lunes, 11 de agosto de 2025

El “Fragmentado”: “Cartel de 50 Estrellas” y “Tren de Barras Rojiblancas”

 


El “Fragmentado”: “Cartel de 50 Estrellas” y “Tren de Barras Rojiblancas”  

Al capitán español Juan Pacheco Maldonado que capturó la última guerrilla de la resistencia originaria en el Lago Maracaibo, torturando y martirizando al Cacique Nigale y sus compañeros en junio de 1607, la Corona le otorgó como recompensa -además de encomiendas en el sur del lago- dos mil castellanos oro anuales POR DOS VIDAS; es decir, para él y para su heredero principal. Notable la importancia que esta conquista tuvo para el colonialismo español.

 No podían escapar a la lista de “requeridos” a cambio de recompensas los rebeldes insurgentes Francisco de Miranda, y Simón Bolívar, a quien los gobernantes coloniales en Venezuela le arrebataron, usurparon y subastaron casi toda la herencia familiar.

La práctica de la “recompensa” es parte del paisaje gringo. No hay película del oeste (western) donde no aparezca un cartel -con el famoso encabezado wanted- ofreciendo algunos dólares por equis fugitivo.

En la contemporaneidad la gusanera de Miami ofreció desde comienzos de los sesenta US$ 100.000 por la muerte de Fidel (aproximadamente US$ 1,7 millones en la actualidad), y otros US$ 20.000 por Raúl y el Che Guevara, respectivamente (unos US$ 265.000 actualmente).

Documentos desclasificados en 2016 describen un plan del Pentágono llamado Operación Bounty, que buscó infructuosamente derrocar a Fidel Castro, y preveía recompensas a los que mataran a cubanos comunistas.

Recompensas fue la perdición de la etapa más corrupta y asesina del Plan Colombia, cuando se mataban personas sólo por el afán de cobrar un dinero de la muerte y la degradación humana.

La recompensa por el magnicidio a traición del máximo líder centroamericano Augusto César Sandino, después de asistir a una cena en la casa presidencial nicaragüense, ya logradas la paz y la expulsión de los invasores yanquis, fue entregarle Nicaragua a la dinastía Somoza, fascistas subordinados que hundieron al país en la represión, la pérdida de soberanía, el atraso y la pobreza.

Por la captura de Pancho Villa, los gringos ofrecieron de entrada 5.000 dólares, que la familia Hearst -gran promotora de la invasión a México- elevó a un total de 55.000 dólares después del ataque del caudillo revolucionario Pancho Villa a la ciudad de Columbus, en Nuevo México. A pesar de los “incentivos” y la incursión armada yanqui, Villa no fue capturado. 

En general, todos los regímenes fascistas subalternos, impuestos por Estados Unidos en Nuestra América han usado esta carnada monetaria para neutralizar a sus oponentes, así los hizo Pinochet contra dirigentes destacados de la resistencia popular del MIR, el PC y el Frente Patriótico Manuel Rodríguez.

En el caso de quien -según algunas opiniones- fuera su agente “descarriado” Manuel Antonio Noriega la recompensa pasó de 320.000 al millón de dólares de la década de los ochenta.

Pero lo que ha recalentado la acelerada y vertiginosa atmósfera de la noticia es el ofrecimiento por parte de la Fiscal estadounidense de cincuenta millones de dólares de recompensa por el Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro Moros.

Este hecho, por demás estrafalario, duplicando cifras como las apostadas por Ben Laden y Sadán Hussein, carece de todo soporte legal y ético, burlando con absoluto cinismo todas las pautas formales y principios del Derecho Internacional.

Hay que decirlo claro y repetirlo cada día bien fuerte: no aceptamos la pretendida extraterritorialidad de las decisiones del gobierno de Estados Unidos, ni ésta de ponerle precio a la persona de nuestro Presidente Constitucional ni ninguna otra.

Ese gobierno de la elite imperialista debe deponer su enfermiza actitud de gendarme global que tanto daño ha causado a la humanidad: Hiroshima y Nagasaki, por citar un ejemplo.

Debe renunciar a ser el matón del continente que quita y pone presidentes, usurpadores, fantoches y dictadores a la carta.

¿Quién les cree la jugada distractiva de un supuesto “Cartel de los Soles” al más grande mercado y único cartel de las drogas a nivel mundial “El Cartel de las 50 Estrellas”?

Ese “Tren de las Barras Rojiblancas” que entre las orgías depredadoras de niñas con Epstein y la complicidad en el genocidio palestino con el sádico Netanyahu, va infestando de muerte y atrocidades de una dimensión nunca vista en la historia.

Así que éticamente ustedes gringos de las cloacas están descalificados hace mucho tiempo, sólo un puñadito que se achica como la piel de zapa les sirve por puro servilismo: por el virus de la sumisión que la colonialidad les dejó instalado en su alma de sumisos.

Políticamente en Venezuela salen trasquilados en cada intento, ni Superman ni el Capitán América ni los orcos les han funcionado aquí porque entre la kryptonita de Maturín, los chamanes del Orinoco al Guasare pasando por Sorte, los babalaos de los cerros caraqueños y los Relámpagos del Catatumbo, no queda espía ni terrorista que no sea precisado y neutralizado.

En el instante que voy cerrando este artículo, centenares de miles marchan en las calles de todo el país y decenas de miles se han pronunciado en el mundo en apoyo total al Presidente Maduro. Ustedes gringos tienen credibilidad cero, y la moral tan pero tan baja que reventó el moralómetro en el extremo de los valores negativos.

Para terminar, ante los bamboleos, tira y encoje, zigzagueos y otros meneítos arrítmicos, no puedo dejar de comparar al gobierno de Trump con aquel personaje del filme Fragmentado, afectado por un tétrico trastorno de identidad disociativo que secuestra para someter al terror a sus víctimas (chantaje vil), mientras espera que surja la personalidad más letal del captor, y que suceda lo peor.

Con Venezuela no tienen vida esos delincuentes del “Cartel de las 50 Estrellas” y “El Tren de las Barras Rojiblancas”.

¡Viva Maduro! Y Punto.

Yldefonso Finol

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