lunes, 11 de agosto de 2025

El “Fragmentado”: “Cartel de 50 Estrellas” y “Tren de Barras Rojiblancas”

 


El “Fragmentado”: “Cartel de 50 Estrellas” y “Tren de Barras Rojiblancas”  

Al capitán español Juan Pacheco Maldonado que capturó la última guerrilla de la resistencia originaria en el Lago Maracaibo, torturando y martirizando al Cacique Nigale y sus compañeros en junio de 1607, la Corona le otorgó como recompensa -además de encomiendas en el sur del lago- dos mil castellanos oro anuales POR DOS VIDAS; es decir, para él y para su heredero principal. Notable la importancia que esta conquista tuvo para el colonialismo español.

 No podían escapar a la lista de “requeridos” a cambio de recompensas los rebeldes insurgentes Francisco de Miranda, y Simón Bolívar, a quien los gobernantes coloniales en Venezuela le arrebataron, usurparon y subastaron casi toda la herencia familiar.

La práctica de la “recompensa” es parte del paisaje gringo. No hay película del oeste (western) donde no aparezca un cartel -con el famoso encabezado wanted- ofreciendo algunos dólares por equis fugitivo.

En la contemporaneidad la gusanera de Miami ofreció desde comienzos de los sesenta US$ 100.000 por la muerte de Fidel (aproximadamente US$ 1,7 millones en la actualidad), y otros US$ 20.000 por Raúl y el Che Guevara, respectivamente (unos US$ 265.000 actualmente).

Documentos desclasificados en 2016 describen un plan del Pentágono llamado Operación Bounty, que buscó infructuosamente derrocar a Fidel Castro, y preveía recompensas a los que mataran a cubanos comunistas.

Recompensas fue la perdición de la etapa más corrupta y asesina del Plan Colombia, cuando se mataban personas sólo por el afán de cobrar un dinero de la muerte y la degradación humana.

La recompensa por el magnicidio a traición del máximo líder centroamericano Augusto César Sandino, después de asistir a una cena en la casa presidencial nicaragüense, ya logradas la paz y la expulsión de los invasores yanquis, fue entregarle Nicaragua a la dinastía Somoza, fascistas subordinados que hundieron al país en la represión, la pérdida de soberanía, el atraso y la pobreza.

Por la captura de Pancho Villa, los gringos ofrecieron de entrada 5.000 dólares, que la familia Hearst -gran promotora de la invasión a México- elevó a un total de 55.000 dólares después del ataque del caudillo revolucionario Pancho Villa a la ciudad de Columbus, en Nuevo México. A pesar de los “incentivos” y la incursión armada yanqui, Villa no fue capturado. 

En general, todos los regímenes fascistas subalternos, impuestos por Estados Unidos en Nuestra América han usado esta carnada monetaria para neutralizar a sus oponentes, así los hizo Pinochet contra dirigentes destacados de la resistencia popular del MIR, el PC y el Frente Patriótico Manuel Rodríguez.

En el caso de quien -según algunas opiniones- fuera su agente “descarriado” Manuel Antonio Noriega la recompensa pasó de 320.000 al millón de dólares de la década de los ochenta.

Pero lo que ha recalentado la acelerada y vertiginosa atmósfera de la noticia es el ofrecimiento por parte de la Fiscal estadounidense de cincuenta millones de dólares de recompensa por el Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro Moros.

Este hecho, por demás estrafalario, duplicando cifras como las apostadas por Ben Laden y Sadán Hussein, carece de todo soporte legal y ético, burlando con absoluto cinismo todas las pautas formales y principios del Derecho Internacional.

Hay que decirlo claro y repetirlo cada día bien fuerte: no aceptamos la pretendida extraterritorialidad de las decisiones del gobierno de Estados Unidos, ni ésta de ponerle precio a la persona de nuestro Presidente Constitucional ni ninguna otra.

Ese gobierno de la elite imperialista debe deponer su enfermiza actitud de gendarme global que tanto daño ha causado a la humanidad: Hiroshima y Nagasaki, por citar un ejemplo.

Debe renunciar a ser el matón del continente que quita y pone presidentes, usurpadores, fantoches y dictadores a la carta.

¿Quién les cree la jugada distractiva de un supuesto “Cartel de los Soles” al más grande mercado y único cartel de las drogas a nivel mundial “El Cartel de las 50 Estrellas”?

Ese “Tren de las Barras Rojiblancas” que entre las orgías depredadoras de niñas con Epstein y la complicidad en el genocidio palestino con el sádico Netanyahu, va infestando de muerte y atrocidades de una dimensión nunca vista en la historia.

Así que éticamente ustedes gringos de las cloacas están descalificados hace mucho tiempo, sólo un puñadito que se achica como la piel de zapa les sirve por puro servilismo: por el virus de la sumisión que la colonialidad les dejó instalado en su alma de sumisos.

Políticamente en Venezuela salen trasquilados en cada intento, ni Superman ni el Capitán América ni los orcos les han funcionado aquí porque entre la kryptonita de Maturín, los chamanes del Orinoco al Guasare pasando por Sorte, los babalaos de los cerros caraqueños y los Relámpagos del Catatumbo, no queda espía ni terrorista que no sea precisado y neutralizado.

En el instante que voy cerrando este artículo, centenares de miles marchan en las calles de todo el país y decenas de miles se han pronunciado en el mundo en apoyo total al Presidente Maduro. Ustedes gringos tienen credibilidad cero, y la moral tan pero tan baja que reventó el moralómetro en el extremo de los valores negativos.

Para terminar, ante los bamboleos, tira y encoje, zigzagueos y otros meneítos arrítmicos, no puedo dejar de comparar al gobierno de Trump con aquel personaje del filme Fragmentado, afectado por un tétrico trastorno de identidad disociativo que secuestra para someter al terror a sus víctimas (chantaje vil), mientras espera que surja la personalidad más letal del captor, y que suceda lo peor.

Con Venezuela no tienen vida esos delincuentes del “Cartel de las 50 Estrellas” y “El Tren de las Barras Rojiblancas”.

¡Viva Maduro! Y Punto.

Yldefonso Finol

martes, 5 de agosto de 2025

BOLIVIA: EL AMOR MÁS ALTO

 BOLIVIA: EL AMOR MÁS ALTO

A esta patria de Manuel Ascencio Padilla y Juana Azurduy le han puesto mi nombre, cuando debió llevar el de ellos. “¿Qué quiere decir Bolivia? Un amor desenfrenado de libertad.”

Por todos los caminos de todos los pueblos y ciudades la multitud sale a acompañarnos: el pueblo es la libertad, él hace la historia, y el General Sucre es el redentor de las primeras naciones admirables que vivieron esta maravillosa altura que hoy me conmueve hasta las lágrimas. ¿Cuántos nos siguieron al Potosí? Cuarenta mil almas o más…no sabría calcular la alegría que un colorido río humano, emplumado y trajeado de luces, ese brillante ardimiento de sus ojos, mismos que fueron opacas miradas de tristeza en doscientos cincuenta años de muerte en los socavones devoradores de centenares de miles de indios y miles de esclavos negros, para colmar la insaciable sed de riqueza de una monarquía voraz, parásita e inepta.

En lo alto del Cerro Rico de Potosí una gran cruz. Por los recovecos de la árida montaña los rebaños de llamas van y vienen cargadas de rocas argentadas. El maltrato instigado por la avaricia también las incluye en el dantesco mundo que creó la colonia hambrienta de mineral. En los socavones la muerte se encargaba de juntar el dolor inmenso de las profundidades y silenciar al hombre y a la mágica creación que premió a estas tierras. Mercurio y látigo, hambre y humillación, apelmazaban indiferente una existencia sin humanidad. El tormento de la ambición irracional del invasor trastocó con su inicua prepotencia la perfección que existió y que el reino monstruoso de España inundó en calamidades para sus legítimos dueños, convertidos en siervos de las arcas reales.

En la montaña cuya riqueza extrajeron por tres siglos y despilfarraron los destructores, ha de andarse con cautela de no ser tragado por sus miles de agujeros que se pierden hacia lo profundo como buscando el centro de la tierra, tan devorada que pareciera algún día -ya vaciada de lo apetecido- desvanecerse.    

Ese 26 de octubre mientras escalaba aquel Cerro Rico que tanta miseria del indio mostraba alrededor, me decía para mis adentros: “La gloria de haber conducido a estas frías regiones nuestros estandartes de libertad, deja en la nada los tesoros inmensos de los Andes que están a nuestros pies”. 

Con la alegría de niños jugando flameó los estandartes de la Independencia.

Un testigo que le seguía de cerca, afirmó: “Debió ser el día más feliz en la vida de Bolívar, ese día notable cuando ascendió a aquel pico famoso de los Andes gigantes, desplegando las banderas de Colombia, Perú y del Río de la Plata.”

Las Banderas de las Repúblicas allí convergentes -por generosidad del Libertador- tremolaron elevándose como los nuevos símbolos de algo naciente que debía reivindicar los derechos humanos de los más oprimidos: los originarios pueblos del Ande inmenso.

Esta lectura de la apoteosis popular de aquellas jornadas, quiere exaltar los rasgos de la personalidad del Libertador que se ponen de manifiesto aún en la cúspide de su gloria. Su capacidad de desprendimiento, cómo en forma instantánea pasa a manos de sus oficiales los lujos y bienes suntuosos con que lo premian las ciudades y sus municipalidades, la elite de cada sitio que ha visitado. Coronas -que él despreciaba-, sillas, alhajas de toda índole, hechas de oro puro y decoradas por los más afamados orfebres con piedras preciosas; todas las regaló a sus compañeros de armas con tal naturalidad que muchos de los presentes no lo llegaron a entender, incluso, algunos a quienes les causó molestia (amén de la envidia). Regala las valiosas piezas dignas del más opulento tesoro, primero a Sucre, el gran héroe a quien ama como a un hijo, y éste, émulo de su Jefe, las traspasa a otros oficiales como si se tratara de simples detalles.

Bolívar se detenía a saludar a las personas del común que se congregaban a las puertas de los edificios del poder hasta hace poco en manos de agentes imperiales que los despreciaban. No había pose, simulación, mucho menos fastidio. Él deseaba sentir de cerca a esos pueblos que, siendo lejanos en distancia y dificultades geográficas para llegarles, eran tan iguales en ansias de libertad y justicia que esos solos sentimientos lo hermanaban al primer contacto.

Ya los había tomado en cuenta en sus sorprendentes reflexiones de 1815 en Jamaica, y visualizado cuando fue poseído por la magia de la selva en el delirio de Casacoima: “Perdí mi uniforme, pero estoy a gusto con esta bata que ustedes me han regalado. Sin embargo, más complacido estaré mañana cuando me estrene la hermosa camisa de corteza marina que me regaló un cacique”. Salvado por suerte de la persecución de lanchas flecheras de los realistas, junto a su Estado mayor, hubo de lanzarse al humedal de Casacoima, brazo del río Orinoco en las anchuras de su delta que busca el Atlántico, en medio de la noche, entre grandes constrictoras, pirañas, caimanes, herido y con los pies lesionados por las filosas hierbas y raíces estuarinas, exclamó ya echado sobre la otra orilla, exhausto:  “Dentro de pocos días rendiremos a Angostura, y entonces... iremos a libertar a Nueva Granada, y arrojando a los enemigos del resto de Venezuela, constituiremos a Colombia. Enarbolaremos después el Pabellón Tricolor sobre el Chimborazo, e iremos a completar nuestra obra de libertar a la América del Sur y asegurar su independencia, llevando nuestros pendones victoriosos al Perú: el Perú será libre.”

Esa noche con la luna sobre sus cabezas, los oficiales que vivieron la riesgosa travesía lo creyeron afectado en su cordura, algunos -compungidos- pensaron que la falta de oxígeno por permanecer largos minutos hundidos en el agua para no ser descubiertos por sus perseguidores, le habían trastornado el raciocinio.

Nada de eso, el delirante chamán de Casacoima cumplió en exceso sus premoniciones: liberó al Perú, se elevó al Alto Perú y ahora estaba subiendo el Cerro Rico de Potosí que en 1816 había tomado la heroína Juana Azurduy tras la caída de su patriota esposo Manuel Ascencio Padilla. Allí estaba en territorios que fueron de las Provincias del Río de la Plata, donde esa mujer soldada se hizo leyenda.

¿Y qué fue lo primero que quiso hacer Bolívar al llegar a Potosí?

He aquí otro rasgo fundamental de los valores que inspiraron la vida y gesta del genial Libertador. Él va entre tanta gloria, tantos anfitriones, séquito, caballería, seguidores, autoridades recientes que lo han colmado de agasajos y obsequios espectaculares, pero él lleva su pensamiento maravillado por el paisaje recorrido, por la grandeza misma de la epopeya realizada, y el sentimiento de encontrarse con aquella mujer legendaria en las luchas emancipadoras del eje de Suramérica: él sólo pregunta por ella, desea conocerla, rendirle honores, hacerle justicia, abrazarla como camarada.

