Declaración del Zulia Bolivariano ante el nuevo escenario post 21 de noviembre. Primer pronunciamiento.
“El arte de vencer se aprende en las derrotas”. Simón
Bolívar
El silencio reflexivo de la militancia chavista del
Zulia se ha visto enrarecido por dos comportamientos extremos que en nada
contribuyen a comprender, balancear y ponderar lo sucedido el 21 de noviembre,
cuando una oposición manida, cuestionada, sin propuestas, sin brillo, fue capaz
de ganarnos con una ventaja considerable.
Esos dos extremos son, por un lado, el silencio de las
direcciones políticas del PSUV y del GPP, que no han emitido una orientación a
la militancia ávida de luces, debate y explicaciones, y, por el otro, la
acostumbrada explosividad de los “robespierre” que claman ver sangre en las
guillotinas.
Requerimos, como revolucionarios, deslastrarnos de
ambas prácticas. Por eso lanzamos nuestra palabra sincera, unitaria, fraterna,
autocrítica.
Muchos lugares comunes acuñados por el chavismo
oficial no se cumplieron: que la maquinaria es todopoderosa, que los oponentes
no estaban organizados.
Las ventajas materiales de tener el gobierno no son
suficientes. Si no se estimula y compromete la conciencia patriótica de la
ciudadanía surge la anomia, ese desgano por lo público que ha dado origen a
sistemas inhumanos en la historia de la humanidad.
No compartimos la retaliación ni eso de “hacer leña
del árbol caído”. Aquí ningún árbol se ha caído. Salvo aquellos que los
guarimberos talaron y quemaron para saciar su sed destructiva, y los que
nuestro pueblo tuvo que usar como leña porque la injerencia gringa con sus
“sanciones” nos impidió cumplir muchas operaciones del servicio de gas
doméstico.
Por cierto, mucho de ese problema heredado se superó
en los últimos cuatro años en comunidades que celebraron ver sus cocinas
encender con toda normalidad. Y la pandemia se gestionó en forma ejemplar, reconocido
por propios y extraños, salvándose miles de vidas y poniendo la población a
buen resguardo.
Nos importa leer los hechos desde la historia. Nos
interesa compartir memorias. El Zulia de
2017 no era mejor que el de 2021. La impunidad reinante para los violentos, el
relajo frente al hampa, los negociados fronterizos que destruyeron el bolívar,
la cuasi privatización de la salud, el desmantelamiento de los anaqueles, todo
ese paisaje dantesco lo heredamos en 2017. Antes de tirar piedras sería un
loable ejercicio mirar un instante por el retrovisor.
En 2017 Maracaibo era un basurero nauseabundo. El
Zulia quedó sin electricidad. Vimos un gobernador y un par de jóvenes alcaldes
echarse ese muerto al hombro. Lamentablemente hasta algunos “compañeros” se
olvidaron de estos enormes y exitosos esfuerzos que nos colocan hoy como una
región casi autosuficiente en materia eléctrica.
Pero no diríamos nada si no reafirmamos con absoluta
honestidad de conciencia que ha sido éste el período que la región zuliana
dispuso del menor presupuesto de la historia republicana. Sólo comparada con
aquellos gloriosos días de la Guerra de Independencia en que el General en Jefe
Rafael Urdaneta organizaba su División para ir a liberar Coro y seguir hacia la
Batalla de Carabobo.
Y para colmo, nos tocó –como al mundo entero-
enfrentar las circunstancias problemáticas de una pandemia que aun constituye
un peligro latente a la salud y vida de las personas.
¿Cuánto dinero pudo destinarse a vialidad o transporte
público, pero hubo de invertirse -sin titubeos- en la emergencia sanitaria que
significa el covid-19?
No caeremos en el rol de apologistas de ninguna
gestión, porque somos simplemente militantes de la irreductible causa
bolivariana. No tenemos cargos de gobierno ni de dirección partidista. Tampoco
perseguimos ocupar esas instancias aprovechándonos de un revés electoral
puntual.
La Revolución Bolivariana pasa por pruebas difíciles
no sólo en el Zulia. Miremos lo que ocurre en Barinas, emblemático bastión del
chavismo.
“La opresión está reunida en masa bajo un solo
estandarte”, nos decía El Libertador, “y si la lucha se dispersa no habrá
victoria popular en el combate”, parafrasea la canción.
No cabe duda que la contienda interna en el PSUV dejó
heridas en muchos lugares; es tiempo que sanen, que los próximos amaneceres nos
encuentren como a los granos del maíz en la mazorca.
