REPÚBLICA
BOLIVARIANA DE VENEZUELA
Decreto
de Declaratoria del 18 de mayo
DÍA
NACIONAL DE LA LEALTAD (BOLIVARIANA) A LA PATRIA
Proponente:
Yldefonso Finol Ocando, Historiador Bolivariano
Epígrafe
Carta de Rafael Urdaneta a Simón Bolívar: “…porque
nada me hubiera sido más sensible que adelantar un paso que pareciese siquiera
opuesto a la voluntad de Usted, con quien siempre quiero ir de acuerdo”
(Maracaibo, 28 de junio de 1826)
Exposición de Motivos
La República Bolivariana de Venezuela ha vivido en las
últimas dos décadas la arremetida de poderes fácticos internacionales,
encabezados por el imperialismo estadounidense, que ha contado con la
vergonzosa connivencia de un puñado de personas con nacionalidad venezolana,
dedicadas a hacerle daño a nuestro pueblo.
Esta persecución, acrecentada ferozmente desde el
fallecimiento del Comandante Presidente Hugo Chávez, trocó en una guerra
multiforme y mutante contra el Proyecto Bolivariano, causando gravísimas
consecuencias para la vida, la salud, y los derechos humanos en general del
pueblo venezolano, tal como ha sido constatado por la Relatora de Derechos
Humanos de Organización de las Naciones Unidas en su informe sobre el impacto de las medidas
coercitivas unilaterales y el bloqueo impuesto por el gobierno de Estados
Unidos contra la población venezolana.
La guerra imperialista contra Venezuela, además de
provocar la destrucción de nuestro signo monetario devaluando el poder
adquisitivo de las mayorías trabajadoras que había alcanzado niveles
privilegiados los primeros tres lustros de la Revolución Bolivariana, ha
desatado una masiva campaña mediática de linchamiento de la venezolanidad,
pretendiendo debilitar la cohesión patriótica del país y promoviendo la
xenofobia antivenezolana en sectores atrasados espiritualmente en varios países
de la región.
Dicha campaña, tiene como objetivo simbólico
fundamental, destruir la imagen misma del Libertador Simón Bolívar, contra el
cual se han coaligado la derecha política mundial, la transnacional mediática,
la industria editorial, logias del pensamiento neocolonial y pro-imperialista, conformando
un bloque ideológico antibolivariano.
El ataque sin tregua ni escrúpulos, pero con muchos
recursos, pasa por la proliferación de chismes sobre la vida personal de Simón
Bolívar, para lo cual facturan a famosos escritores y a cualquier fantoche de
esquina que se preste para calumniar al Libertador, hasta la sistemática
prédica sobre el supuesto fracaso del Proyecto Bolivariano. No hacen sino
rumiar como cabras los viejos despechos de personajillos que en tiempos de
Bolívar, mientras éste lideraba el Ejército que venció al Imperio Español, se
dedicaban a la intriga de salón y a destilar sus miserias humanas por la
envidia que les provocaba aquél Genio de América.
¡Así estará de vigente la Doctrina Bolivariana, que
aún la odian y acechan los esclavistas y oligarcas de nuevo cuño!
Al odiar y pretender destruir la Doctrina Bolivariana,
atacan la existencia misma de la República, que nuestra Constitución define en
su Artículo 1º: “La República
Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta
su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz
internacional en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador.”
No hay nada más temido por los imperialismos que el
bolivarianismo. “La Doctrina Bolivariana es la concepción desarrollada por el
Libertador Simón Bolívar sobre los asuntos fundamentales de la independencia
nacional latinoamericana, la creación de una nueva sociedad basada en la
igualdad establecida y practicada, y el surgimiento de gobiernos garantes del
bien común y la unión de las repúblicas hermanas en historia, para alcanzar el
Equilibrio del Universo como sistema de convivencia, paz y cooperación
internacional”. (Finol, 2021)
La elite derechista de Venezuela, es esencialmente
antibolivariana, por tanto, traidora de la Patria, dispuesta a convertirse en
mercenaria servil de intereses foráneos, como lo han hecho azuzando a gobiernos
enemigos para que nos apliquen medidas coercitivas unilaterales, bloqueos,
aislamiento diplomático, robo de activos, y hasta incursiones terroristas,
intentos de magnicidio e invasión militar extranjera.