Es que no había bajado aún del caballo, apretujado en las angostas calles por el gentío que acudió a verlo a él, y ya preguntaba dónde podía encontrar a Juana Azurduy. No quería iniciar ningún protocolo antes de cumplir ese ritual acariciado en su alma rindiendo honores a la heroína que representaba las luchas anteriores a la gran victoria que él llevó allí tan cerca de las nubes. Su corazón era un cofre de historias acumuladas. La Teniente Coronel Juana Azurduy fue ascendida a Coronela del Ejército con pensión vitalicia y retroactiva. La vio empobrecida y desatendida y sufrió la injusticia cometida, queriendo saldar esa deuda moral penosa. Le dio su amistad y su admiración, agradeció sus enormes sacrificios familiares. Inevitable que hablaran de Manuela, con la que floreció un afecto fundador de la sororidad. Sucre quedó encargado de hacer cumplir los magnánimos deseos -que ya eran órdenes- del Libertador de todos los rincones y todas las opresiones.     

Días después escribiría: “Es la primera vez que no tengo nada que desear y que estoy contento con la fortuna.”

Rumbo al vacío infinito, envió un mensaje especial a través de Andrés Santa Cruz: “Mil cariños de mi parte a mi Bolivia”, era el 14 de septiembre de 1830.

Al dictar testamento, no podía faltar su “hija predilecta”. Para ella conservó esa medalla que llevó como amuleto desde el retorno abrupto que lo trajo al tenebroso laberinto de las intrigas, las divisiones, las traiciones y el desengaño.

“Es mi voluntad: que la medalla que me presentó el Congreso de Bolivia a nombre de aquel pueblo, se le devuelva como se lo ofrecí, en prueba del verdadero afecto, que aún en mis últimos momentos conservo a aquella República.”

Seguiremos hurgando en los baúles del amor de aquel hombre creador de utopías.

Yldefonso Finol

viernes, 25 de julio de 2025

VINICIO NAVA URRIBARRI O LA ENCARNACIÓN DE LA ZULIANIDAD

 

VINICIO NAVA URRIBARRÍ O LA ENCARNACIÓN DE LA ZULIANIDAD

Hoy 25 de julio de 2025 el ilustre venezolano Vinicio Nava Urribarrí estaría cumpliendo 96 años. ¡Todo un roble! Vivió hasta las 8:30 de la noche del 9 de diciembre de 2024, y sigue viviendo en el amor y veneración de sus hijas Zulima y Zulay Nava Piñerua, de todos sus familiares y amistades que le quisimos y admiramos sinceramente.

Honrar al Doctor Vinicio Nava, maestro, abogado, historiador y escritor, es reconocer en él la verdadera zulianidad. Difícilmente se encuentran este tipo de ciudadanos que combinan -por formación esencial y vocación- tal cantidad de virtudes y sapiencias. Vinicio asumió la vida con pasión patria: como si la épica nacional conmoviera permanentemente su motivación existencial. Insoslayable sentir esa vibración al compartir alguna cercanía con este guerrero de causas utópicas, que sólo su tenacidad bolivariana era capaz de hacer realidad.

Sólo durante su gestión como Supervisor del Distrito Escolar Número 5 en el año 1970 hacían sus colegas el siguiente balance de las fructíferas acciones educativas y sociales realizadas: un notable mejoramiento de la calidad de la enseñanza, campaña para que el puente sobre el lago Maracaibo llevase el nombre del general en Jefe Rafael Urdaneta (que el gobierno de turno pensaba denominar Ambrosio Alfinger), promoción del paseo monumental entre Capitán Chico y Puerto Caballo con obras recordatorias de la Batalla Naval y la Gesta Independentista, impulso a la concientización de la colectividad sobre nuestros derechos en la Guayana Esequiba, petición de difundir por la radio el Himno del Zulia, y propuesta de que el año escolar terminase el 24 de julio con actividades especiales en honor al Natalicio del Libertador, ya que por concluir antes, la fecha pasaba inadvertida.

No hay palabras para agradecer a Vinicio Nava -y a las personas que lo acompañaron en esas proezas ciudadanas- su labor patria como educador insigne, ejemplar y modélico.

Sólo por haber evitado con su instinto combativo por excelencia, la aberración colonialista de llamar al puente sobre el lago Maracaibo con el nombre de un invasor genocida, ya le merece a Vinicio Nava todos los honores que le debemos. Fue aquel un logro del espíritu democrático popular del 23 de enero que ebullía en su conciencia permanentemente, y que otros, las elites, traicionaron.

En 1999, en pleno proceso constituyente, mientras otro Vinicio (en este caso Romero) y yo, conspirábamos para proponer la Novena Estrella representando al Zulia en la Bandera Nacional, el patriota Nava Urribarrí envió un telegrama al Presidente Hugo Chávez con la misma propuesta. Él es uno de los principales pioneros en esta justa exigencia (en la que no claudicaremos), y el único que tuvo la iniciativa de solicitarlo al Jefe del Estado.

De manera que hoy al conmemorar el Natalicio de un excepcional hijo de la Tinaja del Sol, orgulloso de su estirpe lacustre, nos emocionamos de haberlo conocido y cosechar una invaluable amistad basada desde sus inicios en esos valores compartidos.

Comenzando el año 1994 yo me estrenaba como diputado en la Asamblea Legislativa del Zulia, causando algún revuelo mediático por el choque inmediato con los partidos del Pacto de Punto Fijo. Este distinguido ciudadano se acercó a mi pequeña oficina, y se presentó como miembro de la Academia de Historia, para hablarme del estado de abandono en que se hallaba el lugar dedicado a recordar la Batalla de Juana de Ávila. Su poder de convencimiento me llevó esa misma tarde a constatar el vergonzoso espectáculo de desidia de ese significativo rinconcito de nuestra Historia Patria.

Desde entonces fuimos compañeros por el amor a nuestra Historia. El contacto con Vinicio sin duda influyó mucho en mí para redireccionar algunas energías (que fueron in crescendo exponencialmente) al estudio de las especificidades zulianas en la historiografía nacional. Enriquecedoras tertulias disfrutamos en diversas etapas desde aquel primer encuentro. Mucha crónica oral de nuestros pueblos de orilla, mucho debate sobre hechos trascendentales de la historia de la liberación hispanoamericana, mucho bolivarianismo, la defensa y revalorización de Urdaneta, mucha crítica sociopolítica, mucho cariño entre paisanos que confraternizaron a través de la pasión histórica, a pesar de tres décadas de diferencia etaria.

A propósito del Bicentenario de la Batalla Naval de Maracaibo compartimos foros y tuvimos el honor de ser coautores del Libro Conmemorativo que publicó la Presidencia de la República.

Venezuela y el Zulia le debemos mucho al Maestro Vinicio Nava Urribarrí. Su ejemplo debe ser guía de nuevas generaciones de docentes y ciudadanía en general. Las autoridades gubernamentales deben honrar su memoria colocando su glorioso nombre a instituciones educativas de relevancia y publicando su biografía (bajo cuidados y en coordinación con sus herederas) como lectura fundamental para darle concreción en valores a eso que llaman, a veces como un globo decorativo vacío, la zulianidad.

 

Yldefonso Finol    

miércoles, 23 de julio de 2025

BOLIVAR: ENTRE EL MAUSOLEO Y EL MANOSEO

 


Bolívar: entre el mausoleo y el manoseo, ¡nunca más!

“…desarrollar una base doctrinaria y de acciones continuas e integrales para la edificación del bolivarianismo”. Presidente Nicolás Maduro

La Revolución Bolivariana que inició el Comandante Eterno Hugo Chávez significó en términos históricos el rescate del bolivarianismo como movimiento emancipador nacional y nuestroamericano, desmontando la visión que redujo Bolívar a un ritual en el Panteón, plazas, efemérides costumbristas y algún que otro uso indigno desde las esferas del poder burgués constituido.

La Doctrina Bolivariana -en Venezuela- es el sustento constitucional de la República, además de ser un aporte nacional al pensamiento revolucionario mundial.

Hoy Bolívar no es un asunto vetusto, fuera de tiempo, aburrido como todo lo histórico, según pragmáticos y neoliberales. Es el hombre-símbolo de la gesta que hizo repúblicas. Sus ideas son un proyecto de sociedad por constituirse, con una geopolítica de liberación y una ética del humano deseable: una utopía por concretar. 

La enseñanza, difusión y comprensión de la Gesta y la Doctrina Bolivariana son una necesidad urgente para: 1) Preservar la existencia de la nación en la cohesión de la ciudadanía por sentido de pertenencia a un colectivo de propósitos compartidos, 2) Para orientar las luchas emancipadoras actuales en materia de liberación nacional y derechos sociopolíticos por alcanzar y consolidar, 3) La proyección de una mejor humanidad como acto de fe (horizonte-esperanza), por un mundo de paz, justicia y equilibrio, hincado en la autodeterminación de los pueblos y la validez del derecho internacional consensuado.

Masificar el conocimiento de Bolívar, como pensamiento nacional revolucionario y movimiento emancipatorio por excelencia, debe ser la prioridad de la vanguardia del proceso de liberación venezolano, desde el Estado y el Partido.

En Bolívar hallamos el núcleo donde se funden las narrativas sentipensantes que alimentan el mito fundacional de la venezolanidad; en el amasijo de todas las vertientes que se mezclan en el gentilicio, el bolivarianismo es, sin la menor duda, el componente que le da corporeidad y espiritualidad patria, el corazón en torno al cual vamos adhiriendo todos los demás materiales que forman la complejidad específica de lo venezolano.

Pero el alma, ese éter que lo permea todo dotando de espíritu lo colectivo y haciendo segregar la savia que nos hace árbol existencial, con historias que contar en cada rama, en cada hoja, y, sobre todo, en cada raíz gloriosa, esa armadura almática, está forjada en el hierro eterno de la Gesta y la Doctrina que nos legó el Libertador.   

Algunos venimos sosteniendo la defensa del Libertador Simón Bolívar frente a una campaña transnacional financiada desde los imperialismos, con las agencias de los Estados Unidos y la monarquía española, más las oligarquías cipayas, apostando duro a cualquier producción cultural que desacredite a nuestro héroe y guía ideológico. Porque ésta es una feroz batalla cultural que ganaremos si congregamos al pueblo trabajador en el mismo credo.

Debemos advertir, sin embargo, que, al genial Bolívar guerrero, político, estadista, no lo vencieron los enemigos frontales en la guerra; terminaron derrotándolo quienes simularon ser de su misma causa, desde las oficinas capitalinas y los círculos donde las camarillas de manos suaves y trajes planchados, fomentaron jugarretas para completar la muerte política, moral y física del Libertador. Luego plagiaron su prestigio atrapado entre mármoles y poses, para aprisionarlo entre el mausoleo y el manoseo.

No deberíamos permitir el escenario donde se forme una elite, siempre astuta, calculadora y sigilosa, a veces modosita, con “luz verde” para hacer y deshacer, que, en nombre del propio Bolívar, bajo livianas sugerencias, como quien quiere y no quiere, le vayan quitando Bolívar al pueblo y el pueblo a Bolívar.

Lo creo y lo digo directo, sin temor a ser tildado de sectario: el pueblo bolivariano es la reserva moral de la Revolución Bolivariana, y ésta, a su vez, es la única garantía de la existencia soberana de la República de Venezuela.

Sólo tenemos que echar una ojeada a la situación internacional (como lo hacía Bolívar en cada análisis estratégico que nos legó), para saber lo que enfrentamos en materia geopolítica, con el imperialismo estadounidense replegando sus miras hacia nuestro continente. Entonces no es un anhelo chauvinista mi llamado urgente a bolivarianizar nuestra sociedad para que haya Patria Eterna.

¿Qué quiero decir con bolivarianizar? Debo aclararlo, porque seguro saltarán como cotufas las derechas a acusar la imposición de un dogmatismo bolivariano, y, de otros lados del alto clero historiográfico, me señalarán de incurrir en el pecado mortal del “culto a Bolívar”. No temo esas descalificaciones, y estoy listo para debatir el asunto. En Venezuela ya existe -y muy acendrado- un culto a lo colonial, aunque lo disfracen de sincretismos. (Con el derecho a libertad de cultos no me meto, porque está garantizado en la Constitución, y yo no estoy hablando de religiones)

Estoy planteando cultivar el bolivarianismo, hacer al pueblo culto en Bolívar y toda nuestra Gesta de Emancipación, para que se fortifique el eje cohesionador de la nacionalidad. ¿Por qué? Porque sin mito fundante no hay Patria-Matria, no se consolida el sentido de pertenencia a un colectivo que es más que un territorio, tres símbolos, y algunas tradiciones.   

Las instituciones deben ser soportes y ejecutantes, pero no generan esa confraternidad. Sólo las naciones con una sólida mitología histórica compartida por el pueblo, son capaces de resistir y vencer la voracidad de los imperialismos, su estrategia disgregadora, divisionista, fragmentadora.

