miércoles, 9 de septiembre de 2020

Sobre el cambio de Escudo de Maracaibo

 

CARTA ABIERTA AL CONCEJO MUNICIPAL DE MARACAIBO

 

EL ESCUDO DE MARACAIBO: herencia del colonialismo más perverso, afrenta a toda dignidad patriótica y ejemplo de cierta añeja falta de voluntad política para independizar nuestras consciencias

 

Ciudadana Presidenta y demás integrantes de la Cámara Municipal de Maracaibo

Ciudad.-

 

Honorables compatriotas:

Muy respetuosamente me dirijo a ustedes para pedirles iniciar el proceso de derogación de los instrumentos legales e institucionales que avalan el uso del denominado “Escudo de Maracaibo”, símbolo ilegítimo e írrito que constituye una afrenta al acervo patriótico maracaibero y es, hoy por hoy, una afrenta al heroísmo y sacrificios de nuestro pueblo contra los colonialismos e imperialismos que antes nos sojuzgaron y que aún en la actualidad pretenden imponernos odiosas hegemonías.

Aunque sea un escándalo a la vista de quienes sostenemos la necesidad de descolonizar nuestras vidas más allá de la independencia política, desde la perspectiva bolivariana resulta inaceptable la permanencia de este símbolo de opresión colonial, esclavismo, genocidio y racismo en la imagen institucional de nuestro municipio y nuestra ciudad.

Entre los elementos colonialistas, eurocéntricos y opresores evidentes en el “escudo” de Maracaibo, es obligado destacar:

-         El “escudo” en sí es una imposición de culturas ajenas a nuestra ancestralidad, como iconografía de tradición bélica europea materializada en el arma defensiva de los señores feudales contra la “plebe” campesina y sus enemigos tribales, de allí que para las familias feudales significaba su defensa y poderío. El mismo no guarda relación alguna con la Historia Patria y muy por el contrario, exalta la supremacía de los invasores a quienes la Independencia derrotó.

-         El hecho de haber sido otorgado por el rey Felipe IV mediante Real Cédula del 20 de junio de 1634, al contrario de representar alguna “fundación” o aportación española a nuestra nación lacustre, significa que la invasión europea en Maracaibo tardó más de un siglo en apoderarse de nuestro Lago como pista de transporte de los recursos que la colonia saqueaba en la región circundante. Este “escudo”, junto al primer mapa-plano de la villa hispana de 1639, demuestran que los invasores no fundaron ciudad alguna sino que lo históricamente cierto es que tardaron más de un siglo en apoderarse de la patria del pueblo añú, única civilización acuática originaria del estuario maracaibero. Importante destacar las fechas, porque es prueba de que los invasores recién pudieron conquistar Maracaibo (La Tinaja del Sol).

-         Basta revisar someramente cada parte del “escudo” para constatar sus significados totalmente ajenos a nuestros valores y nuestra Historia: las columnas románicas son el  poder imperial; el barco de guerra es la constatación del triunfo definitivo de las armas invasoras contra el pueblo originario; la fecha 1965 redunda en el predominio de un pensamiento colonizado a lo largo de nuestra historia republicana que aún hoy no hemos sido capaces de revertir.

-         La inscripción “muy noble y leal” es una injuria a la República, al sentimiento Patrio, al honor de la ciudadanía, y ofensa contra la sangre derramada por las huestes patriotas que dieron su vida en lares maracaiberos.

Lamentablemente el ayuntamiento de 1965 y todos los demás, convalidaron esta agresión cultural y política a la Independencia Nacional y el orgullo de nuestra estirpe. Pero además, se siguió inexplicablemente rindiendo pleitesía a los asesinos y torturadores de los Caciques Tomaenguola y Nigale, que al frente del pueblo añú de Maracaibo resistieron la embestida del poderoso Imperio; de las heroínas y mártires Ana María Campos y Domitila Flores, y resuena cada día que pasa, como bofetada a los que combatieron con toda el alma a la bota extranjera: Bolívar, Urdaneta y las tropas maracaiberas que “en Tarqui y Ayacucho vibraron su clarín”.