Esta pandilla de malinches, se ha coaligado con el
narcoparamilitarismo colombiano en una aventura secesionista para despedazar
nuestro territorio y entregarles el Golfo de Venezuela y el Lago Maracaibo,
apetecidos por esa oligarquía desde tiempos coloniales; también se han atrevido
a ofrecer como botín pirático nuestra Guayana Esequiva, a cambio de apoyos para
su confortable conspiración desde lujosos hoteles extranjeros. En lo simbólico,
se han burlado de nuestra Bandera Nacional y nuestro sagrado Himno Gloria al
Bravo Pueblo, como forma extrema de degradación antinacional.
Ante estas agresiones traicioneras, el pueblo
bolivariano ha resistido con una entereza que causa la admiración de las buenas
personas de todas las latitudes. Somos herederos de la gesta heroica más
colosal que pueblo alguno haya realizado en este continente. En harapos y
descalzos libertamos la mitad de Suramérica, y regresamos a nuestros patios de
crianza y labranza sin un gramo del oro y la plata de los países que vieron
nacer su Independencia de nuestros sacrificios. Somos el Pueblo de Simón
Bolívar, Antonio José de Sucre y Rafael Urdaneta, de Ana María Campos, Josefa
Camejo y Juana Ramírez.
Nuestra principal riqueza es nuestra historia;
reafirmarnos en ella nos cohesiona como colectivo nacional, con unos valores
humanos que son la roca fundadora de la venezolanidad. Revalorizar nuestro
vínculo a las raíces ancestrales nos hará un pueblo indestructible. La lealtad
a la épica y la querencia venezolanas, nos garantizará la victoria sobre estas
horas difíciles, y el resurgimiento de las conquistas socioeconómicas que los
enemigos nos han arrebatado…por ahora.
En este orden de ideas, imbuidos en la inspiración
patriótica que representa la conmemoración del ciclo Bicentenario, con la
liberación de Maracaibo y Coro por la División de Rafael Urdaneta, y el gran
triunfo en la gloriosa Batalla de Carabobo conducida por el Libertador Simón
Bolívar, invocamos la exaltación de la lealtad a la Patria, como principio inmanente
a la ciudadanía venezolana, única forma de garantizar la independencia,
inviolabilidad, inmunidad, autodeterminación y perpetuidad de la Nación.
La lealtad entendida como el nexo de amor y compromiso
indestructible con la Patria, lo representa en nuestra historia el General en
Jefe Rafael Urdaneta, al que ni la enfermedad pudo impedir su heroísmo; el
hombre que soportó por largos años la tortura de un cálculo de 7 centímetros y
134 gramos de peso en la vejiga urinaria, dolencia que frustró su presencia en
la Batalla de Carabobo del 24 de junio de 1821; pero ese mal agudo no evitó su
protagonismo en las campañas militares que ganaron nuestra Independencia desde
1810, ni en el desempeño cabal de los destinos que se le encomendaron al
servicio de la Patria hasta su fallecimiento en agosto de 1845.
Rafael Urdaneta fue el primer y más perseverante
bolivariano, ejemplo de patriotismo, honestidad, valentía, sapiencia, estrategia
y mejor amigo, el más leal entre los leales.
Por todas estas razones se dicta el siguiente Decreto:
Considerando,
Que el 18 de mayo de 1813, el ciudadano Rafael
Urdaneta, natural de Maracaibo, Venezuela, actuando como Sargento Mayor,
Comandante del Batallón Número 3º de la Unión, en el Ejército del Norte de la
Nueva Granada, bajo las órdenes del Coronel Manuel Castillo, ante la
insubordinación de este jefe y otros oficiales granadinos como el Sargento
Francisco de Paula Santander, que ponían al borde del fracaso la operación que
el Coronel Simón Bolívar, jefe de la expedición, se proponía sobre Mérida y
Trujillo, la cual fue autorizada por el Presidente del Congreso de la Unión,
Camilo Torres; el Teniente Coronel graduado Rafael Urdaneta tomó la iniciativa
de dar un espaldarazo a la jefatura de Simón Bolívar y a la pertinencia de su
plan para liberar a Venezuela.