Todos los países que fuimos formados a partir del dominio colonial, padecemos esa debilidad de origen. Venezuela -por excepción- tiene una fortaleza inédita, un privilegio histórico: ser la matriz de una épica generadora de independencias, con un líder que reunió en sus capacidades virtuosas: ser el jefe político-militar, proponente de una Doctrina integral para la emancipación de los pueblos, que trascendió el tiempo convertido en icono de los valores más preciados de libertad y lucha contra la opresión.

Lo he dicho de otra forma: los países que pierden conexión con su ancestralidad son presa fácil de intereses foráneos. El mundo vive actualmente un proceso de reacomodo de fuerzas, donde los imperialismos pretenden recolonizar y forzar un nuevo reparto de los recursos del planeta y más allá.

Esta realidad nos estalla a la vista cotidianamente. El arraigo palestino versus la maligna leyenda del “pueblo elegido”, y la instrumentalización imperialista de éste, contra la fe profunda que une la nación iraní, dando una lección universal de dignidad. El supremacista mito del “destino manifiesto” exacerbado por Trump, frente a la milenaria cultura china que reivindica con orgullo su victoria de 1949 bajo la dirección invicta del Partido Comunista.

La falta de formación de la población sobre esa raíz que es fuente de existencia, razón de unidad y sostén del porvenir, es una condena para la República.

En grupos que se autodefinen estudiosos de la historia desde una perspectiva comprometida, se dicen cosas como “a Bolívar no se le puede creer todo que dice”, mientras loan a autores abiertamente antibolivarianos; o afirmar que “hay un exceso de conmemoraciones a Bolívar”, a la vez que se exaltan personajes que fueron acérrimos oponentes del Libertador, quienes llegaron a calumniarlo, execrarlo, y hasta intentar asesinarlo.

Por eso cuando hablo de bolivarianizar la venezolanidad, estoy proponiendo la masificación del empoderamiento de nuestra Historia Patria y la Doctrina Bolivariana en el pueblo todo. No basta dejarle la “tarea” a grupos que se suponen garantes o custodios del bolivarianismo. He allí el error. No se puede encerrar el espíritu nacional en una “junta de panas”. La burocracia académica o se mata a chismes, o se soba, se “asocia”, para controlar espacios de poder y autocomplacerse. La mediocridad es adictiva y prepara terrenos para que se instalen monopolios u oligopolios del protagonismo opinativo, donde pulula el “peroísmo”, esa rama intelectual de “críticos” que luego de torear el debate para disimular su ignorancia del tema bolivariano o su antibolivarianismo taimado, siempre concluyen: “pero tenía equis defecto, era un ser humano”. ¡Hallazgo sorprendente!  

Es urgente formular y poner en práctica un Plan Nacional para Bolivarianizar y Descolonizar la venezolanidad; esto es, poner todo el aparato educativo, comunicacional y de gestión cultural en sintonía con el objetivo supremo de retomar, reinstalar y reposicionar el bolivarianismo como elemento cohesionador de la ciudadanía y el gentilicio: ese sentido de pertenencia a una estirpe que puede.

El Estado asume la rectoría del Plan desde su concepción, formulación, elaboración y desarrollo, pero en unidad indisoluble con el pueblo en movimiento. La población en general debe ser tocada por este Plan, priorizando la colectividad educativa en todos los niveles, docentes y estudiantes de primaria a la universidad. El sistema de medios públicos debe ser abordado plenamente en el Plan para que se convierta en actor multiplicador del mensaje, junto a la gestión cultural como gran organizadora, difusora y movilizadora. Las instancias del poder popular deben sentir la vibración de una campaña envolvente e iluminada, que los convoca, incluye y empodera.

La metodología es muy sencilla: ver a Bolívar desde Bolívar, para hacernos cultivadores de Bolívar después de Bolívar. En la fase de comprender a Bolívar desde Bolívar, encontraremos la Doctrina Bolivariana, y como sembradores de Bolívar, seremos una comunidad hacedora del bolivarianismo como sistema de valores que sostienen una renovada e indestructible venezolanidad.

 

Yldefonso Finol

  

viernes, 13 de junio de 2025

ATAQUE DE PÁNICO EN EL CONGRESO DEL PERÚ

 


Ataque de pánico en el Congreso del Perú

Muchos temas trascendentes tienen pendientes por discutir en el Congreso del Perú, pero una mayoría accidental (literalmente) se ha dedicado a la nomenclatura urbana: cambiarle el nombre a la Plaza Bolívar del Lima.

El asunto tiene su trompo enrollado. Desde hace tiempo una parte de la clase política peruana actúa como invasor en el país del cual son ciudadanos, aunque algunos desearían ser sólo “súbditos”, y que el Perú nunca hubiera alcanzado la gloria de ser una Patria Soberana. (Lo que se logró “por culpa” de Bolívar).

Sería extenso explicar lo de Riva Agüero negociando con el virrey La Serna para atacar juntos a Bolívar (Riva Agüero era demasiado valiente para hacerlo solo), y Torre Tagle traicionando la causa independentista para entregar los castillos del Callao a los realistas españoles a cambio de conservar sus privilegios.

Estos congresistas de 2025 que mantienen reo al presidente legítimo por ser un humilde maestro provinciano con sombrero, quieren restaurar la colonia y para ello necesitan que les regresen el pendón de Pizarro, y apartar lo más que puedan el nombre de Simón Bolívar porque temen que una noche de pesadillas les aplique sus decretos contra la corrupción y traición a la patria. Sobre todo, el legislador proponente del cambio de nombre de la plaza.

¡Ay Luis Elías hijo de Abraham, etcétera…! Cuando se escriba la antología del dolo y el transfuguismo en el Perú tu nombre de seguro ocupará una vitrina entera.

Es normal que le tengan -no digamos culillo, como muchos por ahí-, pánico es lo que les produce tener esa Plaza Bolívar frente a frente del lupanar donde tantos maleficios se han consumado: desde crear el Grupo de Lima hasta condecorar al inmundo innombrable.

Tienen que temerle. No basta con odiarle. (¿Verdad que suena a vals peruano?)

Bolívar, además de “zambo” (como lo decía Pruvonema en tono ofensivo), es chamán. Sepan Keiko y Luis Elías (y el alcalde López Aliaga que quiere ser español como el que te conté), que, en una ocasión -a mitad de 1817- durante la Campaña de Guayana, Bolívar junto a varios oficiales de su Estado Mayor, tuvieron que lanzarse a las aguas del Delta del Orinoco en el lugar identificado como Casacoima; perseguidos por las flecheras realistas y en medio de un humedal plagado de constrictoras gigantes, pirañas y caimanes, nadaron y caminaron con medio cuerpo sumergido en el lodo, hasta llegar a la otra orilla. Allí, libres del acecho enemigo, exhaustos, sin sus vestimentas ni sus armas, El Libertador se envolvió en un tejido indígena que les habían obsequiado los lugareños, y echado sobre las arenas deltaicas, exclamó: “Dentro de pocos días rendiremos a Angostura, y entonces... iremos a libertar la Nueva Granada, y arrojando a los enemigos del resto de Venezuela, constituiremos a Colombia. Enarbolaremos después el pabellón tricolor sobre el Chimborazo, e iremos a completar nuestra obra de libertar a la América del Sur y asegurar su independencia, llevando nuestros pendones victoriosos al Perú: El Perú será libre”.

Ódiennos sin piedad se lo pedimos. No queremos de ustedes más que eso. Sabemos que temen al bolivarianismo más que Riva Agüero, Torre Tagle y el virrey La Serna juntos, y que sólo les queda tratar de ofender, calumniar, enlodar (a la menos uno). Así los formó la oligarquía que usurpó la patria peruana para su provecho personal y del patrón imperialista oprimiendo a los pueblos originarios, al campesinado, a la clase trabajadora, incluidos los sectores profesionales y emprendedores criollos.

A falta de William Tudor, ¿a quién consultan para hacer estos dislates?

¿Plaza Constitución? ¿Cuál Constitución? Pueden ponerle plaza Pizarro, algún emperador nipón, o europeo. Ustedes odian al Perú profundo, porque en el fondo de vuestras almas, os sentís invasores. Ustedes son el estiércol de la colonialidad.     

En carta a Joaquín Mosquera el 10 de noviembre de 1824, Simón Bolívar sigue en vibración chamánica prediciendo lo que ha de ocurrir: “nuestro ejército ha obtenido sucesos inauditos; sin quemar un grano de pólvora hemos ahogado la guerra civil, hemos libertado el Perú. Los españoles no poseen más que a Arequipa y la mitad del Cuzco y pronto no estarán en el Perú. La esperanza nos lisonjea con sucesos aún más afortunados. Lima será tomada, el Callao sitiado, la es­cuadra española destruida y la paz nacerá al sonido halagüeño de los vivas de los pueblos.”

La Batalla de Junín abrió el vientre que en Ayacucho dio a luz. Y los pueblos del Perú adentro lo clamaban con amor ¡Viva Bolívar! ¡Viva el Libertador del Perú!, aumentando más el miedo y el odio de la oligarquía parásita que no supo ni pudo ni quiso liberar su país, por eso fuimos desde aquí y nos regresamos a criar corrales de chivos y sembrar maizales, sin traernos un gramo de plata y oro.

Todavía los babosos engreídos se dejaron azuzar (calentar las orejas) del Cónsul gringo, y apenas Bolívar tuvo que salir del Perú a resolver asuntos graves en Bogotá y Caracas, invadieron Guayaquil, ¡que traidores y cobardes!, no le aguantaron un amague al Gran Mariscal de Ayacucho. (Bolivia se conservó como nuevo Estado).

Pero los oficios de Washington apostaban (junto a los rituales del cura Luna Pizarro) que el General La Mar era el mejor militar del continente. ¡Pobres cipayos pitiyanquis!

Bolívar fue al Perú el 1° de septiembre de 1823 a petición del Congreso, cuyo emisario en calidad de Canciller le confirmó: “sólo ansían por ver a Su Excelencia en el Perú a quien esperan como el salvador”.

Bolívar vio con horror aquel mundillo de intrigas que era Lima en 1823, enceguecida peleándose entre sí, mirándose el ombligo cada cual, mientras el enemigo se fortalecía y amenazaba desde Perú la Independencia de toda la América Hispana. Sólo él tuvo la voluntad política unitaria, la autoridad moral, el liderazgo militar y la estrategia para destruir al ejército enemigo donde quiera que se encontrase, porque era la única forma de garantizar la victoria definitiva sobre el colonialismo español.  

Y el amor, ¿verdad congresistas corruptos y vendepatria? El amor de Bolívar hacia el Perú y del pueblo peruano al Libertador. Esto nunca lo soportó la oligarquía más vanidosa, acomplejada y ladrona del continente. Bolívar se enamoró del Perú; así se lo manifestaba al poeta Olmedo en 1825 al llegar al Cusco: “He llegado ayer al país clásico del sol de los Incas, de la fábula y de la historia. Aquí el sol verdadero es el oro; los Incas son los virreyes o prefectos; la fábula es la historia de Garcilaso; la his­toria la relación de la destrucción de las Indias por Las Casas. Abstracción hecha de toda poesía, todo me recuerda altas ideas, pensamientos profundos; mi alma está embelesada con la pre­sencia de la primitiva naturaleza, desarrollada por sí misma, dando creaciones de sus propios elementos por el modelo de sus inspiraciones íntimas, sin mezcla alguna de las obras extrañas, de los consejos ajenos, de los caprichos del espíritu humano, ni el contagio de la historia de los crímenes y de los absurdos de nuestra especie…y la historia ha dicho la verdad; porque los monumentos de piedra, las vías grandes y rec­tas, las costumbres inocentes y la tradición genuina, nos hacen tes­tigos de una creación social de que no tenemos ni idea, ni modelo, ni copia. El Perú es original en los fastos de los hombres. Esto me parece, porque estoy presente, y me parece evidente todo lo que, con más o menos poesía, acabo de decir a usted.” (De algo recuerdo ese “ni calco, ni copia”)

Congresistas desvergonzados, ustedes como escoria de esa oligarquía cobarde y ladrona que se adueñó del Perú, sicarios al servicio de la colonialidad del poder, que desde hace dos siglos han intentado calumniar e invisibilizar al Libertador Simón Bolívar, ustedes se hunden en la cloaca del oprobio con sus alforjas repletas del deshonor y la nulidad. Ustedes, sencillamente, no existen, medran, parasitan, vegetan, pudren la atmósfera.

 

Yldefonso Finol

Estudiante Bolivariano     

  

domingo, 11 de mayo de 2025

MADRE PALESTINA

 


MADRE PALESTINA

Madre palestina

¿qué día del calendario cesará tu llanto inconsolable?

¿cómo felicitarte en tu cumpleaños si las fechas han desaparecido como las flores de azahar, como las escuelas, como los árboles?

¿por cuál túnel te haré llegar un regalo de estrellas si no han dejado noche para soñar?

Madre, ¿ninguna ruta se salva de la matanza universal?