En caso que decidierais atender este llamado desinteresado y patriótico, sugerimos tomar en cuenta los siguientes elementos históricos, cosmogónicos y políticos para la configuración de nuevos y dignos símbolos de la ciudad de Maracaibo:

-         Maracaibo Ancestral. Pueblos originarios habitaron este lugar desde catorce mil años de antigüedad. Al momento de llegar los invasores europeos aquí estaban los añú, mal llamados “paraujanos”, que supieron resistir por más de un siglo desde 1492 con la incursión de Ojeda hasta la caída en combate del Cacique Nigale, su lugarteniente Tolenigaste, y sus compañeros de la última guerrilla añú en junio de 1607. El pueblo añú está presente en toda la estirpe maracaibera que escribe y canta décimas y gaitas, que pesca y desea saborear los frutos lacustres porque su genética ictiófaga lo impulsa a obtener proteínas sanas de su “Tinaja del Sol”. 

-         Revolución de Independencia. Si algunas fechas deben destacarse en la heráldica municipal, éstas deben ser sin duda aquellas que recuerdan la épica ancestral y bolivariana que alimentan lo más puro y valioso de nuestro ser colectivo. Son ellas: 1) el 23 de junio de 1607, cuando en combate desigual es vencido y capturado el Cacique Nigale, siendo ejecutado tres días después en el campamento de los españoles en Maracaibo. 2) 24 de octubre de 1788 Natalicio del General Rafael Urdaneta, con creces el maracaibero más elevado durante la gesta independentista. 3) 28 de enero de 1821, día de la Maracaibo Bolivariana, cuando nuestro pueblo se suma soberanamente a la República independiente del Imperio Español.

-         Elementos cosmogónicos. Contrario a los ridículos iconos eurocéntricos actuales, los nuevos símbolos deben tomar en cuenta nuestra gráfica raigal y la paisajística, donde destacan: 1) el nombre Maracaibo que según mis investigaciones de cuatro décadas significa “Tinaja del Sol” en idioma añú. 2) el concepto “Tierra del sol amada”, acendrado en nuestro pueblo con razón idiosincrásica. 3) la condición lacustre de la ciudad, aunque en la realidad alienada en que ha vivido la población, nos mantenemos de espaldas a nuestro principal y vital ecosistema; esto significa otorgarle un contenido ecologista a los emblemas. 4) destacar del paisaje los manglares como reservorios de biodiversidad que han resistido tan valientemente como nuestro pueblo ancestral. 5) la gaita como máxima expresión cultural maracaibera. 6) la indiscutible vocación internacional de la ciudad-puerto y su carácter pionero en muchos aspectos de la vida cultural, científica y política del país.

  

El muy ofensivo título de “noble y leal” presente en el actual escudo, fue otorgado el 21 de marzo de 1813 por España en “reconocimiento” de que la provincia no se plegó al movimiento independentista iniciado en 1810; esto, desconociendo que desde 1799 ya los maracaiberos habían manifestado su rechazo a la opresión colonial, siendo sus protestas cruelmente reprimidas por el ilegítimo gobierno colonial.

No ignoro el hecho que entre nuestros conciudadanos hay quienes defienden estos símbolos de la opresión colonial. Estoy claro que esta lucha no es de corto plazo ni da réditos electorales en una masa adoctrinada en los mitos alienantes de la tradición colonial, tan perniciosa a la realización plena de nuestra soberanía. Por eso el camino del convencimiento debe estar cargado de convicciones sembradas desde la educación, la comunicación y la cultura.

PETITORIO

En mi condición de Cronista de Maracaibo, solicito se abra un proceso de consulta ciudadana por la descolonización de nuestra cultura y nuestra historia, y que a los efectos, en términos perentorios, se designe una Comisión Especial de esa Cámara Municipal y personalidades que tengan aportes concretos que hacer a esta difícil tarea de superar los dogmas por los cuales se nos ha negado nuestra verdadera y ancestral identidad.

En Maracaibo, a los diez y seis días del mes de febrero de 2020.

Bolivarianamente,

Yldefonso Finol Ocando/ Cronista de Maracaibo

C I 7601509

INVITO A LA CIUDADANÍA A RESPALDAR ESTA SOLICITUD

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