Los diciembres
de Bolívar
Cuenta Luís Perú de Lacroix, en su Diario de
Bucaramanga, que Bolívar, tosiendo y afiebrado, le manifestó un día: “Yo no
nací para la felicidad…a los nueve años quedé huérfano de padre y madre y a los
diecinueve, viudo. ¡La felicidad no es para mí, No!...veinte años en guerras y
escabrosos triunfos. Y ahora totalmente desengañado por la gloria”. Era el año
1828 y unas semanas después en Bogotá sería el intento de magnicidio del 25 de
septiembre que representó el quiebre definitivo de la alianza que sostenía el
proyecto original de Colombia.
Ciertamente El Libertador Simón Bolívar fue marcado
prematuramente por acontecimientos que lo convirtieron en un niño triste y
rico. Murió su padre Juan Vicenta Bolívar en enero de 1786, su madre Concepción
Palacios el 6 de julio de 1792 a las 11:30 de la mañana, y su abuelo Feliciano
Palacios en diciembre de 1793. De luto en luto se le pasaron varias navidades. Comenzaría
así la problemática legal sobre su custodia, que había recaído en su tío
materno Carlos, con quien las cosas no iban nada bien. El 23 de julio de 1795,
aprovechando la ausencia de su tío, el niño Simón huyó a refugiarse en casa de
su hermana Juana y su esposo Pablo de Clemente. Huye de una insoportable
convivencia. En ese tiempo estudia en una escuela pública donde un maestro debe
atender a 114 alumnos. Solía escaparse con muchachos de su edad a jugar por las
calles de Caracas. La alta sociedad veía mal estas libertades del mozo Bolívar.
Ante un juez que dilucidaba sobre la crianza del niño entre su tío y su hermana
Juana, el chamo declara: “que los tribunales bien podrían disponer de sus
bienes y hacer de ellos lo que quisiesen más no de su persona, y que si los
esclavos tenían libertad para elegir amo a su satisfacción, por lo menos no
debía negársele a él la de vivir en casa que fuera de su agrado”.
El desprendimiento por la riqueza personal y su
especial sensibilidad por lo social, junto a su enérgica vocación libertaria,
quedaron definidas desde aquellos tempranos conflictos.
En enero de 1797 ingresó Bolívar, ya con catorce años,
al Batallón de Milicias de Blancos de los valles de Aragua, el mismo del cual
su padre había sido Coronel…El 4 de julio de 1798, por Real Orden, fue ascendido
al grado de subteniente. El día 19 de enero de 1799, embarcó en La Guaira en el
navío San Ildefonso para irse a estudiar a España. Tenía 16 años y se bebe todo
el conocimiento filosófico, científico y literario que sus inquietas ánforas de
gris le permiten almacenar.
Diciembre de 1801 está Bolívar en el País Vasco
enamorado rondando a su novia María Teresa.
Tiempo de idilios e ilusiones. En 1803 está en Caracas con su esposa.
Son navidades y fin de año felices. Breves instantes que se deshacen entre sus
manos solitarias. Vuelve a Europa a presentarse ante la familia de María Teresa
en Madrid, y pasa diciembre de 1804 en Paris, donde presencia el día 2 la
coronación de Napoleón. En 1805 hace el viaje con su maestro Simón Rodríguez. Reflexiona
y jura. En 1806 sale de París en septiembre vía Alemania, tomando un barco en
el puerto de Hamburgo rumbo a la América del Norte.
Estallan las revoluciones inevitables. Es 1810. El 5
de diciembre Bolívar llega a La Guaira luego de cumplir su primera misión
diplomática para la República de Venezuela; había partido rumbo a Londres el 9
de junio junto a Luís López Méndez y Andrés Bello, para intentar un
acercamiento de Inglaterra a la causa independentista. En ese viaje, el 15 de
septiembre de 1810, Bolívar escribió en el Morning Chronicle de Londres: “El
día, que no está lejos, en que los venezolanos se convenzan de que su
moderación, el deseo que demuestran de sostener relaciones pacíficas con la
Metrópoli, sus sacrificios pecuniarios, en fin, no les hayan merecido el
respeto ni la gratitud a que creen tener derecho, alzarán definitivamente la
bandera de la independencia y declararán guerra a España. Tampoco descuidarán
de invitar a todos los pueblos de América a que se unan en confederación.