Soy tu hijo desintegrado entre los escombros de tu vientre

Soy tu niña lanceada por criaturas monstruosas y despiadadas que llaman “colonos”

¿Serán estos “colonos” algún mortífero gusano emanado del cadáver corrompido de aquel Colón que llevó la perversión a las “Indias”?

¿Serán estos “colonos” los mismos que exterminaron a las naciones originarias de Abya Yala, esos que encerraron sus infancias en conventos de sadismo y necrofilia?

¿Aparecerán sus cuerpos ultrajados y mutilados antes que estos nuevos “colonos” nos desaparezcan de la faz de la Tierra?

¿Cuánto hace que llegaron disfrazados de personas y los acogimos como nuevos vecinos?

Cuando les dimos aceites de nuestras olivas y carnes de nuestros corderos

Cuando les ofrecimos un lecho fraterno donde reposar del largo viaje

Cuando les cedimos un trozo de terreno para que hicieran un huerto

Y celebramos sus primeras cosechas, y nos pagaron con pesadillas

Nakba, Madre, los recién llegados han mutado a engendros sanguinarios

Nos despertaron disparando sus armas (camufladas hasta esa mañana) para echarnos de nuestras casas, nuestros pueblos, nuestras ciudades, nuestra nación

Nakba, Madre, el “mandato británico” ha esparcido sus maleficios por doquier

Pero la peor plaga la han traído a Palestina, Madre

¿Por qué?, Madre, ¿por qué?

 Si la religión de estos invasores los adoctrina en el rencor, la obsesión de venganza, ¿por qué no se van a Alemania a desatar la furia del dios que los escogió?

¿Por qué no desahogan su brutalidad bestial con los descendientes de Isabel la Católica?

Pero ellos ahora son sus aliados que les arman y financian para exterminarnos

Madre mía, mi Palestina adorada y atormentada, no puedo darte ni mi corazón, porque lo han devorado los invasores al “descubrir” que en mi pecho habita un poema que te haría feliz un instante, un breve y liviano aleteo de colibrí, un sutil susurro de abeja, una suave caricia del mar en nuestras playas…

Un mundo distópico nos deparó la Nakba

Desaparecieron los países soberanos como desintegrados por el soplo de brujos infernales

El planeta de millones de años será tragado por el ácido radioactivo que destilan los mercenarios aquí campantes

Ya no existe la Humanidad, ese enjambre que una vez fue esperanza de los dioses

En la cruz clavaron al hombre que pidió amarnos como hermanos

La bestia nazi con su cruz gamada multiplicó por millones el Calvario

El ente sionista ocupante se contagió y amalgamó con aquellos verdugos inmisericordes

Las hordas conquistadoras que flagelaron al África esclavizada

Los blancos europeos que inventaron el apartheid

Los anglosajones estadounidenses que bombardearon Hiroshima y Nagasaki

Los inquisidores que quemaron las madres parteras y alquimistas en las hogueras

Las mujeres quechuas, aimaras y mayas esterilizadas forzosamente, bajo engaño, por los gringos fanáticos del progreso de su raza blanca

La raza aria, la raza “judía”, la raza del capital financiero, la raza imperialista  

Toda esa maldad ha sido perfeccionada contra nuestra Madre Palestina

Esta cosa llamada “Israel”, plagiaria hasta de su nombre, es el fin del humanismo

Perdón Madre por amargar tanto este día con mis gritos de dolor

Yo sólo quería traer un pez a nuestra mesa, unos garbanzos para el hummus con tahini

Yo sólo tuve un sueño donde nuestro pan redondo nos trasladaba como mágica alfombra voladora al tiempo de la libertad y la paz, y pudimos abrazarnos bajo la higuera a llorar una felicidad hoy desaparecida entre la tumba multitudinaria de Gaza

Madre un profeta llamado Bolívar dijo: en Europa todo se hace por la ambición, y los infames Estados Unidos nos plagarán de miseria

Este profeta del Gran Rio Orinoco señaló la hebraica mala conducta, y también nos enseñó que todos los pueblos del mundo que han luchado por la libertad han exterminado al fin a sus tiranos

Hemos luchado tanto Madre, que abrigo un hálito de fe en estas justas premoniciones

No son distintas las aguas del Mar Mediterráneo y el Caribe desde donde nos llegan estas frutas que refrescan nuestros espíritus

Nunca fuimos tan desdichados desde los tiempos del dominio romano

¿Sentirá el sumo pontífice de Roma nuestras heridas, le conmoverá la desolación que el maligno ha descargado sobre nuestra mermada existencia?

Perdona Madre estas quejas de tu hijo ausente

Yo sólo quise darte un beso en la mejilla con los labios que quemó el fósforo blanco hasta cremar

Un beso en esas mejillas de huesos sagrados donde se atesora el semillero de tu inmortalidad.

 

Yldefonso Finol

Domingo 11 de mayo de 2025

sábado, 26 de abril de 2025

MENSAJE DEL EMBAJADOR YLDEFONSO FINOL POR LOS 80 AÑOS DE LA VICTORIA SOBRE EL NAZISMO



MENSAJE DEL EMBAJADOR YLDEFONSO FINOL POR LOS 80 AÑOS DE LA VICTORIA SOBRE EL NAZISMO

Su Excelencia Embajador de la Federación Rusa en la República Oriental del Uruguay

Compañeras y compañeros del Capítulo Uruguay de la Internacional Antifascista

Camaradas:

Reciban el más caluroso y fraterno saludo del Pueblo y el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, muy especialmente del Presidente Nicolás Maduro Moros y de nuestra Cancillería.

La gesta que hoy conmemoramos se nos presenta en la actualidad con una triple valoración histórica que es necesario apuntar para comprender el devenir de esta atribulada humanidad del primer cuarto del siglo XXI.

En primer lugar, la victoria de los pueblos soviéticos -con el protagonismo fundamental de la Gran Nación Rusa- sobre el flagelo destructivo del nazi-fascismo, cerró un periodo de violencia extrema desatada por las fuerzas del capital monopolista, definida por el sabio Vladimir Ilich Uliánov “Lenin”, como el imperialismo, fase superior del capitalismo, al cual caracterizó en lo político como una “tendencia creciente a la violencia y la reacción”, lo que continúa totalmente vigente.

Un principio ideológico esencial unía al nazismo derrotado, con los supuestos “aliados” ingleses, europeos y estadounidenses: el anticomunismo, hoy devenido en antisoberanismo, anti-autodeterminación, y antiliberación de los pueblos. Por ello el plan imperialista -una vez concluida la llamada segunda guerra mundial- comenzó por invisibilizar los más grandes esfuerzos y sacrificios que correspondieron a la clase trabajadora y campesina de la Unión Soviética. Extinguir y desintegrar la URRS, para luego descuartizar Yugoslavia, cercar a Rusia con una feroz campaña de rusofobia y el emplazamiento de bases de la OTAN en todos los países que colindan con la Federación Rusa, todo iba fríamente calculado para cumplir la vieja apetencia de las oligarquías europeas y angloamericanas de asaltar los territorios de la Rusia soberana.

En segundo lugar, el fin de la guerra con la victoria rusa sobre la Alemania nazi hace 80 años, lo utilizaron los imperialistas yanquis para mostrar, con toda su saña y alevosa inhumanidad, un poderío bélico hasta entonces inédito: el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. Se abrió el periodo de la “Guerra Fría” y la carrera armamentista y aeroespacial, pero también los procesos de liberación nacional que alcanzaron éxito en diversos países de Asia, África, Oriente Medio, Latinoamérica y el Caribe. El fascismo como ideología de la opresión imperialista fue cooptado por la nueva metrópolis imperialista, Estados Unidos, como herramienta de destrucción de procesos emancipatorios, aplicándola con furia en Nuestra América a través de la instalación de dictaduras militares y regímenes teóricamente demócratas burgueses que sólo se sostenía por el terrorismo de Estado con que sometían a los pueblos. La Doctrina de Seguridad Nacional promovió los Golpes de Estado en todo el Cono Sur latinoamericano, y perpetró la Operación Cóndor como transnacional anticomunista violatoria de los más sagrados Derechos Humanos. El neoliberalismo fue el proyecto económico que impusieron a sangre y fuego para expoliar el trabajo y los recursos de nuestros países.     

Y, en tercer lugar, la justa valoración de aquella proeza humanitaria de hace 80 años que hoy conmemoramos, es proyectarla en el presente y futuro de nuestros pueblos. La fascistización acelerada de las sociedades por medio de la exaltación del egoísmo individualista como embrujo del capitalismo neoliberal, las tendencias del neomalthusianismo que abogan desde el FMI y las plataformas digitales monopolizadas por la banalización del mal, el exterminio de lo diferente incluidas nacionalidades enteras como la palestina, sometida por el sionismo neonazi a una carnicería que el mundo observa inerme en vivo y directo; la criminalización de millones de seres humanos que se ven obligados a migrar por efecto de la opresión imperialista en sus territorios nativos, la permanente zozobra en que sobreviven las mayorías desposeídas por los desafueros de la exclusión socioeconómica y el desmedido afán de lucro de las elites globales, la cada vez más evidente destrucción del ambiente por esos capitales voraces, todo ello nos obliga a asumir el altruismo de aquellos héroes, heroínas y mártires que hace 80 años vencieron al monstruo imperialista nazi. De allí la pertinencia del término acuñado por el Presidente Vladimir Putin: desnazificar. Es una tarea impostergable que la Venezuela Bolivariana comandada por el Presidente Maduro suscribe y pone en práctica con la resistencia cotidiana de nuestro pueblo y creación de la Internacional Antifascista.

Es la lección a aprender y el compromiso de honor con esa parte de la humanidad que se echó sobre sus hombros la decencia, el decoro y la valentía de toda la especie humana.

¡Honor y Gloria al 80 Aniversario de la Victoria sobre los nazis imperialistas!    

¡Venceremos!

Yldefonso Finol

Embajador de la República Bolivariana de Venezuela en la República Oriental del Uruguay

viernes, 25 de abril de 2025

EL DILEMA DE LOS SUMISOS

 

El dilema de los sumisos

Los momentos históricos son generalmente coyunturas críticas que colocan en máxima tensión la contradicción fundamental de la estructura socioeconómica, trastocando la superestructura estatal con intensidades que pueden alcanzar efectos sísmicos. No es un mero determinismo economicista; ya sabemos que en estas convulsiones sociales que vuelcan el devenir de los pueblos y naciones, produciendo rupturas transformadoras en las relaciones de poder instaladas, están interconectadas múltiples manifestaciones de lo espiritual: ideologías políticas, culturas, religiones, y demás fuentes de sensibilidades y conciencias. Pueden ser tiempos de cambios civilizatorios o épocas de reformas profundas, que prevén el agrietamiento de la armazón dominante, o intentan -desesperadamente- evitar su desmoronamiento.

Asumiendo lo debatible de esta formulación (que argüimos plenamente), no debemos dejarnos atrapar por el simplismo mecanicista de concluir que toda crisis del capitalismo implica una situación revolucionaria, menos una crisis revolucionaria en la acepción leninista, esa intersección explosiva de las condiciones objetivas y subjetivas (que llamábamos “punto crítico” en el Partido de la Revolución Venezolana); tampoco seamos seducidos por la posibilidad utópica de un milagroso e inexorable triunfo de la revolución. El sistema no se suicida, ni espera que ocurran los acontecimientos, menos si son protagonizados por sus contradictores.  

Abya Yala, nuestro hábitat sentipensante desde Alaska a la Patagonia (porque incluimos a nuestros hermanos originarios y las clases explotadas del septentrión), vive una etapa de definiciones, encausada hacia intereses ajenos por el plan recolonizador del gobierno estadounidense de Donald Trump. Las complicaciones económicas en el mercado global que fracturaron (hace ratos) la viabilidad del modelo de producción y consumo del país imperialista, han obligado a su elite a retomar -prioritariamente- la pretensión dominadora sobre Nuestra América con la ofensiva y obsoleta visión del “patio trasero” y “Mare Nostrum”. El elemento paradójico de este proyecto retrógrado, es que cuenta con la colaboración -activa y/o pasiva- de una porción significativa de la clase política latinoamericana y caribeña.    

Aclaremos. Decimos “colaboración activa” para casos como Nayib Bukele, reincidente secuestrador extorsivo, tratante de personas, sádico serial contra los Derechos Humanos. Irfaan Alí, ¡oh gallito de pelea!, carnada de un anzuelo casus belli. En este prototipo entra la bestia Milei, sicario de los derechos sociales y la soberanía de la nación que desgobierna. El defraudador que hurta la voluntad popular con terror militar, electoral, judicial, policial, mediático y mercenario (hablo de Noboa, por supuesto). Los hay que se hacen cómplices necesarios del robo de aviones a un “país hermano”, mientras le bailan el merenguito al patrón yanqui, y le sirven de base militar renunciando a la mínima dignidad nacional. Estos sumisos ocupan a plenitud su condición lacaya; buscan afanosos el reconocimiento del dominador (complicado sadomasoquismo), actuando como bravucones con los más débiles de sus países. Disfrutan reprimir. En lo internacional, no son más que peones en el tablero.

