martes, 22 de diciembre de 2020

VENEZUELICIDIO

 

De la venezolanofobia al venezuelicidio: el subpresidente Duque recibe en visita de Estado al impune príncipe caníbal Leopoldo López

Unas horas después de reunirse con el novísimo “príncipe español”, Leopoldo López Mendoza, el subpresidente de la República Narcoparaca de Masacrelandia, Iván Duque, anunció que a los venezolanos radicados en ese país, no se les vacunará contra el Covid 19.

López y Duque coinciden con el descendiente de inmigrantes españoles Julio Borges Junyent, en que los migrantes venezolanos “son una enfermedad contagiosa”: “Ese problema migratorio, que ya es un problema de la región, se ve acompañado por otros problemas como crimen organizado, militarismo, paramilitarismo, tráfico de drogas, incluso el tema del terrorismo. De tal manera que Venezuela hoy es el foco de la inestabilidad y de todo lo que significa la degradación social, que puede ser una enfermedad contagiosa en toda América Latina”, sentenció el inmigrante emigrado.

La xenófoba alcaldesa de Bogotá –a veces disfrazada de “progresista”- sólo replicó esta teoría borgiana, que es compartida por la derecha ideológica del continente.

El terrorista Leopoldo López, conocido en los bajos fondos como “monstruo de Ramo Verde”, igual que la momia agente de la CIA María Corina Machado o los sionistas Smolansky y Capriles Radonsky, y el fascista Vecchio DeMarie, tienen algo en común que siempre me ha llamado la atención: pertenecen a familias extranjeras.

Esta gentuza no pueden ni siquiera llamarse “inmigrantes”, estos son invasores. Lo digo clarito y raspao: estas castas europeas siempre han visto a Venezuela como la vieron Carlos V y los Welser. No la sienten como su país, no; la asumen como su propiedad, como la concesión que les legó el Papa Alejandro Borgia vía su amantísima Lucrecia, antepasados de Escrivá de Balaguer.

Esta gentuza criminal y ladrona, aborrecen la venezolanidad profunda, la única y verdadera venezolanidad formada en las luchas emancipatorias que arrancaron con la resistencia originaria a la invasión europea, continuaron con las insurrecciones de indígenas y afros contra la opresión colonial, triunfaron expulsando a las monarquías europeas durante la Guerra de Independencia, y que hoy la Venezuela mestiza continúa por la liberación nacional y el socialismo bolivariano.   

Esas gentuzas conservan la nacionalidad europea de la que se sienten representantes. Nosotros somos la chusma de indios y niches que debemos servirles. Esto es así y no debemos perfumarlo con consideraciones eufemísticas para no herir oídos frágiles. ¡Que se quiebren los cristales de la farsa democrática! Negociación e impunidad significará recolonización.

Esta visión que les propongo se basa en una señora Vanessa Newman Donnelly entregando nuestra Guayana Esequiba y el oro venezolano depositado erróneamente en Inglaterra, u otra señora Trotta Gamus, en Buenos Aires desprestigiando a Venezuela. Toda esta gentuza tiene ONGs financiadas por Estados Unidos e Inglaterra: ahijadas del sionismo internacional. No son venezolanas ni venezolanos.

La nueva Asamblea Nacional debe abrir un debate para quitarle la nacionalidad ficticia a toda esta gentuza: o tendremos que reformar la Constitución para eliminar la doble nacionalidad. Esto no es cuestión de “razas”, cuyo concepto rechazamos, ni de “guerra de colores”; es un asunto muy serio, basado en evidencias históricas recientes.

Toda esa gentuza reporta a las agencias terroristas del espionaje gringo y europeo. Son financiados por esos gobiernos enemigos de Venezuela. Entonces son enemigos y como tal deben ser tratados. O, ¿vamos a quedarnos cruzados de brazos mientras continúan asesinando nuestra Patria?, la única que tenemos nosotros los mestizos, indios, afros, criollos café con leche y zambos que constituimos el pueblo trabajador de Venezuela, con una sola cédula de identidad y un pasaporte (si acaso).

La Asamblea Nacional de Nicaragua acaba de aprobar la Ley de Defensa de los Derechos del Pueblo a la Independencia, la Soberanía y Autodeterminación para la Paz, que inhabilita a los traidores a la Patria para optar a cargos públicos. Digno ejemplo a seguir.

Ya somos víctimas de una guerra mutante y un linchamiento moral contra la venezolanidad, que ha implicado la migración compulsiva, pero también discriminaciones inaceptables, al extremo de excluirnos de eventos y plataformas donde fue común haber estado.

Terminar de arrancarnos el Esequibo. Plagiarnos el cuatro y la arepa. Robarnos el joropo. Dejarnos sin gasolina. Hacernos sufrir para tumbar un gobierno. Destruir al bolívar. Dolarizar la cotidianidad. Provocar la gran migración. Estigmatización de nuestros migrantes. Xenofobia. Aporofobia. Venezolanofobia. Medios y vocerías gubernamentales lanzando acusaciones generalizadas antivenezolanas. Asesinatos de venezolanos, femicidios contra venezolanas, especialmente en Colombia.

No son sólo Estados Unidos con sus secuaces en la Unión Europea y el limado Grupo de Lima, quienes pretender destruir a Venezuela para repartirse los trozos; la elite parásita eurodescendiente que desangró nuestro país en el siglo XX, es la contrarrevolución mercenaria dispuesta a cometer venezuelicidio a cambio de su tajada.

¿Se los permitiremos?

 

Yldefonso Finol

 

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