Dichos pueblos, preparados ya para tal proyecto, seguirán presurosamente el
ejemplo de Caracas”.
El joven escritor trae una imprenta y deja listo a
Miranda para sumarse a la aventura independentista recién iniciada. El día 7 de
diciembre presenta informe a la Junta sobre su misión. El resto del mes estuvo
en Caracas y posiblemente pasó por Valencia y su finca de San Mateo.
El año 1811 la muerte vuelve a apuñalar el alma de
Bolívar: muere en agosto su hermano Juan Vicente en un presunto naufragio
mientras trataba de hacer diplomacia en Estados Unidos y comprar armas con sus
propios recursos para la revolución. El 21 está en Caracas, donde había ido
desde agosto enviado por Miranda a rendir informes sobre las acciones militares
en Valencia.
Sorprende 1812 a Bolívar exiliado en Cartagena. Otra vez
su pluma llameante se luce ante el mundo, cuando publica su “Memoria dirigida a
los ciudadanos de la Nueva Granada por un caraqueño” (Manifiesto de Cartagena).
Escribe porque tiene mucho que decir y enseñar. Pero también combate. Vence en
Tenerife, Mompox y Guamal…tiene la mira en Cúcuta para entrar sobre Venezuela.
Al terror realista que diezmaba a Venezuela, opuso su
Decreto de Guerra a Muerte. Es 1813. La Campaña Admirable lo hace Libertador. El
1 de diciembre llega a San Carlos, el 5 Batalla de Araure, Valencia, el 31 se
come sus hallacas en Caracas, sin descansar, porque tiene que convocar asamblea
el 2 de enero.
En un informe del 31 de diciembre de 1813, argumenta
su propuesta de unidad: “Si en estos siglos de ignominia, en que un continente
más poblado y más rico que la España, fue la víctima de las miras pérfidas del
Gabinete de Madrid; si este pudo desde dos mil leguas de distancia, sin enormes
fuerzas, mantener la América desde el Nuevo México hasta Magallanes bajo su
duro despotismo, ¿por qué entre la Nueva Granada y Venezuela no podrá hacerse
una sólida reunión?”
Llega 1814 con torbellinos que hacen caer la II
República. En diciembre está en Bogotá sirviendo a la Nueva Granada que es
patria para sus luchas también. Debe irse en 1815 a Jamaica, donde el 10 de
diciembre intentan asesinarlo espías de Morillo por medio del impío “Negro Pío”.
Se traslada a Puerto Príncipe, diciembre en Haití. Petion, hijo del África
esclavizada lo ayuda con armas y dinero para liberar a Venezuela. Fracasa. Pero
en 1816 va a Haití de nuevo. El 21 decembrino sale de Jacmel en su segunda
expedición apoyada por Haití. Margarita será el puerto de entrada, y se dan los
combates de Clarines al desembarcar en Barcelona el 31. Esos cañonazos no eran
festivos.
El año de 1817 tiene un nombre poético: Angostura;
sigue 1818 con más Angostura, ríos y llanos; en esas sabanas es el suceso de
Rincón de los Toros (abril 17) donde Bolívar se salva de chiripa.
Glorioso 1819. Luego de crear Colombia y liberar Nueva
Granada, viene en diciembre a Angostura a consolidar el Primer Gobierno
Bolivariano. El 17 sancionan la Ley Fundamental. Para 1820 está en Venezuela.
Pocos días de calma tras firma de Tratados con Morillo.