La otra forma de sumisión facilita el proyecto recolonizador con la pasividad. Es el tipo que se deja humillar, mira para los lados, simula que no fue agredido, que el asunto no es con él, que dejando hacer y dejando pasar, el tiempo se encargará de que nadie note su rol de cipayo. Puede intentar aparentar que no es sumiso, fingir una gestualidad enérgica, sin embargo, en los temas álgidos, se irá por las ramas y titubeará respuestas al estilo “como puede que sí, como puede que no, lo más probable es que quién sabe”. Suplicará que no lo saquen de la incertidumbre porque lo harán confundir. No es que no desee -como el sumiso activo- que el patrón imperialista le de una palmadita y lo invite a sus saraos. ¡Lo ansía con fervor narcisista! Sueña con esa selfi. Lo pedirá en secreto, por medio de emisarios, quizá se valga de un sumiso activo bien conectado.

Puede que algún lector haya graficado en su mente al presidente equis, no lo culpo. Sí, lo han descubierto, él es un “pasivo”, pero no crean que es el único, son bastantes más.

Escoger entre ser sumisos activos o sumisos pasivos es un falso dilema que sólo profundiza el modelo de dominación imperialista, haciendo a nuestros países más dependientes y más vulnerables.

Desde la Doctrina Bolivariana, que se funde con la martiana, la sandinista, y el pensamiento latinoamericano de fuente marxista, creando un paradigma emancipatorio válido para toda Nuestra Abya Yala, decimos que: el dilema histórico es sumisión o revolución.

Los pueblos tienen la palabra.

Yldefonso Finol

domingo, 13 de abril de 2025

CHÁVEZ RENACIÓ EL 13 DE ABRIL DE 2002

 


Chávez renació el 13 de Abril de 2002

El huracán del pueblo me trajo de vuelta. La Revolución Popular Antifascista del 13 de Abril de 2002 salvó al Presidente de ser asesinado y con ello, salvó a la propia Revolución Bolivariana. Igual que el 27 de febrero de 1989, la respuesta popular fue espontánea. Igual que siempre, se cumplió la máxima de que “sólo el pueblo salva al pueblo”. Ningún partido, ni aparato de Gobierno, ningún ejército o policía especializada, previó los acontecimientos del 11 de abril de 2002, y mucho menos la manera como sería reestablecido el orden constitucional. Tampoco tuvieron capacidad de respuesta, por torpeza, por falta de claridad política, o simplemente, porque sus principales actores estaban involucrados en la conspiración. En esos días en Venezuela no había gobierno. El parapeto burocrático respiraba por inercia, vivía ensimismado en sus miserias e ineptitudes. El tedio era más fuerte que la misma crisis. Todavía la composición ideológica del gobierno y del partido Movimiento Quinta República, principal soporte político del proceso, era una ensalada de ambigüedades y paradojas. Esa ha sido una de las características más sobresalientes de la revolución bolivariana en Venezuela, la inconsistencia ideológica y la débil formación política de los cuadros de dirección, no digamos de la militancia y el funcionariado. El propio Chávez en 1999 se manifestó simpatizante de una presunta “tercera vía” al estilo del primer ministro neoliberal de Gran Bretaña Tony Blair. Semejante dislate resbaló como un alud en las mentes de los millones de seguidores del Presidente, dejando a los antojos personales de cada individuo la definición ideológica del proceso.

El confusionismo doctrinario tenía una expresión muy peligrosa en el seno del gabinete ministerial. Allí coexistían las más disímiles tendencias políticas, algunas de ellas abiertamente antagónicas; sólo permanecían unidas –aparentemente- por el liderazgo de Chávez y por la posibilidad cierta de sacarle provecho a la chequera petrolera. Seguro que esta última razón era la más poderosa. 2 En el miserable barrio palafítico de Nazaret, en la población de El Moján, municipio Mara del estado Zulia, un grupo de militantes revolucionarios junto a decenas de lugareños, niñas y niños la mayoría de ellos, proceden a bautizar un periódico con agua de la bahía de Urubá, desembocadura del río Limón en el estrecho del Lago de Maracaibo. Era el 12 de octubre del año 2001.

-“El Correo de Nigale lo fundamos para defender a Chávez”, declaré al diario Panorama que acudió a dar cobertura al acto. Ciertamente en el Zulia por esos días no había una voz que saliera en defensa del gobierno nacional, la carencia de liderazgo local nos asolaba desde la división que ocurrió en nuestras filas en el 2000. El calentamiento de la conspiración era evidente, transcurría ante la mirada inerte de la dirigencia del MVR y los altos cargos ejecutivos y legislativos. Ya en la tercera edición del semanario El Correo de Nigale, denunciamos la reunión del Grupo Santa Lucía en Cartagena, Colombia, donde estudiaron todos los escenarios posibles para tumbar a Chávez, con la apasionada ayuda de varios resentidos viscerales que provenían de la izquierda. La denuncia contenía detalles de la trama conspirativa. Un informe del hallazgo lo llevamos personalmente a miembros de la Dirección Nacional del MVR sin obtener resultados. Parecía que estuviésemos hablando con las paredes.

En vista de la falta de interés demostrada por quienes tenían las más altas responsabilidades políticas, hicimos pública la información y la ampliamos en nuestra edición del 9 de noviembre de 2001. También el diario Panorama nos cedió un espacio de sus páginas de opinión para lanzar la alerta. El artículo salió en plena Feria de La Chinita, tal vez por eso el chavismo oficial, el acomodado, no lo leyó.

JAQUE

“En Cartagena se hicieron las reflexiones sobre cómo tumbar a Chávez ya. Era la reunión del Grupo Santa Lucía. Se habló de los escenarios: convocatoria de nueva constituyente para recortar el mandato, llamado a referéndum, solicitud de renuncia, inhabilitación política, golpe, huelga general para forzar la salida del Presidente, entre otros. Todo con tal de tumbar a Chávez. Coincidieron la derecha y la ultraizquierda. Marcel Granier, Miguel Henrique Otero y Bandera Roja. Arroz con mango. A esta gente no le importa el país. Le interesa el poder. Qué les puede importar el desempleo o la pobreza a quiénes siempre han vivido del trabajo de otros. El escenario que no estudiaron es que el intento desesperado de las elites por tumbar al gobierno constitucional nos llevará a un baño de sangre. O es que acaso cuentan con que los pobres se quedarán de brazos cruzados. Incitar a las protestas callejeras con ánimos golpistas como lo están haciendo las cúpulas terratenientes y empresariales con apoyo de los medios de confusión masivos de la capital, puede provocar una respuesta igual de violenta de parte de los seguidores del Presidente, que arrastraría una enorme carga de resentimientos acumulados y sería impreciso predecir cualquier desenlace. Algunos voceros de este misterioso grupo “Santa Lucía” han negado su participación en la conspiración, pero qué casualidad que apenas regresaron de su reunión en Cartagena se desató la ola conspirativa y todos los actores, abiertos y encubiertos, dispusieron sus baterías para el golpe. Porque no le vengan a poner otro nombre a sus intenciones. Quieren el golpe y punto. Recordemos al Chile de Salvador Allende. La CIA desde afuera y desde adentro corroyó las bases del gobierno popular. Los empresarios sabotearon, las lujosas cacerolas de vajillas importadas chillaron, los militares de derecha golpearon.

Aquí los medios audiovisuales y la llamada gran prensa caraqueña han creado una especie de terror socio-sicológico en torno a la figura presidencial que aturde. No dan tregua. Persiguen las nuevas leyes. Desfiguran las declaraciones. Ridiculizan los altos funcionarios. Nunca hubo en Venezuela tanta libertad de expresión e información y se la pasan pegando el grito a la SIP. Van a New York y Washington a acusar al gobierno de cualquier cosa como si allá estuviera la conciencia universal. Odian la bandera nacional porque aman la de cincuenta estrellas. Prefieren la cantidad que la calidad. Libertinaje informativo apátrida contra patriotismo soberano. Para ellos lo más importante en esta vida son las buenas relaciones de sujeción con los Estados Unidos. La soberanía y autodeterminación de Venezuela les molesta. Están prestos a anexarnos como la estrella cincuenta y uno a la orden del prócer Bush. Es eso lo que quieren. Tumbar a Chávez para subir a las alturas del poder y llevar al país a las alturas de las ratas. Lo peor es que con Chávez gobiernan también un montón de roedores de esos, de los que aman al dólar por encima de todas las cosas. Y esa contradicción sí que es antagónica. Es bíblica. No se le puede servir a la vez a dos dioses. O se está con la Revolución, o se está contra ella. El jaque es porque el enemigo ha avanzado y hay piezas propias que están atravesadas”. Al mes se activó el plan golpista con la primera huelga patronal de diciembre contra las leyes habilitantes.

3

Según Ferdinand Lassalle, “Los problemas constitucionales no son, primariamente, problemas de derecho, sino de poder; la verdadera Constitución de un país sólo reside en los factores reales y decisivos de poder que en ese país rigen; y las Constituciones escritas no tienen valor ni son duraderas más que cuando dan expresión fiel a los factores de poder imperantes en la realidad social”.

Pese a la demoledora “Crítica del Programa de Ghota”, donde Marx desbarata las tesis políticas de Lasalle, texto cuya lectura hemos disfrutado en varias ocasiones y que constituye un monumento a la solidez ideológica, no podemos negar los aportes que los revolucionarios no marxistas, incluso desde posiciones reformistas, hicieron a la construcción de una sociedad más justa y democrática. Tal es el caso del autor de la cita, Ferdinand Lassalle, quien en su pequeño libro ¿Qué es una constitución?, tan ignorado por las escuelas de derecho, devela el carácter esencialmente político –y por tanto clasista- del ordenamiento constitucional, más allá de las tesis positivistas que exaltan la función del papel legislativo como si estuviera por encima del bien y del mal. En abril de 2002 la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela es un bebé que apenas anda. La lucha por hacerla viable era una constante cotidiana. Cada vez se polarizaba más la sociedad entre las fuerzas que pugnábamos por la República Bolivariana y las que se oponían; y cada vez más esa lucha adquiría ribetes clasistas insalvables. En un extremo las mayorías trabajadoras, el campesinado pobre, los marginados de las ciudades, la intelectualidad de izquierda; del otro lado la vieja oligarquía con sus agentes serviles en esa masa amorfa sin personalidad histórica llamada clase media, los terratenientes, los comerciantes parasitarios, y la clase política desplazada del poder. Los dos bloques tratarían de expresarse en cualquier momento, porque la tensión había llegado al punto de ebullición. Los odios de clase se exacerbaron desde los aparatos de guerra mediática. A nosotros nos llamaban “hordas”, mientras que para ellos se reservaron esa delicada categoría sociológica que tanto gusta a los politólogos eurocéntricos: ellos eran la sociedad civil. Jodieron a Gramsci, que si desarrolló con gran profundidad filosófica esta categoría social para explicar los fenómenos políticos de su espacio-tiempo.

Es que la burguesía ociosa no tiene empacho en valerse del lenguaje y la creación de izquierda para legitimar su asquerosa dominación basada en el reino de la mediocridad. 4 La teoría constitucional lassallista expone que no basta redactar una nueva Carta Magna. Más importante y difícil es su instauración en la sociedad. Es sólo en el proceso de su implementación práctica, que una constitución comienza a tener existencia real. Antes es apenas un ejercicio literario jurídico que bien podría quedarse arrumada en los desolados estantes de las bibliotecas. De nada nos valía haber invocado el poder constituyente originario en 1999, si no éramos capaces de imponer el nuevo Estado que emanó de aquél esfuerzo popular extraordinario. Habíamos convocado la soberanía popular, interpretada por nosotros como un cóctel del planteamiento de dos grandes: Rousseau y Sieyés. Soberanía del pueblo, en tanto fuente y sentido de todo poder republicano, y soberanía de la nación, en cuanto Estado independiente de cualquier intromisión externa y asiento territorial del soberano. En esto la Revolución Bolivariana es muy alicista, cuando decimos Patria, de inmediato en nuestras almas se activa la nostálgica rock ola ambulante que es cada izquierdista venezolano y comienzan a sonar las canciones que alimentan la utopía colectiva. En este caso, “La Patria es el Hombre, muchacho, la Patria es el Hombre, muchacho…”, para decir que la Nación somos los humanos –incluida la mujer que es el humano más perfecto- que la constituimos. Y otra vez vuelve Martí con su “Patria es Humanidad” y el padre Bartolomé de Las Casas con su “República Humana”. Las debilidades de ese “nuevo Estado” en construcción en abril de 2002 era alarmante. Llegamos a calificar al presidente –muy en privado, casi en íntimo- como el político más bobo de la historia de nuestro país. Veíamos como habiendo tenido todo lo que un político podía aspirar en esta vida, apoyo popular, coyunturas favorables, dispersión del adversario, etc… él lo tenía y sin embargo, estábamos a punto de irnos al despeñadero. Pero le añadíamos, con sorna y auspicio a la vez, que “menos mal que todo bobo es sortario”. Estas conversaciones las tuvimos algunos amigos debajo de una mata de mango en agosto de 2001, a 40º bajo sombra, y nos atrevemos a hacerlas públicas sólo porque ya el propio Chávez ha expresado comentarios similares sobre sí.

