Venezuela 2024: ¿Por qué Nicolás?
No voy a hablar de los
contrarios. Hoy no gastaré un par de caracteres en esa gente. Sólo dejaré anotado
que nuestra lucha es contra el imperialismo gringo y las plagas que éste riega
por todo el planeta traducidas en hambre, guerras, destrucción, crimen y
neocolonialismo.
Hoy quiero centrarme en
nuestro Presidente y candidato a la reelección: Nicolás Maduro.
Desde hace mucho tiempo acuñé
el decir que el verbo más peligroso en política es el verbo escoger. Se arriesga
el pueblo al elegir, pero también se arriesgan los líderes, los caudillos
históricos, al escoger sus colaboradores: ¡cuán grande es el riesgo de escoger
un sucesor!
Evitaré la tentación filo-histórica
de adentrarme en la escogencia para vicepresidente de Bolívar, un “detalle” que
volteó la historia republicana del continente.
El Comandante Chávez, en el
aquel momento terrible de su vida, escogió con el alma y la sapiencia popular
acumulada que él supo interpretar.
Chávez escogió a Nicolás. Los enemigos
de la Revolución Bolivariana calcularon que apretando nos “torcerían el brazo”.
Pero no lo lograron; once años
después, no han podido con Nicolás.
El primer y mayor triunfo de Nicolás Maduro como presidente de un país “sitiado”,
ha sido sin duda la estabilidad política ganada a pulso sobre todos los
malvados intentos de desestabilización y magnicidios.
Dijo El Libertador en
Angostura que la estabilidad es una de las tres virtudes del mejor gobierno, y
sabemos que con ésta es que se ganan las otras dos: seguridad y felicidad
social.
Decir estabilidad es decir la paz: el bien más preciado, sin el cual toda
esperanza de una mejor humanidad se perturba.
Pero Nicolás también es la única opción de diálogo y reconciliación en una
Venezuela que la injerencia extranjera y las concepciones fascistas colocaron
todos estos años al borde de la confrontación civil. Nicolás ha llevado las
tormentas al muelle cálido del abrazo entre compatriotas de las más disímiles
ideologías. Hasta su buen humor ha servido de calmante en grandes
controversias.
Nicolás es la única garantía de continuidad institucional, el resto se muestran
como un abismo de incertidumbres sin plan ni bitácora.
Nicolás representa la defensa del Esequibo y la soberanía plena de nuestra
territorialidad, y en ello fue capaz de unir toda la nación, incluidos los
sectores de la oposición legal en cargos de gobiernos estadales y municipales.
La posibilidad cierta de recuperación petrolera que hoy palpamos pese a los ataques
del gobierno de Estados Unidos, y la generación de una economía diversificada con
mucho éxito en los últimos cinco años, le dan a Nicolás un aval que más nadie
puede ofrecer. Esa vocería autorizada sobre nuestro nuevo modelo económico no
se puede improvisar con una aventura electoral a ciegas.
Nicolás Maduro trasmite diariamente una sincera comunión con los valores más
altruistas de la humanidad. Su liderazgo trasciende el episodio específico de unas
elecciones inminentes, va mucho más allá; es la posibilidad de que Venezuela,
América Latina y el Caribe preserven su soberanía, y no sucumban al proyecto
recolonizador que se nos viene imponiendo desde el Comando Sur y sus perros
falderos en el vecindario.
Nicolás tiene coraje del
bueno, del que le suma poder a las mayorías trabajadoras; un valor agregado que
no abunda por ahí…
¿Comprenden por qué la cosa es
con Nicolás?
Yldefonso Finol
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