Se inicia 1821 con el pronunciamiento de Maracaibo a
favor de la Independencia. se rompe el armisticio. Reinicia hostilidades. Triunfo
de Carabobo abre el camino a la Campaña del Sur, por lo que emprende viaje vía
Maracaibo, donde realiza su primera visita por diecinueve días. En diciembre
sigue su ruta Libertadora hacia el sur por Bogotá, Purificación y Neiva.
En abril de 1822 ya está en victoria sobre Bomboná. En
junio lega a Quito y al corazón de Manuela Sáenz.
Diciembre 1823 Perú. El 19 en Trujillo y antes en
poblaciones cercanas, el 8 en Pallasca, Huamacucho, Cajamarca…1824 comenzó
enfermo en Pativilca. Delirante, con fiebres y dolores, responde al interrogante
qué hacer: ¡Vencer! Exclama ante el curioso. Diciembre glorioso en Lima,
Batalla de Ayacucho, convoca al Congreso de Panamá…
Diciembre 1825 está el Genio de América en plan
fundador de la nueva República de Bolivia. Ramón Rojas Olaya nos regala estas
líneas: “Simón Bolívar y Simón Rodríguez están en Chuquisaca en la navidad de
1825. Hacen un balance del año que está por concluir...Allí Bolívar habla de la
importancia que para Nuestra América tiene haber derrotado al último virreinato
español: “Soldados: Colombia os debe la gloria que nuevamente le dais; el Perú,
vida, libertad y paz. La Plata y Chile también os son deudores de inmensas ventajas.
La buena causa ha ganado con vuestras armas su terrible contienda contra los
opresores”…Rodríguez le dice a Bolívar que es tal la “sed insaciable de
riqueza” de los Estados Unidos que harán lo imposible para que no se consolide
la unión. Monroe en Norteamérica extermina indios y los sustituye por blancos.
Bolívar libera América para los indios, negros y zambos. Colombia es una
amenaza para el destino manifiesto. Ambos recuerdan la carta que Bolívar le
escribió a Santander el 6 de enero de 1825, en la que resalta la importancia de
que Colombia logre consolidarse: “pues tengo la idea de que nosotros podemos
vivir siglos siempre que podamos llegar a la primera docena de años de nuestra
niñez” porque “las primeras impresiones duran siempre”. Rodríguez le advirtió
aquel día de reyes que los angloamericanos intentarán sobornar a Páez y a
Santander porque saben que Venezuela es epicentro geopolítico”.
1826. Diciembre problemático en Venezuela. Viene desde
el Perú hasta Maracaibo, Coro, el 1 de enero 1827 en Puerto Cabello y el 10 en
Caracas. La oligarquía divide e intriga. Bolívar se niega al baño de sangre de
una guerra civil. Clama sensatez y unidad.
Bogotá 1827. Ocaña1828. Año de la Convención. Decreto
de Poderes plenos. Convocatoria a elecciones para enero de 1830. En diciembre
está en Bogotá resintiendo el golpe moral por el atentado de septiembre. Guerra
por necia invasión peruana contra Guayaquil.
El 5 de agosto de 1829 en Guayaquil predice la
condición imperialista de Estados Unidos, mientras espera se suscriba un
tratado seguro con Perú que ha sido derrotado por las fuerzas bolivarianas al
mando del Mariscal Sucre. El Libertador rechaza los proyectos de monarquía el
18 de diciembre. Está de regreso luego de tener que enfrentar la invasión
peruana, vía Popayán, Cali, Buga, Bogotá.
Desde el 1º de diciembre de 1830 en Santa Marta, y el
7 lo llevan a San Pedro Alejandrino. Su cuerpo quedó allí exánime. Pero siguió
viviendo. Fue su victoria más espectacular: vencer a la muerte que tantas
tristezas le había causado.
Yldefonso
Finol
Economista
e Historiador Bolivariano
Cronista
de Maracaibo