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Una mirada a los medios de desinformación nos permite conocer el fondo del plan desestabilizador de la derecha internacional. “Chávez militarizará Petróleos de Venezuela si prosigue la revuelta de sus trabajadores”. ‘Si paran, la militarizo. Ya tengo el plan listo. Si quieren hacerlo, adelante’, manifestó ayer el presidente venezolano, Hugo Chávez, en su programa radiofónico Aló, presidente. Chávez rechazó la ola de protestas laborales que se ha desatado en la mayor empresa del país para pedir la dimisión de los directivos nombrados por el presidente. Tras defender su potestad para nombrar a los directivos, Chávez dijo: ‘Petróleos de Venezuela no puede ser un Estado dentro del Estado’. La importancia de esta empresa estatal es enorme porque genera el 70% de los ingresos de Venezuela. Petróleos de Venezuela, S. A. (PDVSA) lleva desde principios de mes en pie de guerra contra el presidente Hugo Chávez. El detonante de la rebelión ha sido la reciente designación por parte del teniente coronel de paracaidistas de un nuevo presidente -Gastón Parra, el cuarto en tres años de chavismo- y una nueva junta directiva de la compañía saltándose el escalafón interno de la empresa. Los empleados, desde los altos directivos a los obreros, han iniciado una campaña de paros parciales y amenazan con una huelga nacional.

PDVSA, la principal compañía petrolera de América Latina, sobrevivió al deterioro generalizado que sufrieron las instituciones venezolanas en las últimas décadas. La clave de esta excepción está, según la oposición al presidente, en la Ley de Nacionalización de 1975 que consagró la meritocracia como sistema de promoción de sus directivos basada sólo en criterios profesionales. Ahora, la designación por Chávez de un nuevo presidente de la compañía, Gastón Parra, economista y profesor universitario, en sustitución del general Guaicapuro Lameda tras rebelarse éste a finales de febrero contra el jefe del Estado, y de otros miembros de la dirección saltándose este principio soliviantó a los 40.000 empleados de PDVSA. La crisis abierta llevó a Chávez el pasado día 12 a arremeter contra los directivos de la compañía. Citado por el diario venezolano El Nacional, el presidente afirmó: ‘La cúpula que en PDVSA ha estado dominando durante muchos años tiene groseros privilegios. Yo encomendé a muchas personas la tarea de cambiar eso y no pudieron’. Entre esos privilegios destacó sueldos millonarios, lujosas residencias y viajes. Luis Giusti, el último presidente de la compañía antes de Chávez, entre 1994 y 1999, que abandonó Venezuela el mismo día que el militar ex golpista juraba su cargo y ahora vive en Washington dedicado a tareas académicas y de consultoría, rechaza estas críticas. ‘No se trata de ninguna rebelión de privilegiados’, comentó en conversación telefónica con este diario. ‘El presidente está facultado para nombrar a quien le dé la gana, pero debe tener en cuenta que el Estado es el representante del accionista de la empresa que es el pueblo, no su dueño. Además, la Confederación de Trabajadores Venezolanos (CTV) respalda totalmente la protesta’. Para Giusti, lo importante es que ha estallado ‘un proceso que se inició desde que Chávez llegó al palacio de Miraflores [sede de la Presidencia], la intervención progresiva de la empresa, el recorte de su autonomía financiera y de gestión. Estamos regresando al petroestado, a la idea de generar ingresos por las exportaciones para montar después una gran operación de caridad estatal’. Giusti cuenta alguno de los hitos de este intervencionismo: ‘El primer presidente, Roberto Mandini, un hombre de la industria, duró siete meses. El segundo, Héctor Ciavaldini, uno de los comandantes civiles de la revolución chavista, supuso la salida de la empresa de 300 ejecutivos. Las reuniones de la dirección se dejaron de hacer en la petrolera y se llevaron a Miraflores. Ahora está al frente un hombre que piensa como un comunista soviético de los años cincuenta. Puede ser una persona honorable, pero es un proteccionista sin experiencia en el negocio, que redactó una Ley de Hidrocarburos, aprobada en 2001, que reducirá la inversión extranjera en Venezuela’. Invertir o ‘chupar la sangre’ Para Giusti, el dilema es decidir entre realizar inversiones en la empresa o ‘chuparle la sangre’. En su opinión, la política nacionalista de Chávez ya tiene efectos negativos. ‘La compañía ha perdido capacidad crediticia; se ha reducido el número de prospecciones de 125 a poco más de 60; las inversiones, que fueron de 6.500 millones de dólares al año se han reducido actualmente en una tercera o cuarta parte y se está perdiendo penetración en los mercados’. Asegura que la producción a 1 de enero de este año era de 2,4 millones de barriles al día y que en 1999 era de 3,6 millones. El bajón se explica por los recortes dictados por la OPEP para subir el precio, pero se corre el riesgo, señala Giusti, partidario de que Venezuela fuera independiente del cartel, de que el lugar que dejas vacío en el mercado lo ocupe otro jugador. Hugo Chávez se encontró al llegar al poder con el precio del petróleo en torno a los 30 dólares y ahora, ante un previsible ataque de EE UU a Irak, vuelve a subir. De momento. Nadie sabe qué pasará después del conflicto con el oro negro venezolano, un crudo pesado muy sensible a las bajadas de precios internacionales. Lo que nadie duda es que el presidente no cambiará de política. Como dice Mandini, ‘se le está pidiendo al tigre que sea vegetariano’. LUIS PRADOS - Madrid - 19/03/2002. Diario El País de España.

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Contrario a lo que dice el prestigioso diario El País, cuando el Comandante Hugo Chávez llegó al gobierno, el precio del petróleo estaba en su nivel más bajo en los últimos 30 años, incluso por debajo del nivel alcanzado en 1973 antes del primer boom petrolero. Así lo conseguimos en una página web especializada en petróleo: “La crisis asiática y el consecuente exceso de suministro de hidrocarburos llevó los precios del barril a sus niveles más bajos en las últimas décadas. En 1998 se cotizó la cesta petrolera venezolana a $ 10,57 el barril”. Caramba, qué tronco de strike le pasaron al prestigioso diario El País de España. El lunes 29 de mayo de 2006, el diario El Mundo publicó en su web elmundo.es lo siguiente: “Desde los 10,75 dólares por barril Cuando Chávez asumió el poder el 2 de febrero de 1999, el precio del barril de la OPEP había cotizado la semana anterior a 10,75 dólares, y durante 1998, su cotización media fue de 12,28 dólares. En esa época, los 11 países miembros de esta organización que controla cerca del 40% de la producción mundial de crudo aspiraban a estabilizar el precio en 21 dólares por barril. Pero las cotizaciones se habían desplomado desde diciembre de 1997, cuando en su 103 conferencia ministerial en Yakarta acordaron subir el techo de su producción conjunta en un 10%, hasta los 27,5 millones de barriles diarios. Los intentos de recortar la oferta en tres reuniones celebradas en 1998 no surtieron el efecto deseado de recuperar el precio del ‘oro negro’ y sólo la reducción pactada en marzo de 1999, tras el cambio de gobierno en Venezuela, dio paso a un encarecimiento de esta materia. Giro en la política venezolana El giro de la política venezolana en la OPEP resultó decisivo porque el gobierno anterior era partidario de no restrin gir la oferta y boicoteaba los acuerdos produciendo ampliamente por encima de la cuota nacional establecida. El nuevo ministro del sector, posteriormente secretario general de la OPEP y hoy titular de Exteriores, Alí Rodríguez, aseguró entonces que su país había “aprendido bien la lección” y prometió un cumplimiento estricto del nuevo acuerdo, que fijaba la cuota de la “OPEP-10” (todos los miembros menos Irak) en 22,976 millones de barriles diarios a partir de abril de 1999, para superar la crisis petrolera. Ya hacia finales de ese año, el precio del barril de la OPEP rondaba los 25 dólares, superando la cotización a la que se aspiraba de 21 dólares y dejando una media para 1999 de 17,47 dólares, mientras que un año después, las alarmas sonaban en los países consumidores, con los precios por encima de los 30 dólares en Londres y Nueva York. Tras cuatro aumentos consecutivos de la oferta conjunta de la organización entre abril y noviembre de 2000, la ‘cestaOPEP’ se moderó hasta introducirse en una banda de entre 22 y 28 dólares que habían adoptado los ministros para estabilizarla”. Desmentido el prestigioso diario El País de España, queda agregar dos datos: uno, que el precio del barril OPEP aun es más alto que el promedio de la cesta venezolana que en los días aludidos se llegó a vender en algo más de siete dólares; y dos, que gracias a la política petrolera implementada por el gobierno de Chávez, desde sus primeros momentos, logró recuperarse el precio y la soberanía de los países productores sobre su mercancía estratégica. Contra estos aciertos es que se produce el golpe fascista de abril de 2002.

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Lunes, 19 de noviembre de 2001 “En rueda de prensa el presidente de Fedecámaras, Pedro Carmona Estanga, informó que por unanimidad el ente empresarial acordó recomendar a sus órganos máximos de decisión, (el Consejo Nacional y la Asamblea Extraordinaria) considerar el próximo 28 de noviembre la convocatoria a una paro cívico nacional de 12 horas en protesta “por la aprobación inconsulta y atropellada” de varias leyes en el marco de la Habilitante. Carmona estuvo acompañado del directorio en pleno y de varios ex presidentes de la cúpula empresarial y ratificó que la manifestación “tendrá como objetivo plantear al país la más enérgica protesta y solicitar una rectificación al ejecutivo nacional y a los órganos del poder público que tiene que materializarse en una revisión profunda del rumbo que pretende dársele al país”. Insistió Carmona que “solicitamos a través de estas acciones una rectificación profunda de leyes y de rumbo, estamos haciéndonos eco de un clamor popular en el cual en un 85 por ciento pide cambio de rumbo”. Añadió que “no somos conspiradores ni desestabilizadores, exigimos un cambio de rumbo, tenemos el legítimo derecho de hacer esta solicitud que hoy hacemos al gobierno nacional”. Dejó claro el presidente de Fedecámaras que la actuación demostrada el día de hoy “nada tiene que ver con la legitimidad o circunstancia del gobierno, no tiene intención desestabilizadora, es el deber del empresariado de hacer frente a esta situación”. “No deseamos inestabilidad política”, insistió.

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Mi artículo en Panorama y El Correo de Nigale me ganó una de las menciones más honrosa en mi vida como revolucionario: la asamblea de Fedecámaras-Zulia me declaró “Persona No Grata”. ¡Qué vaina tan buena!

Un Paro Irracional

“Estoy contra el paro de Fedecamaras porque es un paro golpista cargado de egoísmo. La cúpula empresarial no tiene ninguna consigna reivindicativa. Ellos no luchan por aumento de salarios, ni por mejorar un contrato colectivo o defender el ambiente. La cúpula pelea con toda la arrogancia de su poder económico, por sus mezquinos intereses. No aceptan un gobierno popular. Así de sencillo. Quieren un gobierno títere que complazca sus avaras ambiciones. El paro es para tumbar al Gobierno constitucional. El poder de las cúpulas avaras es tal, que logran atrapar en sus redes, como la araña cazadora, a víctimas indefensas que se hacen presa fácil de su voracidad. Gente del pueblo, humildes a quienes incluso las leyes aprobadas benefician y hacia quienes se dirige el esfuerzo fundamental de un gobierno popular como el de Chávez, se dan la espalda a sí mismos y apoyan la táctica desestabilizadora de seudo empresarios comprometidos con el régimen anterior que quebró al país. Los medios de información al servicio de esos sectores reaccionarios, dispuestos a explotar el dolor, sexo, las penurias, cualquier situación con tal de vender, han jugado en esta etapa un papel antinacional que raya en la traición. La conspiración ha tenido en ellos el más cruel aliado para crear un clima de verdadero terror psicológico al peor estilo nazi. Y los gremios y sindicatos, esos basureros de la conciencia de clase en que los han convertido los mercaderes sindicaleros, sumándose a un paro que es contra los trabajadores y asalariados en general. Mañana cuando tengan que discutir un contrato colectivo o un pliego conflictivo, no tendrán fuerza moral para enfrentar los patrones porque simplemente se han colocado a la cola de ellos. Me pregunto ¿por qué tienen que pararse los médicos ese día? ¿o, los choferes de tráfico? ¿en qué los afecta a ellos la Ley de Tierras y el Desarrollo Rural o la de Pesca y Acuacultura? Están siendo manipulados vilmente.

