Las relaciones de Venezuela y Colombia en 2022: una agenda de nuevo tipo
Sumario
El triunfo de la fórmula presidencial Gustavo
Petro-Francia Márquez en Colombia este domingo 19 de junio tiene un
esperanzador contenido popular. El llamado Pacto Histórico ha logrado una
victoria realmente histórica. Se respiran aires de una nueva Colombia.
¡Enhorabuena al pueblo hermanado en Bolívar!
I
En agosto de este año se abrirá una nueva etapa en las
relaciones binacionales colombo-venezolanas. La gran mayoría de ambos pueblos
desean de corazón unas relaciones “normalizadas”, como ha dicho el Presidente
electo Gustavo Petro; unas “relaciones de hermandad”, como ha sostenido desde
su primera elección en 2013 el Presidente Constitucional venezolano Nicolás Maduro,
siguiendo la línea del enfoque bolivariano iniciado por Hugo Chávez en 1999.
Con la salida del uribista Duque, debe cesar
definitivamente el uso del territorio y las instituciones de Colombia como
plataforma de agresiones viles contra la paz y la soberanía de Venezuela.
El mejor amigo, el mejor socio y la mejor hermana de
Colombia ha sido por siempre Venezuela. Lamentablemente no podemos decir lo
mismo de este lado respecto a Colombia, por la maligna vecindad en que
incurrieron derechistas agentes del narco-paramilitarismo, rayana en una
enfermiza xenofobia antivenezolana.
Es la hora de rescatar la historia común sobre la base
de los más sagrados valores que fundieron aquella nacionalidad compartida en la
Gesta de Independencia.
No nos corresponde entrar en consideraciones sobre el
proceso interno del cambio que hoy vive Colombia, ni de los estilos que el
gobierno electo le imprima a sus acciones; somos respetuosos absolutos de la
soberanía y autodeterminación de las naciones. El pueblo colombiano es el dueño
de su destino y confiamos en la sabia conducción del nuevo liderazgo que ha
emergido renovado tras largas décadas de opresión.
Queremos sí, dejar para nuestro Gobierno Bolivariano y
la opinión ciudadana, unos breves apuntes de lo que debería constituir una
agenda de nuevo tipo para las relaciones bilaterales.
II
Principios fundamentales de la nueva diplomacia
binacional:
Respeto a la soberanía nacional y autodeterminación de
los pueblos
Formalización de los vínculos oficiales a través de
las respectivas Cancillerías
Reinstitucionalización de las relaciones consulares
Cooperación mutua en objetivos sociales y ambientales
comunes
Preeminencia de la paz y los Derechos Humanos
Unión e integración regional
Promoción de la convivencia y el intercambio
fructífero entre ambos pueblos
Coordinación de esfuerzos por unas fronteras para la
paz, la dignidad y la fraternidad
III
Temas para una agenda binacional de nuevo tipo
Teniendo clara la complejidad de restaurar unas
relaciones que nunca han sido fáciles, pero que en los últimos años se vieron
torpe y criminalmente destruidas institucionalmente por el gobierno de turno en
Colombia, y en conocimiento que cada temática encierra en sí un conjunto de
subtemas y aristas diversas, propongo las siguientes áreas gruesas para ir
elaborando esa nueva agenda necesaria:
Rescate de la diplomacia de paz y amistad entre los
pueblos y gobiernos
Movilidad migratoria y Derechos Humanos
Mecanismos formales para las relaciones económicas
binacionales
Normalización fronteriza con nuevos mecanismos
institucionales y participativos
Recuperación de los diálogos de paz interrumpidos por
el gobierno saliente
Asuntos ambientales y de salud pública de interés
común
Cooperación e intercambios educativos-culturales
Pueblos originarios que preexisten en hábitats
ubicados en ambos países
Lucha contra los delitos transnacionales
(narcotráfico, tráfico y trata de personas, bandas criminales internacionales,
tráfico ilegal de armas, contrabando)
IV
Himnos entretejidos
Gloria al
bravo pueblo, Gloria Inmarcesible
Que el
yugo lanzó, júbilo inmortal
Tembló de
pavor el vil egoísmo
Cesó la
horrible noche, el bien germina ya.
Yldefonso Finol
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