Entendemos que hay críticas a ciertos estilos de
trabajo partidista dentro del PSUV que son comentadas en público por mucha
gente, como también se señalan actitudes principescas en algunos funcionarios
que se han enriquecido sorpresivamente. La prepotencia puede corregirse con
autocrítica, la corrupción debe ser castigada severamente de acuerdo a las
leyes.
Respecto de nuestros verdaderos adversarios, los
lacayos del imperialismo y éste mismo como enemigo fundamental, recomendamos
vigilancia y disposición combativa. No confiarnos ni una locha en esa gente. El
Zulia es la región más apetecida por la oligarquía colombiana que siempre ha
ambicionado expandirse hasta nuestro Golfo de Venezuela y Lago Maracaibo. Son
680 kilómetros lineales de frontera desde Castilletes hasta el Río de Oro y el
Catatumbo que abarcan zonas productoras de alimentos e hidrocarburos, con
presencia de pueblos originarios, donde nos acecha el régimen
oligárquico-imperialista de Colombia, principal ejecutante de la guerra
multiforme con que el imperialismo gringo busca destruirnos.
Es por todo esto que queremos instar a la dirigencia y
militancia revolucionaria del Zulia a:
1.- Mantener la unidad como principal arma de nuestra
defensa, resistencia y victoria
2.- Convocar asambleas guardando las normas de
bioseguridad, para analizar en colectivo los balances necesarios y proyectar
las tareas por venir en las nuevas circunstancias
3.- No caer en aparatosas propuestas divisionistas,
rencorosas, oportunistas, que ya fueron derrotadas recientemente y en toda la
historia del movimiento revolucionario mundial
4.- Conformar equipos de trabajo político unitarios
para recomponer nuestras fuerzas en cada rincón del estado Zulia
5.- Prepararnos para la defensa de nuestra Revolución,
del Presidente Maduro, ante las jugarretas que el imperialismo decadente
pudiera intentar en un intento más por destruir el legado del Libertador Simón
Bolívar y su mayor reivindicador el Comandante Eterno Hugo Chávez
6.- Apoyar los espacios ganados en municipios
emblemáticos como Mara, Guajira, Miranda, Semprúm, Islas añu Nigale, Lossada, y
fortalecerlos como botalones de las batallas que de seguro están por librarse
7.- Mantenernos al lado del pueblo más humilde en sus
reclamos por una vida digna
8.- Trazar la estrategia más acertada para retomar el
gobierno regional y las alcaldías.
Las victorias históricas de los pueblos sobre sus
enemigos no vienen por arte de magia ni por designios sobrenaturales; es
necesario aplicar el pensamiento científico para interpretar, comprender y
transformar las realidades opresoras.
Pero por sobre todo, necesitamos tener la sensibilidad
y el tino de saber interpretar lo que dicta la voz popular, esa que a veces los
liderazgos creen poseer como amuleto o –incluso- sustituir por sus propias
lecturas de la vida.
Este colectivo se suma a la aclamación de una
Venezuela soberana, única e indivisible, con nuestro Esequibo, irreductible a
las pretensiones de imperio alguno sobre la tierra.
Y en el Zulia, resistiremos cualquier ridícula
intentona de separatismo con la mayoría que se siente profundamente venezolana
y bolivariana.
Por el
Colectivo Bolivariano LA NOVENA ESTRELLA
José Javier León (Profesor-Editor-Escritor)
Álvaro Silva (Profesor-Fotógrafo-Comunicador)
Iris García (Luchadora social de larga e intachable
trayectoria)
Luís Prieto (Profesor-Historiador-Experto en
Geopolítica Global)
Douglas Querales (Abogado-Defensor de
DDHH-Comunicador)
Romer Urdaneta (Maestro del Teatro
Zuliano-Director-Creador)
Yldefonso Finol (Economista-Historiador-Escritor)
Gustavo Chacín (Ingeniero-Comunicador-Experto en
televisión)
Nerio Ríos (Gaitero fundamental-El Roble de la gaita)
Alexis Fernández (Profesor-Poeta-Gestor Cultural)
Carlos Barboza (Economista-Editor-Empresario)
José Martí Uriana (Internacionalista-Master en
Diplomacia)
Temístocles Cabezas (Profesor-Historiador-Líder
social)
Álvaro Barros (Actor-Profesor de Teatro-Poeta)
Suscribimos cada una de sus palabras en esta reflexión, cómo Coordinadora de la Organización Binacional de Mujeres Wayuu, me sumo a esa voz que clama por la verdadera unidad de un pueblo que lucha por su dignidad y soberanía. Esmerita González.
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