En consecuencia, manifestó: “General: si con dos
hombres basta para emancipar la Patria, pronto estoy a acompañar a Usted.”
Es éste el primer acto de postulación de Simón Bolívar
al rango de líder político-militar de la naciente gesta independentista, que
salvó la Campaña Admirable, sumando la oficialidad granadina que se bañó de
Gloria en los campos de batalla venezolanos como Girardot, D’Elhuyar, Ricaurte,
los hermanos París, entre otros de su antiguos compañeros de juventud y luchas.
Este gesto decidido del General en Jefe Rafael
Urdaneta, que es antológico del valor de la palabra dada, amén de representar
en nuestra Historia Patria el más sublime voto de lealtad traducido en una vida
de fidelidad al Libertador y a la Causa Bolivariana, significó el primer acto
de reconocimiento del liderazgo político-militar de Simón Bolívar para realizar
la proeza de la Emancipación Americana, que comenzó con esa exitosa marcha
renombrada en el historiografía con el acertado título de Campaña Admirable.
Considerando,
Que en las complicadas dificultades que llevaron a la
caída de la II República, por el arrollador avance de las fuerzas de José Tomás
Boves, Francisco Tomás Morales y el Capitán General Juan Manuel Cajigal, y ante
la falta de apoyo de algunos jefes orientales, Bolívar y Mariño deben
replegarse a Margarita, siendo traicionados por el corsario italiano Bianchi,
quien roba los tesoros de la nación y abandona a los patriotas en la playa;
Rafael Urdaneta, con su pericia militar y aplomo, sin saber esas noticias, pero
deduciendo, por la falta de comunicación, la derrota sufrida por nuestras
fuerzas en el centro del país, emprende una retirada admirable desde San
Carlos, siguiendo en sentido inverso la ruta por la que entraron el año
anterior desde Nueva Granada, y logrando conservar la fuerza bajo su mando y
otras menores que se le sumaron en el camino. Enterado El Libertador de la
hazaña de su compañero, que ya lo había sorprendido con la defensa a muerte que
hizo de la sitiada Valencia, donde con 250 fusileros resistió varias embestidas
de tres mil realistas, le expresó el 27 de octubre de 1814 desde Ocaña:
“Señor General Rafael Urdaneta.
Mi querido Urdaneta.
Con la más grande satisfacción he sabido que Usted ha
salvado el ejército de Caracas con el cual podemos decir que ha salvado las
esperanzas de la república; este servicio es grande: este servicio lo aprecio
yo en tanto como la más grande victoria, aunque algunos tengan que criticar una
operación tan prudente y acertada; yo le doy a Usted las gracias en nombre de
Venezuela, que si vuelve a ser libertada deberá a Usted este beneficio.”
Y así fue.
Considerando,
Que durante los primeros días de mayo de 1817, una
nueva intentona de desconocer la jefatura de Simón Bolívar se convocó en la
ciudad oriental de Cariaco, bajo la fachada de “congreso” integrado al antojo
de los cabecillas de la trama, proclamando una etérea república federal a la
sombra de la Constitución de 1811, y atribuyéndose falsamente la representación
de Bolívar para diluir su mando en un triunvirato cuya intención subrepticia
era arrebatarle al Libertador el poder supremo; en esta peligrosa
desestabilización para la renaciente República de Venezuela, el General en Jefe
Rafael Urdaneta vuelve a hacer gala de su lealtad bolivariana y dicta cátedra
de sapiencia política; establecido en Barcelona, rodeado de antiguos
subalternos de Mariño, algunos de los cuales podrían estar involucrados en la
conspiración, se opone radicalmente a la misma, pone su nombre y prestigio por
delante para defender la jefatura de su camarada Libertador, y esta conducta
ejemplar influye definitivamente en Antonio José de Sucre, quien convencido por
los argumentos de Urdaneta, se pasa al bando bolivariano y va detrás del
zuliano a fortalecer la posición de Bolívar que se hallaba completando la toma
de Guayana, a la que entran victoriosos.