Un caso que me produjo repugnancia, fue el paro de la pesca de arrastre en Punto Fijo. La televisión caraqueña lo presentó como un paro de toda la pesca del país y especularon irresponsablemente que estábamos al borde de un desabastecimiento general. El paro fue de sólo esas diez empresas arrastreras. Déjenme decirles que: la pesca de arrastre sólo produce el 24% del total nacional a cambio de destruir los recursos hidrobiológicos; mientras que la pesca artesanal contribuye con un 65%, 9% la pesca de altura y apenas 2% la acuacultura, en cuanto a volúmenes se refiere. Sepamos además que la sardina es aportada por pesca artesanal y el atún por la pesca de altura. Sin embargo, muchos pescadores han sido confundidos a propósito, por el enfoque de la conspiración mediática. Por cierto, que el estado que más daños ha sufrido por los efectos negativos de la pesca de arrastre es el Zulia, porque los arrastreros que vienen de Paraguaná se llevan por delante todas las especies jóvenes del Golfo de Venezuela y dejan a nuestros pescadores arruinados. ¿Qué les parece? Sólo un ejemplo para que veamos la irracionalidad del paro. La cúpula avara no agotó las vías legales y constitucionales para oponerse a las Leyes de la Habilitante si es que ese es su problema. Estos decretos leyes pueden ser reformados por la Asamblea Nacional y hasta anulados por el Tribunal Supremo si fuese el caso que estuviesen viciados de inconstitucionalidad. Yo sí creo que el Gobierno ha cometido serios errores y peores torpezas. La más grave rodearse de infiltrados oportunistas y aduladores, y no comunicarse adecuadamente con la esencia y razón de ser del proceso: el pueblo trabajador. Pero la intención de la cúpula avara es otra. Cuidado”.

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Cuando el Gobierno Bolivariano emprende la elaboración de las leyes habilitantes como continuidad dialéctica del proceso constituyente, el sector más atrasado de la sociedad venezolana reacciona virulentamente. Son ellos los señores terratenientes. Los mayores parásitos acostumbrados a lidiar con campesinos analfabetas, muchas veces inmigrantes indocumentados, a quienes expoliaban hasta los más miserables derechos laborales. Acostumbrados a mandar a los funcionarios del trabajo, del instituto agrario nacional, a la guardia nacional, como si fuesen parte de su nómina feudal. Ellos fueron los primeros en pegar el grito al cielo por la Ley de Tierras. Los siguieron los terratenientes del mar, los dueños de la rastropesca que se apropiaban de toda existencia marina, desde los peces en edad madura hasta los pequeñines pasando por los nichos de desove, el suelo submarino, el zooplancton y fitoplancton, y las generaciones futuras. En medio de la diatriba y la manipulación, los pescadores artesanales, esos pescadores casi siempre hambrientos a los que cantaba en El Moján, el decimero Pedro Palmar: “Pescadores de agua y sal, pescadores que se mueren, pescadores que no tienen redes ni con que pescar; pescador qué te parece la desigualdad social, sino mejoras en ésta, de pescador morirás”. Así lo entendió la mayoría de los recolectores del mar, que se unieron al gobierno en la decisión firme e irreversible de democratizar la actividad pesquera sacando del juego a los avaros monopolistas del mercado ictiófago. A mediados de los setenta Cecilia Todd había popularizado una magnífica versión de la décima Constancia de un pescador, del mencionado bardo paraujano Pedro Palmar, cuya última estrofa decía: “Me alejé de la enramada dejando el timón atrás, la totuma y el compás de mi juventud pasada, la playa que fue celada por mi también la dejé, porque yo consideré, que ya de la pesquería, sanamente no podía vivir, y la abandoné”. Por su parte Alí Primera nos regaló aquél maravilloso año de 1976 su preciosa canción Coquivacoa. “Pare primo la canoa, que me parece que llora el pescador allá en la orilla, si le matan la semilla, qué en la vida le dará; no hay flores en la ribera, sólo peces muertos hay, qué molleja primo tan cristalino que estaba el Lago ayer, no es el palafito lo que está matando todo lo que hay en él”. En diciembre de 2001 ya ni peces muertos había, y la consigna de Zamora, “tierra y hombres libres”, seguía siendo un sueño arrebatado. 11 Martes 9 de Abril 2002 -”En vista de las graves decisiones tomadas el domingo 7 de abril, en desmedro de la principal industria del país, las cuales comprometen severamente la credibilidad de la economía venezolana en su totalidad, la Cámara Venezolano Americana de Comercio e Industria (VenAmCham) reitera su apoyo solidario hacia las instituciones gremiales del empresariado nacional, y recomienda a todos sus afiliados seguir los lineamientos que adopten dichas instituciones para mantener la integridad de la economía y el sistema de libertades que el pueblo venezolano desea preservar”. La poderosa industria del melodrama nacional seleccionó unos guiones inéditos de la escritora Delia Fiallo, quien en una muestra de absoluto desprendimiento donó su talento.

“El presidente de Fedecámaras, Pedro Carmona Estanga, indicó que el paro anunciado por la Confederación de Trabajadores de Venezuela y apoyado por los empresarios, más que buscar una salida de Hugo Chávez de la presidencia de la República, busca la rectificación del Ejecutivo. Expresó el presidente de la máxima cúpula empresarial que se trata de una última oportunidad para que el gobierno cambie de actitud. No descarta que si esto ocurre se genere un conflicto de proporciones mayores. Para Carmona Estanga, el presidente Chávez está manejando el conflicto con una irresponsabilidad inusitada. Se ñaló que PDVSA no puede ser manejada como un ministerio y su personal puede rotar como ser rotado como a él le da la gana. Ante lo que considera una provocación y un endurecimiento de las posiciones, Carmona Estanga responsabiliza al ejecutivo de cualquier hecho de violencia que pueda ocurrir. Sobre todo, por las amenazas, que según él, han hecho los círculos bolivarianos. Informó que acudirá ante la Fiscalía General de la República para solicitar que esté vigilante y dé protección durante el paro que se efectuará este martes y ante los hechos que puedan presentarse los próximos días”. En esta parte del guión, le toca actuar al líder obrero Carlos Ortega, con sus callosas manos de marcar las tablas de bingo y sostener la copa de whisky. 10 abril 2002. Capítulo Extra: “El paro será indefinido”. “El Comité Ejecutivo de la Confederación de Trabajadores de Venezuela decidió convertir el paro de 48 horas que mantienen desde el martes en uno con carácter indefinido. Fedecámaras anunció que respaldará la acción. “Frente a esta actitud de provocación que se mantiene en contra del movimiento sindical cetevista y de no solución de los problemas mantener el conflicto laboral en el país y en ese sentido hemos acordado no un paro de 24 horas ni de 48 horas sino un paro general indefinido”, dijo Ortega al momento de hacer el anuncio. (Ese día los príncipes de PDVSA y sus odaliscas pusieron en escena el eslogan “…y fuera…” con su respectivo meneo hacia la izquierda con el brazo estirado en señal de expulsión) Por su parte, el presidente de Fedecámaras, Pedro Carmona Estanga, hizo un reconocimiento a los empresarios que han asumido “este inmenso costo” que incluye el pago de salarios a los trabajadores aun cuando las puertas permanecen cerradas.

Dijo que “sería una burla” a los empresarios que se han sacrificado levantar la paralización cuando “no hay ninguna señal concreta y contundente del gobierno de abordar la crisis en sus raíces”. Tanto trabajadores como empresarios garantizaron que las necesidades básicas de la población serán cubiertas. La comisión de abastecimiento de Fedecámaras evalúa los mecanismos a seguir en este sentido. Carmona Estanga instó a la sociedad civil a no abandonar su presencia en las calles. Este jueves habrá una marcha que partirá a las 9 de la mañana en la estación Parque del este y que recorrerá la avenida Francisco de Miranda, avenida Luis Roche, avenida Francisco Fajardo para culminar en la sede de PDVSA, Chuao”.

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Escuchemos una descripción de los hechos en la voz de un general de la República. “¿Qué ocurrió el 11 de abril del 2002? Una gran pena nos embarga, hay que decir la verdad, pero para ello debemos remontarnos a los antecedentes que nos trajeron hasta aquí, para que de esa manera se formen una mejor idea y en consecuencia arriben a las conclusiones íntimas que a cada uno de ustedes le merezca mi descripción de los hechos”. Así explica las cosas este general. “ El día 7 de abril del 2002 fui invitado para acompañar al Alto Mando de la Fuerza Armada Nacional a la exposición del plan (de contingencia para abordar la paralización de la industria petrolera) que se le haría al ciudadano Presidente de la República, varios de los ministros y al ex Presidente de PDVSA, doctor Gastón Parra Luzardo, exposición que hizo por la Fuerza Armada Nacional el Vicealmirante Bernabé Carrero Cubero, Jefe del Estado Mayor Conjunto de la institución, recibiendo su aprobación. Luego, entró otro grupo de personas, entre las cuales logré identificar al diputado Nicolás Maduro, a la ciudadana diputada Cilia Flores, al Gobernador del estado Táchira, Ronald Blanco La Cruz, al Gobernador del estado Sucre, doctor Ramón Martínez, y al diputado Ismael García, quien hizo una exposición en nombre del grupo antes mencionado, y en la cual se determinó, entre los siete puntos que presentaron, la forma de cómo contrarrestar las acciones de las personas de la industria petrolera y las que participarían en el paro anunciado el día sábado 6 de abril, por el ciudadano Carlos Ortega en representación de la CTV. Allí se expusieron varios puntos, entre los cuales se destacó la utilización de los círculos bolivarianos en forma contundente, tanto en las instalaciones y dependencias petroleras, así como en las áreas donde se efectuarían las concentraciones. Ante esta situación, y un planteamiento que hizo un ciudadano diputado, el señor Presidente tuvo una gran preocupación y este grupo tuvo que salir rápido de esa reunión por la magnitud de la decisión que habían tomado, decisión que prefiero no decirlo porque en este momento para Venezuela traería unas consecuencias bastante lamentables. Fíjense ustedes la diferencia de las exposiciones. La Fuerza Armada Nacional ofrecía su apoyo con personal muy calificado académicamente, con deseos de aprender, obtener nuevas experiencias y dar un aporte al país. Mientras que ese grupo, antes identificado, presentaba un plan de acciones agresivas para contrarrestar a otros venezolanos. Y mayor preocupación sentí cuando el ciudadano Fiscal General de la República, doctor Julián Isaías Rodríguez, presente en esa reunión, convalidó a ese planteamiento con su silencio, no alertó, no hizo oposición alguna contra tamaño atropello que se pretendía cometer sobre un grupo de venezolanos manifestantes, obligándose de su obligación de prevenir y sancionar los hechos que colidan con la ley, así como poner en práctica una de sus principalísimas atribuciones, que es la de garantizar y ser respetuoso de los derechos y garantías constitucionales de todos los ciudadanos, por demás derechos también establecidos en tratados, convenios, pactos y acuerdos firmados y ratificados por nuestro país.

Este plan de acción comienza a evidenciarse cuando el día lunes, 8 de abril del 2002, unos ciudadanos pertenecientes a los ya referidos círculos bolivarianos, fueron expulsados por las personas que se concentraron frente a las instalaciones de PDVSA-Chuao, hecho este observado a través de las distintas pantallas de televisión. El día 10 de abril de 2002, en horas de la mañana, fui llamado a una reunión en el despacho del General en Jefe Lucas Rincón Romero, y entre otros temas sobre el desarrollo del paro, el General Francisco Belisario Landis, Comandante General de la Guardia Nacional, comentó sobre las acciones que realizaría el día 11 de abril en horas de la madrugada, sobre las instalaciones de PDVSA Chuao, área sobre la cual, según sus palabras, el Comandante del CORE 5, General Eugenio Gutiérrez Ramos, tenía todo un estudio realizado sobre dichas instalaciones, con el propósito de no permitir e impedir a toda costa la concentración prevista. Es de hacer notar que en ese momento, aun no se conocía de la convocatoria de la marcha del Parque del Este a la Plaza PDVSA Chuao. El General en Jefe, Lucas Rincón, pidió opinión al respecto y le dije, que no estaba de acuerdo por cuanto yo, que era el responsable de coordinar las acciones de seguridad, no estaba en cuenta de ello, y no se me había consultado nada de eso. Además, le referí, que el derecho a manifestar estaba vigente, es así que ante ello pregunté al General Jorge García Carneiro, Comandante de la Tercera División de Infantería y Jefe del Estado Mayor de la Guarnición de Caracas y al General Wilfredo Ramón Silva, Comandante de la 31 Brigada de Infantería, presentes en esa reunión, si sabían algo de lo expresado por el Comandante General de la Guardia Nacional y éstos manifestaron que no tenían información al respecto. En ese instante, el General Belisario me dijo, “entonces no le cumplo la orden al ciudadano Presidente de la República”. A lo que le contesté, yo no puedo prohibirle eso a usted, pero por lo menos coordine, de manera tal que si la Guardia Nacional es sobrepasada, nosotros estemos en cuenta de lo ocurrido, porque en ese sector, si no han cambiado los planes, esa área está bajo responsabilidad de otra unidad y si el Comandante no conoce esa situación, entonces cómo actúa con eficiencia. El General en Jefe no opinó ni impartió instrucción alguna. Posteriormente el General Belisario Landis, se reunió con el Alto Mando de la Guardia Nacional, quienes le informaron sobre el posible escenario que se podría presentar durante esa marcha y la forma como la Guardia Nacional podría contribuir en el control de la misma. De esa reunión se conoció de un fuerte impasse entre los generales de división de ese componente, quienes manifestaron su desacuerdo con la acción propuesta por el General Belisario Landis, en relación a la toma de PDVSA Chuao, por cuanto comprometía al componente Guardia Nacional y la dejaría muy mal parada frente al pueblo venezolano, generándose otras opiniones, el hecho comunicacional notorio del pronunciamiento de un oficial general de esa fuerza, alertando sobre la inconveniencia de esa situación. Con ese panorama, el día 10 de abril en horas de la tarde, muy preocupado, solicité una audiencia con el ciudadano Presidente de la República, la cual me fue concedida. Le informé sobre la situación y le sugerí la inconveniencia de la acción planificada por el General Comandante de la Guardia Nacional en relación a la operación mencionada que se ejecutaría sobre el área de PDVSA Chuao, por cuanto entendía que el derecho a manifestar y de reunión estaba amparado por la Constitución Nacional. El ciudadano Presidente de la República, entendió mi planteamiento y aceptó mi sugerencia, este resultado se lo hice saber al Inspector General de la Fuerza Armada Nacional, General en Jefe Lucas Rincón Romero. Luego, en horas posteriores, el ciudadano Carlos Ortega, anunció una huelga general indefinida y el doctor Pedro  Carmona Estanga invitó a una marcha pacífica para el día siguiente, constituyendo también un hecho comunicacional suficientemente conocido por todos los venezolanos”. Interesante documento. Es de notar las frecuentes coincidencias con el discurso de los conspiradores. Pero son solo coincidencias.

