoísmo
capitalista, desaparece para el ejercicio político protagónico, siendo
sustituida por unos parapetos territoriales anónimos que usurpan la soberanía
popular y burlan la verdadera democracia. Las finanzas para participar son odiosamente
excluyentes. La manipulación mediática y corporativa es obscena.
II
En esta ocasión eligieron entre
un patán descarado como Trump y el taimado muñeco de torta Joe Biden. Algunos
“analistas” se rebanan los sesos –como decía Valera Mora- buscando diferencias entre
demócratas y republicanos, y las hay en estilos y en algunas materias
secundarias, según la época y los oportunismos electoreros. Pero nada
significativo por lo que valga la pena desmenuzarse el cerebro. Respecto al
papel del aparato estatal estadounidense en la vida de los pueblos de Nuestra
América, está claro que siempre prevalecerá la primacía del capital y la
geopolítica imperialista. Ya sabemos desde tiempos de Simón Bolívar que “jamás
conducta ha sido más infame que
la de los (norte) americanos
con nosotros”.
III
El 21 de octubre de 1825 Bolívar dejó instrucciones
muy precisas: “Jamás seré de opinión que los convidemos a nuestros arreglos
americanos”. Suponemos que serán incómodas para quienes siguen con la ilusión
de “mejorar” las relaciones con el imperialismo.
IV
No confiar “ni un tantito” en el imperialismo dijo
Ernesto Guevara. Al respecto escribió Bolívar el 13 de junio de 1826 al
vicepresidente de la Colombia original: “yo recomiendo a usted que haga tener
la mayor vigilancia sobre estos (norte) americanos que frecuentan las costas;
son capaces de vender Colombia por un real”. (Y el “vicepresidente” también)
Entonces no nos basta tener claramente definido el
enemigo imperialista, también debemos ser capaces de descubrir y desenmascarar
al enemigo interno y los infiltrados.
V
Con republicanos o demócratas “los Estados Unidos
parecen destinados por la providencia a plagar de miseria la América en nombre
de la libertad”. No dejemos que se roben el discurso de las libertades, ni
mucho menos que sigan empobreciéndonos para recolonizarnos.
VI
El 25 de mayo de 1820, cuando los yanquis comenzaron a
asomar la posibilidad de reconocer a nuestra República, Bolívar escribe a
Revenga: “Ya que por su anti neutralidad la América del Norte nos ha vejado
tanto, exijámosle servicios que nos compensen sus humillaciones y fratricidios”:
exigimos respeto a nuestra autodeterminación y soberanía, que cesen las
ilegítimas e ilegales medidas coercitivas como el bloqueo y el robo de nuestros
activos en el exterior (que deben devolvernos en las condiciones que los
secuestraron), y que detengan las acciones mercenarias y terroristas contra
nuestra Patria: en pocas palabras, que se apeguen a lo consagrado en el Derecho
Internacional.
VII
Y por si decidiesen continuar en el camino equivocado,
reproduzcamos el párrafo donde Bolívar resumió al representante gringo en
Angostura Juan Baptista Irvin, quiénes somos los bolivarianos: “protesto a
usted que no permitiré que se ultraje ni desprecie el Gobierno y los derechos
de Venezuela. Defendiéndonos contra la España ha desaparecido una gran parte de
nuestra población y el resto que queda ansía por merecer igual suerte. Lo mismo
es para Venezuela combatir contra España que contra el mundo entero, si todo el
mundo la ofende”.
Yldefonso Finol
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