Considerando,
Que durante la naciente Primera República Bolivariana
en Angostura, el General en Jefe Rafael Urdaneta jugó un papel fundamental para
consolidar la presidencia de Simón Bolívar, asumiendo la conducción de la División
de Piar tras el lamentable desenlace de este jefe militar, reorganizando y
moralizando la tropa; preparando a la Legión Inglesa para ser incorporada al
Ejército Libertador bajo las pautas venezolanas, por orden expresa del Jefe
Supremo; acudiendo a los Llanos a establecer comunicación directa con Páez para
sumarlo al plan diseñado por Simón Bolívar, entre otros grandes servicios en la
gestión ejecutiva, legislativa y diplomática.
Considerando,
Que en la crisis política provocada por el movimiento
oligárquico paecista conocido como “La Cosiata”, que degeneró en el
antibolivarianismo venezolano, el General en Jefe Rafael Urdaneta, se mantuvo
firme en su consecuente posición bolivariana, estando listo para asumir la
defensa del proyecto emancipatorio en el terreno que fuese, siempre en
coordinación y subordinado disciplinadamente a su compañero Libertador.
Considerando,
Que durante los gravísimos sucesos ocurridos en Bogotá
la noche del 25 de septiembre de 1828, donde la traición criminal santanderista
activó una conspiración para asesinar al Padre de Colombia, al Genio de
América, el General en Jefe Rafael Urdaneta, blanco también de los mercenarios,
salió a las oscuras calles con un puñado de valientes patriotas, tomó la
ciudad, desbarató a los complotados, los apresó, y pacificada la plaza, la
entregó, leal y fraterno como siempre, a su hermano de vida El Libertador
Presidente; también administró justicia proponiendo sanciones ejemplarizantes
para los culpables del frustrado magnicidio que, aunque no alcanzaron su más
abominable propósito, cobraron la vida de valerosos ciudadanos que fueron
víctimas de los cobardes fratricidas.
Considerando,
Que en el peor momento para la gesta bolivariana,
cuando El Libertador, agobiado por los quebrantos de su salud y las decepciones
políticas con que las miserias humanas hirieron su espíritu, abandona el poder
y se propone marchar lejos, el General en Jefe Rafael Urdaneta, sostiene
erguido la antorcha libertaria que alzaron desde los primeros días de la
epopeya independentista, asume con total entereza su condición bolivariana,
realiza las más osadas acciones para reivindicar la Gloria de su líder, aunque
fuesen en vano por las crudas realidades que ya determinaban el desmoronamiento
del Proyecto Bolivariano, y
Considerando,
Que más allá de la muerte del Libertador, acorralado
por los enemigos, sin recursos y exiliado, cuando logra retornar a Venezuela,
el General en Jefe Rafael Urdaneta no deja ni un instante de honrar la memoria
de su amado amigo Simón Bolívar, reivindicando su nombre en la Patria natal
donde había sido amargamente defenestrado, organizando la parada militar que
recibe sus restos inmortales, y presidiendo las instituciones creadas para
eternizar su legado.
Decreta
Único: Instituir el DÍA NACIONAL DE LA LEALTAD BOLIVARIANA
A LA PATRIA que se celebrará cada 18 de mayo en conmemoración de la
indestructible camaradería y entrega altruista a la emancipación que siempre
cultivaron El Libertador Simón Bolívar y el General en Jefe Rafael Urdaneta,
ejemplo de valores universales para ésta y las nuevas generaciones de
venezolanas y venezolanos.
Esta conmemoración será una ofrenda de la Patria a sus
héroes y heroínas, revalorizando el estudio y el trabajo como vías al
engrandecimiento de la República Bolivariana de Venezuela, y la construcción de
una mejor sociedad. Las instituciones educativas en todos los niveles, los
despachos de la administración pública, las empresas y demás centros de
trabajo, realizarán actividades recordatorias de nuestra Historia Patria,
exaltando el valor de la lealtad encarnado por el General en Jefe Rafael
Urdaneta y El Libertador Simón Bolívar, Padre de la Patria.
Nicolás Maduro Moros
Presidente Constitucional de la República Bolivariana
de Venezuela
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