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El mismo general al que el Presidente Chávez llamaba preocupado para que activara el Plan Ávila en forma preventiva, al que hemos citado en párrafo anterior, escribió, en el fragor de los sucesos de abril de 2002, sucesivas cartas a ciudadano Presidente. ¡Caramba, General, ¡que (in) oportuno! La que sigue era su cuarta carta, con razón no pudo cumplir las órdenes del Comandante en Jefe de la Fuerza Armada, si se pasó todo el tiempo cultivando el difícil género literario de la epístola. “Caracas, 11 de abril de 2002. Nuevamente agradézcole la oportunidad que me brinda de poderle hacer algunas consideraciones que creo merecen de su estudio, consulta y análisis, la necesidad del diálogo. He venido evaluando la situación y ésta tiende a agravarse. No hay solución si usted no sede a ese entendimiento. Perder una batalla no es perder la guerra, al contrario, le permite la oportunidad de buscar mejores condiciones para continuar con las responsabilidades que mayoritariamente el pueblo le ha concedido. En la rectificación hay grandeza y formulo una serie de interrogantes. ¿Continuar la huelga general indefinida? ¿Un Estado de excepción? ¿Empleo de la Fuerza Armada para restituir el orden público? ¿Plan Soberanía o Ávila? ¿Fuerzas Armadas Nacionales versus pueblo venezolano? ¿Salida violenta? ¿Venezuela ante el mundo? Antes que mantener su actitud, bien discutida por cierto, y oír las recomendaciones de las personas más allegadas, considero y esta es mi recomendación de amigo, que se reúna, dialogue y oiga a la sociedad civil, es la forma más fácil de salir de esta situación. ¿Por qué? Sobre la huelga general indefinida. Los daños sobre la economía son incalculables, no sólo para quienes impulsan esta huelga sino para la nación y por ende para todos los venezolanos. Si usted está en su afán de solucionar la situación venezolana, no puede agregarle otro frente que nos pudiera llevar a un caos. Sobre el Estado de excepción y la suspensión de garantías. En estos momentos no sería bien recibido, por el contrario, podría agregar nuevos elementos a las protestas que hasta ahora se han mantenido en forma pasiva, si bien lo contempla la Carta Magna, en su espíritu y todo su articulado, refleja la mejor situación para nosotros los venezolanos. Sobre emplear la Fuerza Armada en el Plan Soberanía o Ávila. Para restituir el orden público, sin que de acuerdo a mi apreciación ello signifique debilidad para tomar decisiones, esta situación de presentarse nos dejaría muy mal parados y se corre el riesgo que los profesionales no atiendan a su ejecución o se nos provoque para obligarnos a actuar con contundencia. Sobre el hecho Fuerza Armada Nacional versus pueblo venezolano. Usted ha repetido en diversas ocasiones “maldito el soldado que emplee su arma contra los ciudadanos”. ¿Cómo exigirnos entonces que actuemos? La situación aún es controlable, los cerros aún no han bajado, esa debe ser su confianza, por lo tanto explótela y no deje que esto ocurra. Salida violenta. Sociedad civil unida a la Fuerza Armada Nacional, ¿a dónde nos llevaría esa fusión que usted ha expresado en varias alocuciones, programas y actividades? De producirse, ¿con qué defendería su mandato?

Venezuela ante el mundo, la tecnología nos ha llevado a conocer al instante lo que acontece en cualquier parte del mundo, es decir, todos somos vecinos y los medios de difusión, en el caso que nos ocupa han tenido un papel fundamental y no por lo que perdemos, sino por lo que dejemos de percibir, que en la situación venezolana bastante falta nos hace. Señor Presidente, Comandante en Jefe, si vemos ese panorama que en forma sencilla le he reseñado y que pudiera estar equivocado o no, creo que debe preocuparle por las secuelas inmediatas y futuras. Como amigo le recomiendo que dialogue usted personalmente, ya no hay voceros, en otras ocasiones usted se ha agotado muy rápidamente en situaciones de menor importancia, nada cuesta hacerlo cuando la situación lo amerite, y el país, el país, bien lo merece. ¿Qué hacer? Llame hoy inmediatamente al diálogo y entre otros, le recomiendo que invite a Miraflores a: máxima autoridad de cada uno de los poderes, Defensor del Pueblo, Contralor General de la República, Presidente de Fedecámaras, selección de presidentes de sindicatos en representación de los trabajadores, representación de la nómina ejecutiva y mayor de PDVSA, representante de los trabajadores de PDVSA, Sindicato de Empleados Públicos, Monseñor Moronta, Asociación Bancaria, el señor Lorenzo Mendoza del Grupo Polar, Presidentes de televisoras, Cámara de Radio y Televisión, propietarios de periódicos, presidentes de Federación de Centros Universitarios, Presidente de VenanCham, General en Jefe Lucas Rincón, otros. Un cordial Saludo Chendo”. Tronco de propuesta, revivir el Pacto de Punto Fijo.

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Bajo amenazas de bombardear Miraflores, Chávez fue secuestrado y llevado a la base de Turiamo, en el litoral aragüeño. Ya su suerte valía poco. Cualquier cosa pudo pasarle. Lo vimos en franela blanca parlando desordenadamente sobre lo ocurrido. Señaló a traidores. Rumió su rabia entre la incertidumbre y la espera mágica. Un hombre del pueblo, agente de la Guardia Nacional que custodiaba las casas de recreo en la base de Turiamo, le dio al Presidente la idea de redactar un mensaje y tuvo el coraje de sacarla clandestinamente y darla a conocer a la opinión pública. “Turiamo, 13 de abril 2002 a las 14:45 Al pueblo venezolano... (y a quien pueda interesar). Yo, Hugo Chávez Frías, venezolano, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, declaro: No he renunciado al poder legítimo que el pueblo venezolano me dio. ¡¡Para siempre!! Hugo Chávez F.” Los medios de comunicación habían consolidado ya la idea de que el Presidente “aceptó” poner la renuncia. En eso ayudaron mucho la mala cobertura y las pilas descargadas de radios y celulares en manos del alto mando militar. Menos mal que no se trataba de una guerra con otro país porque hubiéramos perdido por forfait. Seguro seríamos más diligentes y eficientes para comunicarnos con la banca de apuestas de caballos.

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Contraria a la actitud indecisa de muchos altos oficiales de los diversos componentes de la Fuerza Armada, generales, almirantes y otros héroes almidonados, el pueblo humilde se lanzó una vez más a las calles sin peto y sin espaldar.

La jauría fascista había dispuesto un dispositivo criminal que incluía francotiradores. Fueron éstos los que asesinaron a sangre fría a las víctimas que cayeron cerca de Miraflores, Puente Llaguno, y gente que venía en la marcha opositora. El material audiovisual “LLaguno: claves de una masacre”, es una pieza judicial impecable para determinar responsabilidades. También merece mención “La revolución no será trasmitida”, un documento de antología para la historia. Las personas que fueron esos tres días a Miraflores no iban a pedir cargos ni a negociar contratos, iban a dar su vida por proteger a Chávez. Allí vimos las caras de nuestros amigos Jacobo Torres y Francisco García, allí vimos lágrimas de coraje poderosas como mil balas. De nuevo supimos que “sólo el pueblo salva al pueblo”, porque sólo el pueblo salva a Chávez. “La consigna se remonta a las comunidades de base del proyecto socialista utópico del cura poeta Ernesto Cardenal en Solentiname o a las arengas anarquistas de la guerra civil española. Es una dulce y cruda consigna de izquierda, entendiendo como izquierda al grupo humano que sueña un futuro de dignidad colectiva en un mundo libre de explotación e injusticias. Perdón, la consigna original es “sólo el pueblo salva al pueblo”. Lo que pasa es que estas líneas están escritas para decir que Hugo Rafael Chávez Frías ya no es un ciudadano más. Chávez es un pueblo en revolución. Contrario a lo que muchos piensan, que Chávez es un Mesías, un benefactor, un benemérito, que es la salvación del pueblo, resulta que realmente Chávez es un proyecto histórico que sólo el pueblo es capaz de salvar. Cuando la insurrección armada de febrero de 1992 fue derrotada, la admiración y el afecto del pueblo por aquel joven oficial que asumió la responsabilidad y pronunció el por ahora, se desbordó en gestos de solidaridad y apoyo militante en los días de cárcel en Yare. Chávez fue salvado por el pueblo ante la posibilidad cierta de su asesinato por esbirros del gobierno de Pérez, pero además, allí comenzó a tallarse la madera de un verdadero líder popular, más allá de las pequeñas tapias del cuartel. Y fue esa fuerza popular que intuitivamente descubrió en Chávez el camino de su redención, la que hizo posible su salida de prisión. Luego vinieron las victorias electorales masivas y crecientes de 1998, 1999 y 2000. Vinieron las arremetidas fascistas de finales de 2001 y el golpe de abril de 2002. Cuando los supuestos dirigentes chavistas se pintaban el pelo y huían del país, cuando los flamantes aliados, los enchufados, los politiqueros de oficio que si se aprovechan y mucho de los privilegios del poder saltaban la talanquera, el pueblo humilde, el pueblo simple y llano, como los trabajadores del aseo urbano en Maracaibo que fueron los primeros en llegar a la pequeña manifestación que hicimos debajo del elevado de la Padilla, frente a Panorama aquel 12 de abril en horas del mediodía, ese pueblo que aún hoy espera esperanzado, ese pueblo salvó a Chávez que ya estaba indefenso en manos enemigas. En el paro petrolero fue la resistencia del pueblo la que salvó la revolución. El pueblo bolivariano debe ser escuchado. Se están cometiendo errores innecesarios. No podemos actuar nerviosos empujados por la coyuntura. Una amnistía es un asunto serio y sensible como para anunciarlo tan informalmente a través de una casual llamada telefónica. El pueblo revolucionario quiere discutir esos temas. El pueblo quiere que el gobierno gobierne y ponga orden al despelote comercial que reina por imposición del maldito capital especulador. El pueblo exige lealtad a los encamburados en la administración pública nacional, estadal, municipal y en las empresas del estado. La corrupción y la negligencia nos están desmadrando. La impunidad nos carcome los huesos, como dice la canción filosófica de Silvio. Chávez no necesita jala mecates ni aduladores profesionales. El pueblo los rechaza con rabia. Chávez necesita compañeros de lucha que en igualdad de condiciones puedan debatir con él los delicados asuntos de Estado que tiene entre sus manos. Y la política, la alta política. No basta repetir como loros cada invento como si fuera el último vaso de agua del desierto. ¿Las tres erres son para revolucionar esta revolución o son un crucigrama para jugar un rato? El pueblo debe hablar y ser escuchado. Porque sólo el pueblo salva a Chávez. Sólo el pueblo salva la revolución.

 

Yldefonso Finol

Crónica contenida en el libro NACIMIENTOS Y RENACIMIENTOS DE HUGO CHÁVEZ presentado en la FILVEN 2012 (FONDO EDITORIAL CACIQUE NIGALE)